El error de Bush en el 'caso Schiavo'
Una bajada de siete puntos en menos de una semana es el precio que ha pagado George W. Bush por no vetar una precipitada ley del Congreso, promovida por la derecha religiosa, que autorizaba a plantear el triste caso de Terri Schiavo ante los tribunales federales, en contra de los principios m¨¢s elementales del federalismo sobre los que descansa el funcionamiento de la Rep¨²blica estadounidense desde 1787. Los n¨²meros cantan. Seg¨²n una encuesta de la CBS, publicada la pasada semana, el 82% de la poblaci¨®n se ha declarado contrario a la intervenci¨®n del legislativo y de Bush en el caso, mientras que un 74% piensa que esa intervenci¨®n se ha producido por motivos pol¨ªticos y no morales o ¨¦ticos. Para mayor inri, la intromisi¨®n del Congreso y de la Casa Blanca en un proceso que dos de cada tres ciudadanos piensa que deber¨ªa estar circunscrito al ¨¢mbito familiar no ha servido para nada. Como era de esperar, la primera instancia federal, en Tampa, la de Apelaciones, en Atlanta y, finalmente, el Tribunal Supremo, en Washington, no han visto raz¨®n alguna para revisar los 19 fallos judiciales previos de los tribunales de Florida.
Bush ha querido ir por lana y ha salido trasquilado. El veredicto de la opini¨®n p¨²blica demuestra que los estadounidenses tienen un respeto mucho m¨¢s profundo por su Constituci¨®n bicentenaria que su presidente y sus legisladores. Esa opini¨®n p¨²blica ha considerado inadmisible el intento de intromisi¨®n del Ejecutivo y el legislativo en la independencia del poder judicial y ha rechazado de plano lo que considera un atentado contra la separaci¨®n de poderes y el delicado sistema de checks and balances, que constituye la base del sistema pol¨ªtico estadounidense. Como editorializaba el New York Times, la decisi¨®n de Bush y del Congreso "no s¨®lo atenta contra el principio de que EE UU es una naci¨®n de leyes, no de hombres", sino que, "cuando termine el tr¨¢gico caso de esta mujer [Terri Schiavo], el Congreso y el presidente habr¨¢n causado graves da?os al plan cuidadosamente dise?ado por los Fundadores para la democracia americana".
Una opini¨®n, por cierto, compartida por un amplio espectro de republicanos, que se preguntan c¨®mo un presidente y un Congreso de mayor¨ªa republicana pueden, por puro oportunismo pol¨ªtico, ir en contra de los principios m¨¢s caros del republicanismo, como la libertad de decisi¨®n individual, los derechos de los Estados y la limitaci¨®n del poder del Gobierno federal. Los miembros republicanos del Congreso que votaron en contra de la aprobaci¨®n de la ley autorizando el recurso a los tribunales federales se han apresurado, en un admirable ejercicio de independencia pol¨ªtica, a alzar su voz en contra de la medida. "Este Partido Republicano de Lincoln se ha convertido en un partido de la teocracia", se lamentaba el congresista por Connecticut Christopher Shays, para quien "la decisi¨®n [del Congreso] tendr¨¢ repercusiones". Y, por su parte, el veterano senador John Warner, presidente del poderoso Comit¨¦ de Servicios Armados, que tambi¨¦n vot¨® en contra, resum¨ªa perfectamente el sentir popular al afirmar que "la experiencia ense?a que hay que separar tus propias emociones del deber de defender la Constituci¨®n de este pa¨ªs. Se trata de principios fundamentales de federalismo". Unos "principios fundamentales de federalismo" que, a pesar de las ense?anzas de Jefferson, Hamilton, Franklin y Adams, Bush y una mayor¨ªa del Congreso han aparcado en la creencia de que respond¨ªan al sentimiento mayoritario del pa¨ªs. S¨®lo que en este caso el tiro les ha salido por la culata. Incluso al benjam¨ªn de los Bush, el hermano Jebb, gobernador de Florida, cuyos intentos de injerencia a nivel estatal han cosechado el mismo ¨¦xito que los de su hermano presidente a nivel federal. Una prueba de que la ciudadan¨ªa de Estados Unidos comparte, aunque no las haya le¨ªdo, las palabras escritas hace casi dos siglos por el magistrado del Tribunal Supremo federal Robert Jackson: "Nos sometemos a los gobernantes solamente si gobiernan de acuerdo con las leyes".
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