"Me presentar¨¦ a las pr¨®ximas elecciones"
Maragall aclara que no remodelar¨¢ su Gobierno tras la crisis pol¨ªtica por el hundimiento del Carmel
El hundimiento del t¨²nel del Carmel ha abierto una v¨ªa de agua en la pol¨ªtica catalana. El socav¨®n que el pasado 24 de enero conmocion¨® al popular barrio barcelon¨¦s se ha politizado. La sombra del cobro de supuestas comisiones sobre la obra p¨²blica en Catalu?a durante los 23 a?os de pujolismo ha contribuido a ello. Las relaciones entre partidos se han enrarecido. Se ha especulado incluso sobre si Pasqual Maragall (Barcelona, 1941) repetir¨¢ en los pr¨®ximos comicios catalanes.
Las acusaciones de corrupci¨®n en Catalu?a han desembocado en un inusual enconamiento de relaciones entre la izquierda gobernante y la oposici¨®n de Converg¨¨ncia y el PP. Ha habido dos iniciativas no culminadas: una moci¨®n de censura en el Parlamento catal¨¢n y una querella criminal ante los tribunales. Ambas contra Pasqual Maragall, quien juzga que ha salido indemne del placaje.
"La frase sobre el 3% fue importante porque la dijo el presidente. Desencaden¨® un proceso que tarde o temprano hubiera empezado igual"
"Zapatero es quien desbloquea la reforma de la Constituci¨®n, pero algunos portavoces del PSOE propugnan un 'piano, piano' que no comparto"
Pregunta. ?Ha perdido la moral en las ¨²ltimas semanas? ?Tuvo la tentaci¨®n de arrojar la toalla?
Respuesta. Si me preguntan si en alg¨²n momento algunas de las cosas que han sucedido resultaban sorprendentes, debo aceptarlo. Pero en ning¨²n momento he pensado dejarlo.
P. ?Qu¨¦ cambiar¨ªa, si pudiera dar marcha atr¨¢s a la moviola?
R. La moviola de la historia no tiene marcha atr¨¢s. Ha pasado lo que deb¨ªa pasar. Lo que sucede es que nunca se escoge el momento y la forma. Y eso puede sorprender y desconcertar.
P. Algunos consejeros de su Gobierno han especulado sobre su sucesi¨®n...
R. Conociendo a los medios de comunicaci¨®n y a mis consejeros, creo que hay m¨¢s imaginaci¨®n del cronista que realidad.
P. ?La "pregunta del mill¨®n", seg¨²n usted mismo dijo a la cadena Ser, sobre si se presentar¨¢ o no de nuevo a reelecci¨®n tiene ya respuesta?
R. La respuesta a la pregunta del mill¨®n es que volver¨¦ a presentarme. A d¨ªa de hoy pienso continuar y concurrir a las pr¨®ximas elecciones, porque creo que el programa de reforma que hemos iniciado las izquierdas catalanistas necesita dos mandatos.
P. ?No cree que casa mal la prudencia pol¨ªtica con esa libertad acad¨¦mica en que a veces se escuda para lanzar toda suerte de met¨¢foras?
R. Las an¨¦cdotas sobre lo que ha pasado en los ¨²ltimos tres meses est¨¢n contaminadas por un hecho muy serio, relevante: el hundimiento de un t¨²nel del metro bajo un barrio popular mal construido. Eso, en primer lugar. Otro elemento que ha pesado ha sido el cambio, digamos, de r¨¦gimen, que ha habido en Catalu?a. Eso lo ha contaminado todo. Las frases, las expresiones han chocado porque ¨¦ste era el escenario, no porque fueran extraordinariamente extra?as, que no lo eran. Otros muchos utilizan met¨¢foras y no nos entretenemos en procesos a esas expresiones. Ha ocurrido un accidente en un barrio popular, preocupante, aunque sin v¨ªctimas. El escenario ha sido un sistema creado a lo largo de casi 25 a?os del mismo Gobierno, con unas rutinas en la manera de construir, de contratar, que hay que cambiar.
P. Usted fue quien lanz¨® la frase sobre las supuestas comisiones del 3% en obra p¨²blica en referencia a los a?os pujolistas.
R. Todo estar¨ªa como est¨¢ ahora sin la famosa frase. Hay una comisi¨®n de investigaci¨®n y un fiscal que investiga sobre la supuesta corrupci¨®n. Creo que cuanto antes acaben, mejor. Porque siempre puede quedar la duda...
P. ?La duda de la connivencia entre este Gobierno y los de CiU?
R. ?sa por supuesto no puede quedar. Mire, el accidente del Carmel ha arrojado serios interrogantes sobre c¨®mo se estaban haciendo las obras p¨²blicas en Catalu?a, cu¨¢les eran los sistemas de contrataci¨®n, cu¨¢l su eficacia o rigor y su licitud. Ahora, lo que hay que hacer es respetar los procesos que se han puesto en marcha, y que sin la famosa frase, insisto, se habr¨ªan puesto en marcha igualmente.
P. Pues la auditor¨ªa de gesti¨®n que ustedes encargaron sobre los a?os de pujolismo no fue precisamente aguda a la hora de hallar deficiencias.
R. La auditor¨ªa era sobre procedimientos administrativos y lleg¨® a la conclusi¨®n de que eran escasamente l¨ªcitos y poco eficaces. En algunos casos rozaban la ilegalidad. Aunque no sea ilegal fragmentar los contratos de tal manera que no se deban cumplir los requerimientos de publicitarlos, tampoco resulta especialmente est¨¦tico ni eficiente ni, a la larga, aceptable. Esto es lo que dice la auditor¨ªa, claramente.
P. La auditor¨ªa no entra precisamente en uno de los problemas a los que usted aludi¨® en el Parlamento catal¨¢n: la adjudicaci¨®n de obra p¨²blica.
R. Ahora, la obra p¨²blica ya no est¨¢ siendo auditada, sino juzgada por fiscales y comisiones de investigaci¨®n. Quiz¨¢s la auditor¨ªa no dio de s¨ª lo que algunos esperaban. Sirvi¨® para situar cu¨¢les eran los defectos de tramitaci¨®n interna importantes que se han corregido. Podr¨ªa haber servido para m¨¢s, lo admito, porque la propia realidad se ha encargado de mostrarlo...
P. Fue usted quien lanz¨® la frase del 3% de supuestas comisiones en obra p¨²blica. A partir de ah¨ª la fiscal¨ªa se decidi¨® a tomar cartas en el asunto.
R. La frase fue importante por una sola raz¨®n: porque la dijo el presidente de la Generalitat. Aceler¨® un proceso que deb¨ªa haber detectado la auditor¨ªa, pero no fue as¨ª. Con la frase sobr¨® para desencadenar un proceso de investigaci¨®n que tarde o temprano hubiera empezado exactamente igual.
P. ?Por qu¨¦ no acept¨® la dimisi¨®n de su consejero de Pol¨ªtica Territorial y Obras P¨²blicas tras el hundimiento del t¨²nel del Carmel?
R. Porque no ten¨ªa ni tengo ninguna certeza sobre su responsabilidad en este tema. Mire, dentro del esquema de la Administraci¨®n p¨²blica han sido cesados los que ten¨ªan que haber informado al consejero de los defectos que pod¨ªa tener la obra o su gesti¨®n o su contrataci¨®n. ?stos son los que lo han dejado. Todav¨ªa no sabemos d¨®nde est¨¢ el origen exacto de la responsabilidad en el tiempo y a qu¨¦ personas afecta en concreto. Lo iremos sabiendo. La impresi¨®n que ten¨ªamos en aquel momento y ahora seguimos teniendo es que han pagado justos por pecadores. Los problemas ven¨ªan de antes y se hacen visibles en un momento determinado, cuando se produce un cambio de gobierno y el Gobierno que llega hereda los defectos del anterior.
P. ?Le est¨¢ echando las culpa al ¨²ltimo Gobierno de CiU?
R. Tenemos la impresi¨®n de que la obra del metro del Carmel estaba totalmente predeterminada. El recorrido por d¨®nde y c¨®mo se deb¨ªa hacer estaba predeterminado. El punto de ataque tambi¨¦n estaba escogido. El agujero, el pozo, ya estaba hecho antes de llegar nosotros, en la plaza de Pastrana. El proyecto no estaba aprobado, pero los hechos hab¨ªan aprobado que el proyecto deb¨ªa ser ¨¦se. ?Qui¨¦n aprob¨® el proyecto? Nosotros, pero ya nos lo hab¨ªamos encontrado todo listo por la v¨ªa de los hechos. Y de ah¨ª vino la acritud en el debate del pasado 24 de febrero, el d¨ªa de la sesi¨®n del 3%.
La cosa ya hab¨ªa empezado el d¨ªa anterior. Al contestar ese d¨ªa en la sesi¨®n de control al Gobierno le record¨¦ al representante del principal partido de la oposici¨®n que el Ejecutivo del que ¨¦l era conseller en cap hab¨ªa inaugurado y acabado el tranv¨ªa de Can Cuy¨¤s justo antes de las elecciones. Pero faltaba un detalle: el proyecto no hab¨ªa sido aprobado. Lo firm¨® mi consejero Joaquim Nadal, tras tomar posesi¨®n, porque alguien lo ten¨ªa que firmar en alg¨²n momento. Nos encontramos, pues, con una situaci¨®n, desde el punto de vista de la gesti¨®n de la obra p¨²blica, francamente con muchas deficiencias. La realidad ha demostrado que la auditor¨ªa fue incompleta, aunque no pretend¨ªa descubrir defectos de construcci¨®n en los t¨²neles del Carmel. Si me est¨¢n diciendo que no entramos en el Gobierno con suficientes precauciones admitir¨ªa la discusi¨®n, pero no la aceptar¨ªa como conclusi¨®n.
P. ?Est¨¢ diciendo que heredaron una situaci¨®n ca¨®tica?
R. En el ¨²ltimo periodo de CiU se proyectaron inversiones del orden de los 350.000 millones de pesetas. Algo que la Generalitat no hab¨ªa querido o podido hacer nunca. Todo se precipit¨®. Dicho esto, ahora hay jueces m¨¢s severos que la opini¨®n del presidente de la Generalitat, que se encargar¨¢n de ello. Estoy rotundamente en contra de todo tipo de pacto de silencio, pero tambi¨¦n en contra de todo tipo de demagogia y esto ahora est¨¢ bien situado, donde deb¨ªa estar, en una comisi¨®n de investigaci¨®n, judicialmente... Mi deseo es que no haya cortinas de humo, que se decida pronto y dejen de planear dudas respecto al pasado.
P. En todo caso la situaci¨®n se ha enturbiado tanto que CiU amenaz¨® en sede parlamentaria con "enviar a hacer pu?etas la legislatura", seg¨²n palabras de Artur Mas, l¨ªder de la federaci¨®n nacionalista, que present¨® una querella criminal de pon y quita contra usted. ?Pinta mal la necesaria colaboraci¨®n de CiU para aprobar el nuevo Estatut?
R. A Mas le conozco desde hace tiempo. Lo tuve de jefe de la oposici¨®n en el Ayuntamiento. Cuando abordamos la Carta Municipal de Barcelona, hecha a principios de los noventa, ¨¦l impidi¨® que se aprobase. Me garantiz¨® que en aquella ocasi¨®n no era ¨¦l quien hab¨ªa decidido. Conf¨ªo en que ahora sea ¨¦l quien decida. No lo digo con iron¨ªa, sino que lo veo probable y lo deseo. Lo que tenemos entre manos es demasiado importante como para que juguemos con ello unos y otros. Yo tambi¨¦n me puedo equivocar. Hay que darle al presidente de la Generalitat ese derecho.
P. De momento CiU asegura que usted no tiene legitimidad ni liderazgo para convocar una nueva cumbre sobre el Estatuto. Esto est¨¢ paralizado.
R. De ning¨²n modo, la ponencia del Estatut avanza a buen ritmo. Y el presidente de la Generalitat debe convocar las reuniones con los l¨ªderes parlamentarios e ir hacia adelante sin partidismo. Hasta ahora mi intervenci¨®n en este tema ha sido estrictamente formal. Estoy dispuesto a hacer todos los gestos necesarios para que quede claro que no busco protagonismo. En la reuni¨®n de Miravet me centr¨¦ m¨¢s en cuestiones de calendario que en el contenido del Estatut. Convocar¨¦ la segunda cumbre en cuanto acabe lo que llaman primera lectura. Debemos cumplir los plazos a los que nos comprometimos y que me parecen razonables. Al presidente del Gobierno espa?ol no le parecen tan razonables porque el calendario pol¨ªtico espa?ol tiene otras urgencias y puede haber una acumulaci¨®n de grandes temas este verano, pero todo esto tiene soluci¨®n.
P. ?C¨®mo va a conseguirlo si Mas no reconoce su autoridad?
R. CiU no ha reconocido nunca esta autoridad, y si lo ha hecho ha sido provisionalmente. Ahora todos nos vemos en la necesidad de superar esta provisionalidad. Espero que los l¨ªderes pol¨ªticos catalanes estemos en condiciones de reencontrar el camino del di¨¢logo y de la construcci¨®n positiva, a pesar de las dificultades.
P ?No habr¨¢ crisis de Gobierno?
R. Todo se puede mejorar en esta vida, pero no tengo razones de desconfianza seria hacia ninguno de los consejeros como para plantear una crisis de Gobierno.
P. ?Ni golpe de tim¨®n?
R. El golpe de tim¨®n es recuperar el ritmo.
P. ?Ni elecciones anticipadas?
R. La legislatura se agotar¨¢. Pero al 100% no las puedo excluir.
P. Sus relaciones con el Gobierno central chirr¨ªan. Algunos ministros o dirigentes del PSOE acostumbran a matizarle, cuando no desmentirle antes de que llegue al aeropuerto de Barajas, de retorno a Barcelona...
R. Hay un problema de creaci¨®n de opini¨®n en este pa¨ªs que se llama centralismo, distancia, desconocimiento... Hay que ir a Madrid, pero tambi¨¦n tienen que venir ellos. Eso no pasa s¨®lo en un partido ni en dos, pasa en la sociedad, en todos los ¨¢mbitos. Hay gente en Madrid que ha arrimado el ascua a su sardina y ha aprovechado la crisis del Carmel para decir que las propuestas que llegan de la periferia no hay que considerarlas. Yo voy a Madrid y las expongo con toda claridad. Pero a veces uno tiene aquel s¨ªndrome que explicaba [Josep] Tarradellas: sales de La Moncloa contento porque te parece que has convencido de algunas cosas y cuando llegas a Barajas tienes la impresi¨®n de que no hay para tanto... Esa sensaci¨®n corresponde a la realidad de concentraci¨®n excesiva de poder pol¨ªtico, medi¨¢tico. Hay una realidad muy potente que antes no exist¨ªa: es Madrid capital, que tiende a confundirse con Espa?a. Si no dices algo all¨ª es como si no lo hubieras dicho.
P. Felipe Gonz¨¢lez -en Madrid y junto a Jordi Pujol- dec¨ªa preferir la Catalu?a pasada a la que est¨¢ por inventar, en alusi¨®n a la de su predecesor y a la suya.
R. Estamos en una fase de la historia de este pa¨ªs en la que se decidir¨¢n muchas cosas para bien o para mal. Cosas que en 25 a?os no se hab¨ªan puesto sobre la mesa, porque el ambiente no estaba maduro. Ten¨ªamos un catalanismo de transacciones coyunturales que no se hab¨ªa planteado en serio modificar la gobernaci¨®n del Estado, la manera de gobernar el pa¨ªs. Durante estos 25 a?os ha sido m¨¢s importante el respeto mutuo, intercambios, gestos, que tenerse que poner de acuerdo sobre qu¨¦ queremos ser cuando seamos mayores como pa¨ªs. Eso era demasiado antip¨¢tico.
P. ?No ser¨¢ que ahora entra en crisis la marca Catalu?a, y pierde prestigio?
R. Catalu?a ha perdido un prestigio exterior un tanto ficticio porque se combinaba con una desconfianza profunda. Ahora tratamos de construir un sistema de confianza conjunto en Espa?a. Ese prestigio consist¨ªa en un intercambio positivo de gestos y realidades. Todo ello era fruto de un proceso de descentralizaci¨®n important¨ªsimo, revolucionario, pero que no iba a la ra¨ªz del problema, sino que descartaba como problemas los que no pod¨ªa resolver. Ahora se trata de resolverlos: por ejemplo la Constituci¨®n, el Estatut. ?Qu¨¦ estatutos no se han retocado nunca? El catal¨¢n y el vasco. Y ya no puede pasar m¨¢s tiempo sin que se retoquen. Catalu?a y el Pa¨ªs Vasco deben tener el estatus que quieran dentro de la Espa?a plural. Se ha querido aprovechar el Carmel para hacer retroceder la reivindicaci¨®n.
P. Pero usted, desde Montevideo, arremeti¨® en contra uno de sus principales aliados en ese proceso, el presidente de Andaluc¨ªa, Manuel Chaves.
R. Es que o¨ª unas declaraciones suyas a la Ser muy categ¨®ricas. Dec¨ªa que en la Constituci¨®n no pod¨ªa haber ninguna menci¨®n que no fuera la de los nombres de las 17 comunidades aut¨®nomas que se han creado en estos 25 a?os. Yo creo que no, que la Constituci¨®n de 1978 est¨¢ diciendo de forma innominada pero inconfundible que hay tres nacionalidades hist¨®ricas, las tres que hab¨ªan plebiscitado su estatuto en el pasado. Y creo que hay que ponerlo en claro, m¨¢s en claro, ahora. Los que dicen que no hay que hacerlo van hacia atr¨¢s respecto a la Constituci¨®n actual. Aznar no vot¨® la Constituci¨®n porque no estaba de acuerdo con el t¨¦rmino "nacionalidades". Ahora se trata de que Espa?a se sincere con ella misma.
P. Es un asunto simb¨®lico.
R. Puede ser simb¨®lico pero tiene efectos pr¨¢cticos inmensos: la reconstrucci¨®n de la confianza mutua. Hasta ahora ha predominado un pragmatismo basado en el "no nos molestemos, pero tampoco nos queramos convencer".
P. ?Ve limitada la reforma de la Constituci¨®n que propugna el Gobierno de Zapatero?
R. Muchos espa?oles piensan que hay que distinguir entre nacionalidades y regiones, que debe haber un Senado de car¨¢cter federal como el alem¨¢n, donde est¨¦n representadas sus autonom¨ªas, b¨¢sicamente sus gobiernos. Eso pasar¨¢ ahora gracias a que Zapatero lo ha reimpulsado.
P. As¨ª, es optimista sobre el alcance de esa reforma.
R. El PP ha sido noqueado por el resultado electoral, que todav¨ªa no ha admitido, cree que es falso. Tampoco admite que la Constituci¨®n se pueda cambiar, que el Estatuto de Catalu?a se reforme... Ese frenazo brutal ha influido en el PSOE. Nadie dice que se modifiquen los cuatro apartados que Zapatero ha anunciado respecto a la Constituci¨®n. Zapatero es quien desbloquea la reforma de la Constituci¨®n. Pero el alcance de estos cambios quiz¨¢ deber¨ªa ser tan ambicioso que el PP, sin el cual no los podemos aprobar, se viera tentado a darles la espalda. Y de ah¨ª estas reacciones de portavoces muy cualificados del socialismo espa?ol, andaluz y otros en el sentido de piano, piano. Lo entiendo, pero no lo comparto.
P. Le acusan de "abusar" al postular la modificaci¨®n de muchas leyes org¨¢nicas y de pedir traspasos por la v¨ªa del art¨ªculo 150.2.
?Frenar¨¢ el PSOE la reforma del Estatuto pese a las promesas de Rodr¨ªguez Zapatero?
R. Todo depender¨¢ de c¨®mo lo hagamos los catalanes. Y lo estamos haciendo, hasta la crisis del Carmel, por consenso. Con todos los partidos, incluido el Popular, y de manera irreprochable. El consejero Joan Saura est¨¢ pr¨¢cticamente dedicando el 30% de su tiempo a explicar por Espa?a qu¨¦ estamos haciendo en esta materia, y lo hace con precisi¨®n, rigor, simpat¨ªa y capacidad de convicci¨®n considerable.
P. Una de las dos almas del PSOE, la centralista, discrepa.
R. En el PSOE hay varias almas, no s¨®lo dos, y gentes que se asustan. La direcci¨®n del barco es la marcada inicialmente por Zapatero. No podemos permitirnos el des¨¢nimo. Lo que tenemos entre manos es demasiado bonito e interesante para arruinarlo.
P. Menudean las cr¨ªticas seg¨²n las cuales la Generalitat primar lo identitario sobre lo social.
R. Lo que estamos haciendo es poner las bases de un sistema social progresivo y avanzado. Queremos un nuevo Estatut como plataforma, como instrumento indispensable para acelerar las reformas sociales. Queremos hacer una reforma social, con prioridad en los barrios m¨¢s desatendidos y en la mejora de la ense?anza, y una reforma en favor de la transparencia. Ahora mismo creamos una oficina antifraude con un fiscal a la cabeza, David Mart¨ªnez, que es un profesional respetado en toda Europa, porque llev¨® el caso del lino. Es muy bueno que Catalu?a gane prestigio en el conjunto del Estado por implantar una mayor transparencia y por emprender reformas sociales, ya que en Espa?a parece cundir la sospecha de que somos ricos y poco transparentes.
P. Contribuye a eso que algunos de sus consejeros afronten la reforma del sistema de financiaci¨®n auton¨®mica hablando de "recortar la solidaridad".
R. No nos hemos explicado suficiente, porque lo que pedimos es una sustantivaci¨®n de la solidaridad, no que desaparezca. Si se hace en Europa, ?por qu¨¦ no puede hacerse en Espa?a? Hay que saber cu¨¢nto se queda cada autonom¨ªa de lo que recauda y cu¨¢nto env¨ªa para el Estado y cu¨¢l es la cuota de solidaridad. Cuanto m¨¢s claro, mejor; si no, siempre habr¨¢ sospechas. La f¨®rmula que defendemos es un nivel de servicios similar para un esfuerzo fiscal similar. Extremadura, Andaluc¨ªa y Castilla-La Mancha pueden entender que la garant¨ªa de la solidaridad que reciben radica en encontrar una formulaci¨®n clara del principio de esta solidaridad.
P. Algunos espa?oles tienen la impresi¨®n err¨®nea, desde la era Pujol, de que Catalu?a paga poco y se aprovecha mucho.
R. Es imprescindible fijar la f¨®rmula, y que sea clara.
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