'Remake' de la secuela

Buena parte de los cineastas japoneses de terror comienzan a repetirse demasiado. Tanto que para definir The ring 2 hay que hacer casi un juego malabar: es una nueva versi¨®n americana de la secuela japonesa de la pel¨ªcula original. Para colmo, dirigida por la misma persona, Hideo Nakata, fichado por Hollywood para rehacer sus filmes originales, pero con reparto, ambientaci¨®n y medios americanos.

Al menos hay que otorgarle el m¨¦rito de no haber copiado sin m¨¢s y de haber cambiado bastante el The ring 2 dirigido en Jap¨®n en 1999. Esta vez la cinta de v¨ªdeo cuya visi¨®n provoca la muerte es una excusa para indagar en la relaci¨®n entre los personajes de Naomi Watts y su hijo, adem¨¢s de, evidentemente, repetir f¨®rmulas de manera cansina (el montaje de v¨ªdeo, que helaba la sangre en la primera pel¨ªcula, ya no conmueve).

Comparada con la primera parte americana, de Gore Verbinski, esta segunda de Nakata es algo m¨¢s tediosa y mucho menos exigente a la hora de las explicaciones (algo habitual en el cine de directores orientales de terror como Nakata, Takashi Shimizu o Kim Ji-Woon). As¨ª, surgen preguntas de ¨²ltima hora tan b¨¢sicas como ¨¦stas: ?por qu¨¦ la polic¨ªa no acude a casa de la mujer tras el asesinato en el hospital? ?Qu¨¦ pasa con el cad¨¢ver masculino que queda en el coche? Aun as¨ª, Nakata, que puede repetirse pero sigue conservando cierto talento, crea un par de secuencias de verdadero escalofr¨ªo: la de los ciervos en la carretera, semejante a otra, pero con monos, de la magn¨ªfica La profec¨ªa (Richard Donner, 1976), y la de la ni?a fantasma reptando por el pozo.