M¨²sica y palabra
El pasado jueves se plante¨® en la Sala Rodrigo, de forma muy directa, una cuesti¨®n que ha hecho correr r¨ªos de tinta desde hace siglos: la problem¨¢tica -y fruct¨ªfera- relaci¨®n de la poes¨ªa con la m¨²sica. Bas¨¢ndose en una serie de poemas del siglo de Oro y en otros del siglo XX, se estructur¨® su audici¨®n cant¨¢ndolos en primer lugar y recit¨¢ndolos luego por parte de Francisco Brines. A continuaci¨®n, y para el ciclo musicado por Antonio G¨®mez Schneekloth, fue invertido el orden: se escucharon primero recitados (poemas de Marzal, Gallego y Brines) para cantarlos despu¨¦s.
Se hac¨ªa as¨ª del todo inevitable la comparaci¨®n entre la poes¨ªa recitada y la cantada, comparaci¨®n que, dada la proximidad de la escucha, tend¨ªa a alejarse de la especulaci¨®n est¨¦tica para situarse en un terreno emocional y quiz¨¢ excesivamente primario, pero, al mismo tiempo, sincero hasta la m¨¦dula: el oyente se preguntaba si la m¨²sica de Toldr¨¢, por ejemplo, a?ad¨ªa algo a la poes¨ªa de Quevedo, o si la Canci¨®n del Duero, de Machado, quedaba mejor con la m¨²sica de Rodrigo que sencillamente recitada. Preguntas elementales que tuvieron contestaciones diversas seg¨²n el poema, la m¨²sica a?adida y la percepci¨®n de los presentes. Pero la contestaci¨®n era aqu¨ª fruto inmediato de la audici¨®n del texto cantado y, pocos minutos despu¨¦s, recitado. O a la inversa. La antiqu¨ªsima pol¨¦mica en torno a la supremac¨ªa o no del texto con respecto a la m¨²sica se situaba en un plano sensorial, intuitivo, directo. El encabezamiento del concierto, basado en un verso del poema de Brines que se recit¨® -y se cant¨® luego- nos introduc¨ªa de lleno en la cuesti¨®n: "Y que canten, si pueden, las palabras". Quiz¨¢ la intenci¨®n primera, por parte de los organizadores, fuera la de subrayar el valor musical de la palabra hablada al incorporar la lectura en un concierto para voz y piano. El resultado, sin embargo, no fue tanto esa reivindicaci¨®n como la experimentaci¨®n pr¨¢ctica de una vieja pol¨¦mica, muchas veces bizantina, que ha llenado p¨¢ginas en los tratados de est¨¦tica. Ahora, simplemente, el oyente se ve¨ªa motivado para decidir, respecto a un poema: "me gusta m¨¢s cantado", "lo prefiero recitado" o "se convierte en algo nuevo". As¨ª de sencillo.
Aula de poes¨ªa
Joanna Thom¨¦ da Silva, mezzosoprano. Juan Carlos Cornelles, piano. Francisco Brines, recitador. M¨²sica de Toldr¨¢, Rodrigo, Obradors, R.Halffter, J. Costa. V. Roncero y A. G¨®mez Schneekloth. Palau de la M¨²sica. Valencia, 7 de abril de 2005.
Contribuyeron los textos y la m¨²sica escogidos. Con respecto a los estrenos hay que destacar el vigoroso dramatismo que Javier Costa traz¨® para Lorca, la integraci¨®n sutil de la declamaci¨®n dentro del canto en la obra de Roncero y la hermosa conjunci¨®n entre m¨²sica y texto del ciclo de G¨®mez Schneekloth. A lamentar, ¨²nicamente, que la dicci¨®n de la cantante hiciera incomprensible buena parte de los poemas: que en un recital como ¨¦ste era imprescindible entender.
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