De los tanques sovi¨¦ticos a La Rioja
Janos Beke, h¨²ngaro que huy¨® de su pa¨ªs en 1956, entrena al Logro?¨¦s, club comprado por su hijo, propietario de 'webs' er¨®ticas
La vida del actual entrenador del Logro?¨¦s, Janos Beke, se torci¨® cuando los tanques sovi¨¦ticos entraron en Budapest en noviembre de 1956. En ese momento, la selecci¨®n h¨²ngara era ya el referente del f¨²tbol mundial. Kubala, Higdekuti, Puskas, Grosics, Czibor y Kocsis, los M¨¢gicos Magiares, reinventaron el f¨²tbol y lo elevaron a un grado de est¨¦tica jam¨¢s alcanzado. Con la invasi¨®n, todo se quebr¨®. Beke, por entonces un prometedor jugador de 19 a?os, demostraba la misma desenvoltura cara al gol que para pedir a Kubala, nueve a?os mayor que ¨¦l y vecino de su calle, que le robase balones del Honved para jugar en la calle. "No ten¨ªamos ni botas ni pelotas, as¨ª que nos aprovech¨¢bamos de nuestros amigos Kocsis, Puskas y, sobre todo Kubala, porque ¨¦ramos de la misma zona del extrarradio", apunta Beke.
El t¨¦cnico blanquirrojo recuerda esos a?os como "muy duros". ?l naci¨® en 1936 y s¨®lo conoci¨® la guerra. Por eso, las circunstancias le obligaron a tomar una decisi¨®n extrema. En diciembre de 1956, de noche, sali¨® de casa y se colg¨® en los bajos de un cami¨®n para atravesar la frontera con Austria. "Dos compa?eros de la selecci¨®n de Hungr¨ªa juvenil hab¨ªan firmado contratos de 8.000 y 10.000 d¨®lares en Viena. Mi paga, en el Csepeli Vasas, era una simple bicicleta. Czibor, un internacional consagrado que ven¨ªa del Honved al Csepeli de Budapest, firm¨® a cambio de una moto peque?a".
"La carretera estaba llena de agua, nieve, barro... y nosotros colgados en los bajos del cami¨®n con un hierro para apoyar la espalda y tener que hacer menos fuerza con los brazos para sujetarnos", explica. Ya en la frontera, cuando los aduaneros comenzaron a registrar el cami¨®n, Beke salt¨® corriendo mientras un soldado austr¨ªaco le enca?onaba. Sus ojos brillan al recordar el incidente: "Me pod¨ªan matar o devolver a Hungr¨ªa. En cambio, me llevaron a un colegio donde me dieron chocolate caliente y pan con mantequilla. No lo hab¨ªa probado jam¨¢s".
Ya declarado pr¨®fugo, los meses posteriores fueron un calvario. La Federaci¨®n le sancion¨® con un a?o de inhabilitaci¨®n por abandonar Hungr¨ªa y acab¨® recalando en un campo de refugiados cerca de Livorno, en Italia. "Durante tres meses, fui el cocinero de 1.200 compatriotas. Mientras, reun¨ª a seis o siete jugadores de Primera que est¨¢bamos en el mismo campo e hicimos un conjunto que daba exhibiciones en los colegios, cobr¨¢bamos un poco de entrada y as¨ª pod¨ªamos ganar algo de dinero", comenta sonriente.
El Bolonia, de Primera, le dio la oportunidad de debutar, pero al cumplirse el a?o de sanci¨®n, el Rapid de Viena le abri¨® las puertas. Su paso tambi¨¦n fue ef¨ªmero. "Ten¨ªamos una gira por Espa?a y jug¨¢bamos contra el Valladolid. Yo estaba lesionado, pero aun as¨ª, marqu¨¦ cuatro goles. Me ficharon inmediatamente porque yo quer¨ªa estar lo m¨¢s lejos posible de Hungr¨ªa", asegura. El miedo dirig¨ªa el destino de Beke: "Me llegaron dos cartas de mis padres. Me dec¨ªan que estaban muy enfermos y que fuese a visitarles. A dos amigos tambi¨¦n les pas¨® lo mismo. Fueron a verlos y aparecieron colgados cerca de la frontera".
En Valladolid jug¨® dos a?os plagados de lesiones; despu¨¦s, recal¨® en el C¨¢diz y en el Albacete, ya con su pierna derecha destrozada por las decenas de partidos de exhibici¨®n en los que la presencia de futbolistas h¨²ngaros eran el principal aliciente. "Ten¨ªa s¨®lo 25 a?os y me dijeron que no podr¨ªa volver a andar porque me hab¨ªan roto el menisco, los ligamentos y me hab¨ªan operado mal. Incluso los m¨¦dicos me tuvieron que romper todos los huesos de la pierna para reconstru¨ªrmela", prosigue Beke. Sin embargo, tras una ¨²ltima operaci¨®n en Barcelona, prob¨® suerte en el Badalona y volvi¨® a dar el salto, esta vez a Holanda. "S¨®lo ten¨ªa una pierna, pero en el Excelsior y el Feyenoord segu¨ª marcando goles", comenta.
Tras colgar las botas, el antiguo delantero centro se mantuvo m¨¢s de 30 a?os como entrenador en Holanda, en equipos de segunda fila. Cuando ya hab¨ªa fijado la fecha de su retiro dorado en Alicante, su hijo, Janos Beke Bustos, le pidi¨® que entrenara al Logro?¨¦s, hist¨®rico club de Tercera Divisi¨®n que hab¨ªa comprado junto a Juan Hortelano. Beke junior, empresario de p¨¢ginas er¨®ticas en Internet y de ropa deportiva, desembarc¨® en La Rioja para tratar de reflotar un club lastrado por una deuda de m¨¢s de 12 millones de euros y al borde de la desaparici¨®n que, actualmente, ocupa la segunda plaza de su grupo aunque su futuro siga dependiendo de subvenciones que no terminan de llegar. "Cuando estaba en Hungr¨ªa por lo menos no ten¨ªamos balones pero s¨ª campos para entrenar. Ahora, durante la semana trabajamos en los parques", se lamenta Beke padre. "Estar a las ¨®rdenes de mi hijo no es nada dif¨ªcil. ?l y Hortelano llevan el club y yo todo lo referido a la t¨¢ctica y los jugadores. As¨ª seguir¨¦ hasta que mi hijo Janos quiera porque, la verdad es que despu¨¦s de tantos a?os no sabr¨ªa qu¨¦ hacer un domingo sin f¨²tbol", concluye.
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