Sempr¨²n regresa a Buchenwald
El escritor espa?ol conmemora junto al canciller alem¨¢n el 60? aniversario de la liberaci¨®n del campo de concentraci¨®n
Con la presencia de veteranos estadounidenses y 550 supervivientes de 26 pa¨ªses, Alemania celebr¨® ayer el sexag¨¦simo aniversario de la liberaci¨®n del campo de concentraci¨®n de Buchenwald. "El recuerdo de la ¨¦poca del nacionalsocialismo, del genocidio y el crimen se ha convertido en parte de nuestra identidad nacional", dijo el canciller alem¨¢n, Gerhard Schr?der, acompa?ado, entre otros, del escritor espa?ol Jorge Sempr¨²n.
Buchenwald, situado cerca de Weimar, fue el primer campo liberado por las fuerzas aliadas, hace 60 a?os. Pero en el pensamiento de los 1.200 invitados estaban tambi¨¦n Dachau, Ravensbr¨¹ck, Sachsenhausen y todos los dem¨¢s campos de concentraci¨®n y exterminio dentro y fuera de Alemania. El p¨²blico, compuesto mayoritariamente por supervivientes octogenarios y familiares, interrumpi¨® a Schr?der con aplausos cuando dijo: "Podemos aprender de la historia. Nosotros, que hemos nacido despu¨¦s, representantes de una Alemania democr¨¢tica, no vamos a permitir que la injusticia y la violencia, el antisemitismo, racismo y el odio a los extranjeros vuelvan a tener nunca m¨¢s cabida en nuestro pa¨ªs".
Sempr¨²n destac¨® la responsabilidad de quienes sobrevivieron al horror nazi siendo ni?os (sobre todo jud¨ªos) porque ellos ser¨¢n los ¨²ltimos supervivientes de la barbarie cuando la mayor¨ªa de los testigos haya muerto. Sempr¨²n sufri¨® Buchenwald en carne propia durante 15 meses. Estaba en el campo con otros 21.000 presos cuando llegaron los norteamericanos el 11 de abril de 1945.
En un alem¨¢n m¨¢s que respetable, Sempr¨²n expres¨® la esperanza de que dentro de 10 a?os se unifiquen los actos conmemorativos de toda Europa y se incluyan en ellos los gulag sovi¨¦ticos. "Eso significar¨ªa, por una parte, que dejar¨ªamos de sufrir esta par¨¢lisis parcial y, por otra, que Rusia habr¨ªa dado un paso decisivo en el camino hacia la democracia".
Schr?der abraz¨® efusivamente al escritor espa?ol al t¨¦rmino de su discurso, pero no aplaudi¨® al presidente del Consejo Central de los Jud¨ªos de Alemania, Paul Spiegel, que critic¨® la deficiente cultura hist¨®rica que no permite a los adultos alemanes educar a sus hijos para que la barbarie no se repita.
Supervivientes venidos de todo el mundo representaron al cuarto de mill¨®n de personas que vieron las rejas de Buchenwald desde dentro entre 1937 y 1945. Al d¨ªa siguiente de la liberaci¨®n, Bob Harmon, de 20 a?os, entraba en Weimar con su divisi¨®n. "Aparentemente soy el ¨²nico que a¨²n vive", dec¨ªa Harmon, ataviado con una cazadora azul con la inscripci¨®n de la 80? Divisi¨®n. "?ramos 20 y entramos a aceptar la rendici¨®n de la ciudad. Hab¨ªa habido emboscadas de la Wehrmacht. No sab¨ªamos si esto era una trampa", recuerda. Era el 12 de abril. "Nunca lo olvidar¨¦: era mi cumplea?os". "Cuando llegamos quedaban unas 200 personas. Estaban muy contentos porque no quer¨ªan m¨¢s bombardeos. (...) Hoy est¨¢ mucho m¨¢s bonita que en 1945".
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