La Real desborda al Deportivo

En una plantilla plagada de j¨®venes canteranos, los nombres de Karpin y Kovacevic rechinan como una nota de exotismo o un gui?o a la Real Sociedad de los 90. Sin embargo, tanto uno como otro son dos puntales en los que se apoya el insultante desparpajo de los chavales de Zubieta. Ambos juegan de una manera libertaria y se permiten el lujo de perder sus posiciones naturales porque saben lo que va a pasar con segundos de antelaci¨®n. Por eso Karpin puede bajar a defender y Kovacevic se puede descolgar para poner balones o dejar huecos en la defensa.

Si, adem¨¢s, por un d¨ªa las bandas funcionan con precisi¨®n de un reloj, los de San Sebasti¨¢n pueden desarbolar a cualquiera. Ayer le toc¨® el turno al Deportivo. Tras el minuto dos, con un disparo de Munitis a las manos de Riesgo, el Deportivo se fue desinflando progresivamente. Para el diez, ya no quedaba ni su sombra.

La Real Sociedad crec¨ªa por las bandas, alarg¨¢ndolas con continuos desdoblamientos y desbordando a la d¨¦bil defensa visitante. Por la derecha, Garrido y Barkero hicieron un siete a sus rivales, mientras que Zubiaurre y Karpin, adem¨¢s de cubrir la izquierda, se incorporaban al resto de las jugadas por el centro. As¨ª lleg¨® el gol de Uranga, que remat¨® en plancha un perfecto pase de Garrido. El f¨²tbol de los donostiarras se perfeccionaba por instantes, jugando de banda a banda, con una fluidez pasmosa.

En ataque, la Real se mostraba casi implacable. S¨®lo la presencia de Munitis sobre la l¨ªnea de gol a la salida de un c¨®rner impidi¨® el gol de Kovacevic. Despu¨¦s, Mun¨²a sacaba por bajo otro cabezazo de Uranga y, en el detalle de clase del partido, Aranburu se sac¨® de la chistera un globo casi de espaldas a la porter¨ªa del uruguayo que sali¨® rozando el larguero.

Pese a que el dominio segu¨ªa siendo realista, el Deportivo tom¨® conciencia de su cr¨ªtica situaci¨®n y se despert¨® del shock de la primera mitad. Sergio, Valer¨®n y Munitis se mostraron ante el meta local Alberto, que hab¨ªa sustituido a Riesgo, conmocionado tras un encontronazo (m. 4). Por m¨¢s que el Deportivo se esforzaba en estirarse, su zaga segu¨ªa haciendo aguas en cada jugada por la banda derecha de los vascos. Cada internada se saldaba con un centro y, en buena parte de las ocasiones, con suaves remates realistas. Por su parte, la delantera gallega no representaba amenaza alguna, con un desaparecido Valer¨®n, un desasistido Luque y Munitis, pele¨®n pero demasiado escorado. En el tramo final, el relajo por el resultado favorable y el cansancio por el correcalles de la primera mitad bajaron el ritmo de la Real, que no lleg¨® a pasar apuros ante la ineficacia de los gallegos.