El futuro del sistema

Sanchis Sinisterra se toma su tiempo, tanto como autor como en funciones de director de escena, para ir desarrollando por sus pasos contados una trama que alude a m¨¢s situaciones de las que al cabo contiene y que cuenta, adem¨¢s, con un final de primer acto ejemplar en su dispositivo dram¨¢tico. El asunto es que una joven, a la que llama X, es decir, cualquiera, interpretada por Marta Poveda, est¨¢ ingresada en lo que parece ser una cl¨ªnica de reposo a causa de una amnesia un tanto rara, pues pierde, junto a la memoria, la capacidad del habla (luego la recuperar¨¢).

All¨ª la joven X recibe las visitas consecutivas de diversas personas: una chica que dice ser su hermana, un gal¨¢n un tanto chuleta que asegura ser su amante, una se?ora con la que habr¨ªa mantenido una relaci¨®n algo m¨¢s complicada, y un joven de pueblo que acude a visitarla en la confianza de que se trata de la nieta de una abuela de pueblo que se est¨¢ muriendo. Dicho de otro modo, la paciente es todo y es nada, y todo viene a ser del color con que se mira. Vale.

Diversos recursos

El autor se vale de diversos recursos dram¨¢ticos, unos m¨¢s o menos nuevos y otros no tanto, para ir tejiendo una intriga, que no se limita a la constataci¨®n de problemas generacionales y que siempre est¨¢, sobre todo, m¨¢s hablada que actuada, de manera que a veces parece que estemos ante la exposici¨®n de una clase de dramaturgia posible m¨¢s que ante una representaci¨®n para los espectadores, un tanto aburridos, la verdad.

Todo esto, y algo m¨¢s que no conviene desvelar, est¨¢ interpretado con mucha convicci¨®n por Selma, y con alguna dificultad por Velilla Vallbuena, mientras que Anna Brians¨® hace de enfermera silenciosa y algo malvada. El resumen es un buen trabajo de texto, construido quiz¨¢s m¨¢s para ser dicho que representado, y donde el mensaje, que de eso se trata, est¨¢ presente desde el principio.