Rice apoya el plan de la oposici¨®n bielorrusa de echarse a la calle contra la dictadura

La oposici¨®n bielorrusa al r¨¦gimen del presidente Alexander Lukashenko anunci¨® ayer a la secretaria de Estado norteamericana, Condoleezza Rice, que pretende lanzarse a la calle como antes hicieron ucranios y georgianos porque no hay posibilidad de cambio pol¨ªtico en su pa¨ªs por la v¨ªa electoral. Rice, que calific¨® a Bielorrusia como "la ¨²ltima dictadura de Europa", no ofreci¨® apoyo expl¨ªcito a tal rebeli¨®n, pero dio alguna idea y subray¨® que corresponde al pueblo bielorruso decidir c¨®mo act¨²a.

Para Minsk y Mosc¨², se trata de un caso flagrante de injerencia. "La reforma no puede imponerse desde fuera", respondi¨® el ministro ruso de Exteriores, Sergu¨¦i Lavrov.

La reuni¨®n con la oposici¨®n bielorrusa se produjo en los m¨¢rgenes de la cita que los ministros de Asuntos Exteriores de la OTAN se hab¨ªan dado en Vilna, capital de Lituania, y que fue calificada de simb¨®lica por la Administraci¨®n de Washington por ser la primera de la Alianza en un territorio que perteneci¨® a la extinta Uni¨®n Sovi¨¦tica. Rice aprovech¨® la ocasi¨®n para recordar que las ansias de libertad y democracia no est¨¢n satisfechas en muchos lugares del mundo, entre ellos Bielorrusia, cuya frontera est¨¢ a unos 40 kil¨®metros de Vilna.

Siete representantes de la sociedad civil que languidece bajo Lukashenko fueron recibidos ayer por Rice, a la que acompa?aban Javier Solana, como coordinador de la pol¨ªtica exterior de la UE, y el ministro lituano de Exteriores, Antanas Valionis.

Los bielorrusos expusieron su punto de vista sobre la situaci¨®n y luego Rice les dijo que se quedaba con cuatro ideas: "Que la sociedad bielorrusa tiene derecho a la libertad de informaci¨®n, que las iniciativas pol¨ªticas necesitan ser apoyadas; que es importante que se cree un movimiento nacional para el cambio y que tiene que haber un candidato alternativo a Lukashenko en las pr¨®ximas elecciones presidenciales" de 2006.

Alexander Dubrovolski, vicepresidente del Partido C¨ªvico Unido, revel¨® que no se hab¨ªan discutido actuaciones concretas, pero la secretaria de Estado dio ideas: "Nos dijo que la sociedad necesita algo sobre lo que unirse y puso el ejemplo de Argentina, donde los desaparecidos contribuyeron a la movilizaci¨®n nacional". En Bielorrusia hay cuatro desaparecidos prominentes y, seg¨²n la oposici¨®n, puede haber m¨¢s an¨®nimos.

"Estamos preparando protestas callejeras para que Lukashenko explique qu¨¦ ha pasado con los desaparecidos", anunci¨® Dimitri Borodko, l¨ªder de la organizaci¨®n juvenil Volat. "En Bielorrusia es imposible que haya elecciones limpias. No podemos ganar m¨¢s que lanz¨¢ndonos a la calle". Para Dubrovolski, la estrategia es clara: "Queremos que haya presi¨®n de las masas a favor del cambio". Preguntado Borodko por la reacci¨®n de Rice ante sus planes de protestas callejeras, respondi¨®: "Vi fuego en sus ojos". Otra de las asistentes a la reuni¨®n, Ludmila Petina, que representaba a una organizaci¨®n de mujeres independientes, introdujo una dosis de cautela: "El Gobierno de Bielorrusia est¨¢ dispuesto a usar la fuerza en cualquier momento".

"Hemos hablado de c¨®mo apoyar, y las elecciones de 2006 presentan una oportunidad, porque las elecciones han sido un catalizador", se?al¨® Rice en conferencia de prensa y en referencia a los alzamientos ciudadanos de Ucrania y Georgia. "No corresponde a EE UU decir a la gente c¨®mo puede hacer realidad sus aspiraciones".

Lo que s¨ª va a hacer abiertamente Washington es dejar en evidencia a Bielorrusia ante la comunidad internacional, exigir que las elecciones se celebren conforme a los est¨¢ndares internacionales y apoyar a la sociedad civil. "El Gobierno de Bielorrusia no puede seguir ocult¨¢ndose en un rinc¨®n oscuro como si no estuviera en plena sociedad internacional", advirti¨® la secretaria de Estado.

Los movimientos de Rice en torno a Bielorrusia no pasaron inadvertidos al ministro de Exteriores ruso, Sergu¨¦i Lavrov. "Nosotros no abogamos por el cambio de r¨¦gimen en ning¨²n sitio", declar¨®, usando conscientemente la consigna ("cambio de r¨¦gimen") de que Washington se vali¨® para intervenir en Irak. "La reforma no puede imponerse desde fuera", insisti¨®.

Fue un momento de disparidad ruso-norteamericana que contrast¨® con la atm¨®sfera de entendimiento entre Mosc¨² y los aliados que supuso la firma de un acuerdo de cooperaci¨®n militar. El Acuerdo de Estatuto de Fuerzas (Sofa, en las siglas inglesas empleadas por la OTAN) regula la presencia de tropas y equipo militar de la OTAN y de Rusia en el territorio del otro, para maniobras, tr¨¢nsito (tropas aliadas camino de Afganist¨¢n, soldados rusos que deben viajar a los Balcanes) u otras formas de cooperaci¨®n. Rusia subray¨® la vertiente de la lucha antiterrorista.

La OTAN abri¨® en Vilna sus brazos a Ucrania, a la que ofreci¨® un di¨¢logo intensificado y todo tipo de ayuda para cumplir el estricto programa de modernizaci¨®n de estructuras militares y de poder necesario para ingresar en la Alianza.

El ministro ucranio de Exteriores, Bor¨ªs Tarasiuk, aventur¨® que los deberes estar¨¢n hechos en 2008. Michel Barnier, jefe de la diplomacia francesa, subray¨® que la preparaci¨®n ucrania no supone que la OTAN est¨¦ preparada para la integraci¨®n. Rice replic¨®: "La experiencia demuestra que si los Estados cumplen, la OTAN respeta sus obligaciones".