De nuevo el tiempo da la raz¨®n
Hace unos d¨ªas se ha dado a conocer la sentencia de la Audiencia Provincial de Valencia por la que se condena al ex director del Ivex, Jos¨¦ Mar¨ªa Tabares, como culpable de un delito de estafa.
Tomar la decisi¨®n de acudir a los Tribunales fue muy duro. Ten¨ªamos el total convencimiento de que hac¨ªamos lo correcto, y de que en la salvaguarda del inter¨¦s y los recursos p¨²blicos, deb¨ªamos actuar con la mayor responsabilidad y con todo el rigor que es exigible a los servidores p¨²blicos. Los ciudadanos no hubieran entendido lo contrario ni se hubieran conformado con menos.
Permanec¨ªan muy frescos en nuestra memoria muchos de los lamentables episodios de corrupci¨®n que, durante algunos a?os, condicionaron la pol¨ªtica espa?ola. Los que participamos en aquel proyecto pol¨ªtico de regeneraci¨®n nos hab¨ªamos conjurado para erradicar estos casos actuando contra ellos con la mayor firmeza y con el ¨²nico objetivo de sustituir la palabra corrupci¨®n, por otras como transparencia, responsabilidad o dignidad.
Entendimos que era necesario defender la profesionalidad y la honestidad del Ivex hasta sus ¨²ltimas consecuencias para lo cual tuvimos que acudir a los Tribunales, y ello a pesar de las duras cr¨ªticas que sab¨ªamos que ¨ªbamos a recibir de la oposici¨®n y de algunos medios de comunicaci¨®n empe?ados en desgastar, a cualquier precio, al Gobierno de Eduardo Zaplana.
Por ello, al leer esta sentencia, no he podido menos que recordar y valorar la valent¨ªa y el acierto del anterior Gobierno de la Generalitat y del Consejo de Administraci¨®n del Ivex que, al conocer aquellos hechos, decidi¨® ponerlos en conocimiento inmediato de la autoridad judicial, dando origen al proceso concluido con esta sentencia, en la que se acogen todos los argumentos del Ivex y se pone de relieve que los condenados actuaron sin conocimiento ni autorizaci¨®n del Consejo de Administraci¨®n de la entidad.
Resulta parad¨®jica la posici¨®n del Partido Socialista que, en lugar de aplaudir el hecho poco habitual de acudir a los Tribunales en la defensa de los recursos p¨²blicos, opt¨® claramente por ponerse de lado de quienes ahora han sido condenados.
Se atac¨® precipitada e injustificadamente a una instituci¨®n como el Ivex crucial para el desarrollo de nuestro tejido productivo cuestionando la honorabilidad y el prestigio de sus profesionales, y lo que es m¨¢s importante mermando la confianza que las empresas valencianas siempre han depositado en el instituto a la hora de buscar nuevos mercados para sus productos.
Y se hizo porque se opt¨® conscientemente por intentar desacreditar a un Gobierno, el del Partido Popular, y a una persona, Eduardo Zaplana, su presidente, por encima de cualquier otra consideraci¨®n, renunciando a mantener una actitud prudente y responsable como hubiera sido deseable.
El llamado caso Ivex demuestra la diferente actitud de unos y de otros. Durante los Gobiernos del Partido Popular no ha habido corrupci¨®n, que dej¨® de ser una preocupaci¨®n para los ciudadanos, y cuando ha aparecido alguna situaci¨®n an¨®mala fuimos los primeros en denunciarla.
Como directora del Ivex entre 1999 y 2002, me siento orgullosa de haber contribuido modestamente, desde mi esfera de responsabilidad, a la etapa de mayor prosperidad, bienestar y honradez de la Comunidad Valenciana.
Carmen de Miguel es ex directora del Instituto Valenciano de la Exportaci¨®n (Ivex).
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