La otra cara de la econom¨ªa del tabaco
"La mentira est¨¢ hecha
con palabras y tambi¨¦n
con silencio"
Adrienne Rich 1975
La industria del tabaco utiliza los argumentos econ¨®micos para intentar persuadir a los gobiernos, a los medios de comunicaci¨®n y a la opini¨®n p¨²blica sobre los beneficios econ¨®micos que genera el consumo de tabaco. Paralelamente, exagera enormemente las p¨¦rdidas econ¨®micas, si es que hay alguna, que causar¨ªan las medidas encaminadas a la prevenci¨®n del tabaquismo, y nunca menciona los costes econ¨®micos que causa el tabaco. Con este enfoque la industria pretende activar la m¨¢quina del tiempo y retroceder al siglo XIX, cuando el negocio del tabaco lleg¨® a suponer el 16% del PIB en Espa?a. Pero en estos momentos este negocio supone algo mas del 1% del PIB. Incluso si todo el negocio del tabaco desapareciera de la noche a la ma?ana, nuestra econom¨ªa no se resentir¨ªa.
El coste en salud se traduce en que uno de cuatro fumadores va a fallecer en edad laboral
Hablemos alguna vez de los costes econ¨®micos que genera el consumo del tabaco, costes impuestos no s¨®lo a los fumadores, sino al conjunto de la sociedad. El coste en salud se traduce en que uno de cada cuatro fumadores va a fallecer en edad laboral. Si sobreviven, seguir¨¢n perdiendo ingresos por d¨ªas de baja laboral o enfermedad. Seg¨²n expertos del Banco Mundial, los costes econ¨®micos para los Gobiernos, los empleadores y el medio ambiente incluyen gastos de seguridad social (pensiones de invalidez) y salud, p¨¦rdidas en la balanza comercial al importar cigarrillos, p¨¦rdida de tierras donde se podr¨ªan cultivar alimentos, costes por incendios y da?os en edificios, costes medioambientales, absentismo laboral, disminuci¨®n de la productividad, mayor n¨²mero de accidentes y mayores costes de las p¨®lizas de seguros. A esto hay que a?adir otros intangibles en forma de sufrimiento por enfermedad, discapacidad y muerte prematura.
En el Reino Unido los impuestos del tabaco generan al erario p¨²blico unos ingresos anuales de 8.055 millones de libras esterlinas, mientras que el gasto sanitario directamente causado por el tabaquismo ascendi¨® a un total de 15.000 millones de libras esterlinas en 2003. Durante un a?o 364.200 pacientes son atendidos por el sistema p¨²blico de salud de ese pa¨ªs por enfermedades relacionadas directamente con el consumo de tabaco. Asimismo, 9.500 camas son ocupadas cada d¨ªa por pacientes con enfermedades causadas por el consumo de tabaco. Los fumadores tienen un promedio de bajas por enfermedad de 6,16 d¨ªas por a?o, mientras los no fumadores tienen 3,86. Seg¨²n un estudio de la Universidad Pompeu Fabra de Barcelona, en Espa?a el gasto sanitario de solamente seis enfermedades derivadas del tabaquismo origina un total de 3.600 millones de euros. El gasto sanitario relacionado con el tabaco supone del 6% al 15% del gasto sanitario global en los pa¨ªses desarrollados, seg¨²n el Banco Mundial (informaci¨®n disponible en www1.worldbank.org/book/html/).
Algunos han sostenido que, dado que los fumadores viven de promedio 10 a?os menos ( a menudo 25 a?os menos), no era sostenible que fueran causa de mayor gasto sanitario. Sin embargo las investigaciones que maneja el Banco Mundial aseguran que en los pa¨ªses desarrollados el gasto sanitario a lo largo de toda la vida del fumador es mayor que el gasto sanitario originado por quienes no fuman, a pesar de que ¨¦stos viven m¨¢s y perciben la pensi¨®n de jubilaci¨®n durante m¨¢s tiempo. Algunos pa¨ªses han calculado el gasto sanitario y social combinado. En Estados Unidos se ha estimado en 157.000 millones de d¨®lares al a?o (California en 15.900 millones); Noruega, en 7.000 millones de d¨®lares; Suiza, en 10.000 millones de francos suizos; y Holanda en el 2,75 % del Producto Interior Bruto. En Espa?a, el Consejo de Estado ha constatado recientemente que los gastos sociales por el tabaco son mayores que los ingresos por impuestos.
En lo referente a la producci¨®n agr¨ªcola de tabaco, el Banco Mundial aporta datos reveladores. Por cada 1.000 toneladas de tabaco producido, la industria tabacalera ingresa 2,7 millones de d¨®lares de beneficios, pero a los Estados y los particulares esta producci¨®n genera 30 millones de d¨®lares en gastos sociales y sanitarios de todo tipo. Seg¨²n esta instituci¨®n, s¨®lo un par de pa¨ªses africanos (Malaui y Zimbabue) tienen en estos momentos m¨¢s ingresos que gastos por el negocio de tabaco: eso s¨ª, a costa de tratar a los trabajadores de las plantaciones como esclavos y de ejercer la explotaci¨®n laboral infantil.
Para 2010, la Uni¨®n Europea va a suspender las ayudas a la producci¨®n de tabaco, por lo que este cultivo perder¨¢ buena parte de su atractivo en los pa¨ªses de la UE. Evidentemente es una fuerte contradicci¨®n restringir el consumo y subvencionar la producci¨®n. Los objetivos de las regulaciones del consumo del tabaco no son perjudicar el negocio del tabaco, ni mucho menos a los agricultores. El objetivo es proteger a la poblaci¨®n de un agente cancer¨ªgeno y reducir la epidemia de tabaquismo.
Los resultados sectoriales de estas pol¨ªticas son, en el fondo, efectos colaterales de medidas orientadas a proteger la salud de la poblaci¨®n, acciones con las que est¨¢ de acuerdo la inmensa mayor¨ªa de los espa?oles, tanto si fuman como si no.
Rodrigo C¨®rdoba Garc¨ªa es Presidente del Comit¨¦ Nacional de Prevenci¨®n del Tabaquismo.
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