Del tama?o de las democracias
Las elecciones de hoy en Andorra est¨¢n ocupando en nuestros medios de comunicaci¨®n un espacio considerable. Ello se debe tanto a que los catalanes se sienten pr¨®ximos a Andorra (y no s¨®lo por las consabidas colas de compras y esqu¨ª de fin de semana) como al hecho de que, siendo tan pr¨®xima, pol¨ªticamente es percibida con bastante desconocimiento e incluso con una mirada cargada de ciertos prejuicios.
Pero la ocasi¨®n es ideal para ver como el tama?o de una democracia representativa no tiene que ver con la cualidad de su rendimiento, y que a escala peque?a (en superficie y n¨²mero de habitantes) es incluso a veces m¨¢s agradable y eficiente que a escala grande. Aplicado el argumento a las transiciones, ya nadie discute que fue m¨¢s f¨¢cil llevarla a cabo a escala de Lituania que a escala de Rusia. Ciertamente, Andorra no sale de una transici¨®n de este tipo, pero a 12 a?os de la aprobaci¨®n de su primera Constituci¨®n democr¨¢tica y de su ingreso en Naciones Unidas (?el cap de govern ?scar Ribas hizo el primer discurso de ingreso de un Estado miembro en catal¨¢n!), bien puede hablarse de que ha entrado en una velocidad de crucero. De hecho, algunos peri¨®dicos de Barcelona mencionaban ayer que las encuestas incluso parecen avalar la hip¨®tesis de una alternancia. Desde 1993 no siempre ha gobernado el actual partido liberal, pero una alternancia hacia un claro centro izquierda no ser¨ªa m¨¢s que un indicador adicional de plena normalidad de acuerdo con los par¨¢metros de Europa occidental.
Andorra celebra hoy elecciones. El peque?o principado, que recibe 11 millones de turistas al a?o, busca su propio camino en la globalizaci¨®n
Conviene recordar aqu¨ª, justamente, que las elecciones y todo lo que las acompa?a (en particular el sistema electoral) no fue un asunto secundario en 1991 y 1992 durante la larga y no siempre f¨¢cil negociaci¨®n para la elaboraci¨®n del texto constitucional. Fue una comisi¨®n muy particular, puesto que era trilateral: representantes del Parlamento andorrano, el Consell General, representantes del copr¨ªncipe episcopal, el obispo Mart¨ª Alanis, y representantes del copr¨ªncipe franc¨¦s, a la saz¨®n Fran?ois Mitterrand. Si bien algunos asuntos fueron muy pol¨¦micos a tres bandas, lo cierto es que los representantes de los copr¨ªncipes dejaron la cuesti¨®n electoral bastante en manos de la parte andorrana, que tuvo sus m¨¢s y sus menos a la hora de dar con una f¨®rmula aceptable para todos. De hecho, fue el ¨²ltimo acuerdo alcanzado. ?Por qu¨¦?
Una de las razones es que el Consell General tradicional, con cuatro consellers por parroquia (Andorra se divide en siete parroquias, esenciales en la tradici¨®n hist¨®rica andorrana), no era adaptable a la nueva Constituci¨®n porque de mantenerse la f¨®rmula se vulneraba el principio de representaci¨®n popular. Por otra parte, las parroquias son un nivel de gobierno muy importante en Andorra; por ello, la Constituci¨®n las conserv¨®, y les dio de hecho un rango jur¨ªdico mucho m¨¢s asimilable a las comunidades aut¨®nomas del caso espa?ol que a simples ayuntamientos (que tambi¨¦n lo son). Por tanto, se opt¨® por una f¨®rmula que en la pr¨¢ctica se inspira en el federalismo m¨¢s avanzado, pero con un parlamento unicameral (los pol¨ªticos andorranos, con buen criterio, decidieron que Andorra no necesitaba dos c¨¢maras). La mitad de sus 28 parlamentarios son elegidos por sistema proporcional de listas cerradas (y atribuci¨®n de esca?os por restos mayores), en circunscripci¨®n nacional ¨²nica. La otra mitad son elegidos a raz¨®n de dos por parroquia, pero con un sistema de dos candidatos (se prev¨¦ que haya suplentes), y gana por sistema mayoritario la candidatura (de dos candidatos) que saca m¨¢s votos. La cuesti¨®n de si no habr¨ªa sido mejor, para esta segunda mitad, que salieran elegidos los dos candidatos que hubieran sacado m¨¢s votos, con votaci¨®n nominal individual, sigue abierta, pero es responsabilidad del legislador mantener o cambiar la f¨®rmula actual.
Andorra tiene otras peculiaridades interesantes desde el punto de vista electoral. Cada parroquia obsequia a sus votantes de un modo u otro. Una, muy poblada, ofrece un copioso desayuno, donde -muy importante- se puede optar por lo dulce o lo salado, con mucha longaniza, butifarra y todo tipo de maravillas locales. Otra sol¨ªa dar una peseta rubia a cada elector, de cuando ten¨ªan que bajar de las bordes y hacer un esfuerzo para ir a votar. Problema hubo, claro, el d¨ªa que se pas¨® (en Espa?a) a la peseta de aluminio, que los votantes rechazaron de plano y con raz¨®n porque val¨ªa menos de lo que pesaba. Hubo que comprar al Banco de Espa?a un excedente de pesetas rubias, y la verdad, no sabemos c¨®mo se calcul¨® el stock de reserva. Otra parroquia, criticada por algunos de sus habitantes, pas¨® de dar desayuno a dar un vale para tomarse algo en cualquier bar de la parroquia, a cuenta del com¨² (gobierno parroquial).
Se ha criticado a veces desde fuera, y con ligereza, que s¨®lo vota el 25% de la poblaci¨®n, y que ello ser¨ªa antidemocr¨¢tico. Bien, pero ?cu¨¢ntos pa¨ªses europeos tienen una poblaci¨®n en la que s¨®lo un tercio son nacionales y el resto extranjeros? Y tambi¨¦n, ?cu¨¢ntos pa¨ªses europeos dan el voto -exceptuando la disposici¨®n municipal de la Uni¨®n Europea desde los a?os noventa- en elecciones legislativas a los no nacionales? No mezclemos, una cosa es la composici¨®n de la poblaci¨®n, otra la estabilizaci¨®n de la poblaci¨®n inmigrada (en un pa¨ªs con un muy elevado n¨²mero de trabajadores estacionales: hoteler¨ªa, esqu¨ª, construcci¨®n), y otra, pero s¨®lo al final, si la pol¨ªtica en materia de nacionalidad podr¨ªa ser m¨¢s abierta. De hecho, desde la aprobaci¨®n de la Constituci¨®n hasta ahora, el n¨²mero de nacionales andorranos se ha multiplicado por dos, en 12 a?os, y no precisamente por crecimiento demogr¨¢fico de los nacionales. Andorra, con sus problemas, est¨¢ buscando su manera de adaptarse a la globalizaci¨®n, y algunos de sus activos, como recibir 11 millones de turistas al a?o, est¨¢n cargados de riesgo y contradicciones. Pero hizo bien su periodo constituyente, super¨® bien su transici¨®n, y sus elecciones de hoy son, en s¨ª mismas, una fiesta, popular donde todo el mundo conoce a todo el mundo.
Pere Vilanova es catedr¨¢tico de Ciencia pol¨ªtica y ex magistrado del Tribunal Constitucional de Andorra (1994-2003).
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