De Benito a Benedicto
Los ateos deber¨ªan estar satisfechos con la elecci¨®n del papa Benedicto XVI. Porque hay grandes probabilidades de que este te¨®logo b¨¢varo, anciano, estudioso, conservador y sin carisma, acelere precisamente la descristianizaci¨®n de Europa que pretende detener. Al terminar su papado, es posible que Europa sea tan poco cristiana como en la ¨¦poca en la que san Benito, uno de los patronos del continente, fund¨® la innovadora orden mon¨¢stica de los benedictinos, hace 15 siglos. La Europa cristiana: de Benito a Benedicto. RIP.
En la actualidad, Europa es el continente m¨¢s laico de la tierra. El fen¨®meno del ¨²ltimo Papa ocultaba la verdadera tendencia. Las grandes muchedumbres de j¨®venes entusiastas en la plaza de San Pedro, o en actos de masas al aire libre durante sus numerosos viajes, casi nos hac¨ªan olvidar el enorme descenso de la asistencia a la iglesia y la escasez de vocaciones. Una p¨¢gina web de misioneros baptistas estadounidenses nos da otra perspectiva. "Europa occidental", dice, "es... uno de los terrenos m¨¢s dif¨ªciles del mundo para los misioneros. Los estudiosos comparan la acogida que all¨ª recibe el evangelio con la del Oriente Pr¨®ximo musulm¨¢n". Voltaire estar¨ªa orgulloso de nosotros.
Como dice todo el mundo, los papas ancianos pueden sorprendernos; ya lo hizo Juan XXIII al convocar el Concilio Vaticano II, que tantas reformas introdujo
No s¨®lo es anciano, sino anticuado. Al parecer, le traumatizaron las protestas estudiantiles de 1968, encabezadas por personajes como Schr?der y Fischer
La expansi¨®n del secularismo no es el ¨²nico peligro que advierte este Papa. Tambi¨¦n tiene opiniones decididamente anticuadas sobre el islam
No estaba tan claro en Europa del Este, donde la presi¨®n del comunismo hac¨ªa que las iglesias salieran reforzadas. Pero lo ir¨®nico del pontificado de Juan Pablo II es que, al acelerar la ca¨ªda del comunismo, ayud¨® a desencadenar las mismas fuerzas de la modernizaci¨®n capitalista que contribuyen a la secularizaci¨®n de Europa occidental. Al mismo tiempo, la inmigraci¨®n y las perspectivas de ampliaci¨®n de la UE hacen que el islam sea la confesi¨®n m¨¢s din¨¢mica y en aumento de Europa. En Berl¨ªn, por ejemplo, los musulmanes constituyen ya el segundo grupo religioso en importancia, detr¨¢s de los protestantes pero antes que los cat¨®licos.
Como dice todo el mundo, los papas ancianos pueden sorprendernos; ya lo hizo Juan XXIII al convocar el Concilio Vaticano II, que tantas reformas introdujo. Pero yo no veo nada en la personalidad, la biograf¨ªa, los principios o la estrategia de Benedicto XVI que indique que es capaz de invertir las tendencias mencionadas.
Josef Ratzinger tiene todo el conservadurismo de Karol Wojtyla y nada de su carisma. Puede mostrarse encantador, ingenioso y convincente en un debate intelectual, y as¨ª lo demostr¨® hace poco al enfrentarse al fil¨®sofo alem¨¢n J¨¹rgen Habermas, del mismo modo que se enfrent¨® Benedicto XIV a Voltaire en el siglo XVIII. Sin embargo, ante un gran p¨²blico, su voz suave y precisa, sus aires de profesor y sus gestos indecisos no tienen nada que hacer al lado de la capacidad de comunicaci¨®n del gran actor que le precedi¨®. Ni pueden compararse con el posible atractivo de otros candidatos, hombres m¨¢s j¨®venes, procedentes de Latinoam¨¦rica, que habr¨ªan podido hacer de la Iglesia cat¨®lica una de las voces m¨¢s en¨¦rgicas en defensa de los pobres del mundo. Parad¨®jicamente, es posible que un Papa latinoamericano hubiera atra¨ªdo m¨¢s a los j¨®venes de Europa que este europeo.
?C¨®mo va a inspirar a los j¨®venes? El autor cat¨®lico Daniel Johnson sugiere, en The Times de Londres, que Benedicto XVI posee la cultura y el talento suficientes para transmitir a los j¨®venes las apasionantes reinterpretaciones de doctrinas antiguas hechas por el ¨²ltimo Papa. "En concreto", escribe, "la Teolog¨ªa del Cuerpo, que concibe la sexualidad como una emanaci¨®n del amor divino, tiene tremendas posibilidades de entusiasmar a los j¨®venes". Ya. Seguir¨¦ atentamente los acontecimientos.
Este te¨®logo b¨¢varo no s¨®lo es anciano, sino anticuado. Al parecer, como ocurri¨® con varios profesores alemanes de su generaci¨®n, le traumatizaron las protestas estudiantiles de 1968, encabezadas por personajes como Gerhard Schr?der y Joschka Fischer. Tras la elecci¨®n de Ratzinger, el canciller Schr?der pronunci¨® unas educadas frases sobre el orgullo patri¨®tico porque hubiera un Papa alem¨¢n, pero me imagino lo que dir¨ªa en la intimidad. Era curioso cambiar de la televisi¨®n polaca, a¨²n de luto por el polaco m¨¢s importante de la historia, a la televisi¨®n alemana, que saludaba a su compatriota con d¨¦biles elogios y c¨¢usticos comentarios de preocupaci¨®n.
Reproche injusto
Aunque es injusto reprocharle su reclutamiento obligatorio en las Juventudes Hitlerianas, es evidente que su biograf¨ªa no le favorece como ocurr¨ªa con la de Wojtyla. Y no hace falta irse a los extremos del peri¨®dico sensacionalista brit¨¢nico The Sun, que recibi¨® su elecci¨®n con un titular memorable, De las Juventudes Hitlerianas a... Papa Ratzi, y le describi¨® como "un antiguo soldado enemigo durante la Segunda Guerra Mundial".
Sus principios son muy parecidos a los de su predecesor. No es razonable confiar en que vaya a cambiarlos. La Iglesia cat¨®lica no es un partido pol¨ªtico que hace recortes aqu¨ª y all¨¢ para captar votos. Una roca es firme porque no es arena. No obstante, hay un par de ajustes importantes que el nuevo Papa podr¨ªa hacer sin poner en peligro el dogma central del catolicismo. Uno, podr¨ªa permitir el uso excepcional de preservativos para impedir que nazcan ni?os aquejados de VIH/sida. Servir¨ªa para salvar muchas vidas en los pa¨ªses en v¨ªas de desarrollo, pero adem¨¢s tendr¨ªa una acogida positiva en la opini¨®n p¨²blica europea. En segundo lugar, podr¨ªa permitir que los sacerdotes se casaran. En el primer aspecto, tal vez nos sorprenda, pero ser¨ªa un milagro que cambie su postura sobre el segundo.
Luego est¨¢ la cuesti¨®n de su estrategia. Juan Pablo II era un Papa acogedor, ecum¨¦nico, de grandes concentraciones. La opini¨®n de Benedicto XVI es que, si la Iglesia cat¨®lica tiene que reducirse para permanecer fiel a sus principios esenciales, merece la pena. La Iglesia ser¨¢ m¨¢s peque?a, pero m¨¢s pura. Klein aber fein, como dicen en su alem¨¢n materno.
Su homil¨ªa en la bas¨ªlica de San Pedro, antes de que los cardenales iniciaran el c¨®nclave, dej¨® claro que tiene intenci¨®n de abordar de frente el secularismo, el relajo moral y el consumismo de la Europa contempor¨¢nea. Ha dicho que la homosexualidad representa la inclinaci¨®n hacia un "mal moral intr¨ªnseco". Al parecer, le indign¨® que rechazaran la candidatura del devoto cat¨®lico Rocco Buttiglione a ocupar un cargo de comisario europeo. Clama sin cesar contra "la dictadura del relativismo".
La expansi¨®n del secularismo no es el ¨²nico peligro que advierte este Papa. Tambi¨¦n tiene opiniones decididamente anticuadas sobre el islam. En un serm¨®n pronunciado en Regensburg en 2003, atac¨® con dureza al entonces presidente alem¨¢n por haber sugerido que el h¨¢bito del monje ten¨ªa tan poco sitio en la vida p¨²blica europea como el pa?uelo isl¨¢mico. En respuesta, se mostr¨® de acuerdo con un te¨®logo alem¨¢n que hab¨ªa replicado que "Europa, al fin y al cabo, no se construy¨® a partir del Cor¨¢n, sino a partir de las Sagradas Escrituras de la Vieja y la Nueva Alianza" (una respuesta que inclu¨ªa el juda¨ªsmo junto al cristianismo). "No prohibir¨ªa a ninguna mujer musulmana (Moslemfrau) que lleve el pa?uelo", declar¨®, con generosidad. "Pero menos a¨²n permitiremos que se proh¨ªba la Cruz, que es el signo p¨²blico de una cultura de reconciliaci¨®n".
Dado que identifica a Europa con el cristianismo, piensa que Turqu¨ªa no tiene hueco en la Uni¨®n Europea. En una entrevista concedida a Le Figaro el pasado mes de agosto, habl¨® de Europa como un continente "cultural", m¨¢s que geogr¨¢fico, y dijo que Turqu¨ªa "siempre ha representado otro continente a lo largo de la historia, en contraste permanente con Europa". Turqu¨ªa, sugiri¨®, "podr¨ªa intentar establecer un continente cultural con los pa¨ªses ¨¢rabes vecinos y convertirse en protagonista de una cultura con identidad propia".
Salud
Ya est¨¢n diciendo que el 265? Papa es una figura de transici¨®n. Ahora bien, por lo que se sabe, no tiene problemas graves de salud como ten¨ªa Juan Pablo II, y, con los mejores medios modernos de la medicina y la ciencia a su disposici¨®n, podr¨ªa muy bien sobrevivir 10 a?os m¨¢s. Es decir, podr¨ªa vivir para ver la Uni¨®n Europea en 2015. Una Europa que seguramente ser¨ªa m¨¢s isl¨¢mica que ahora en las ¨¢reas m¨¢s pobres, y m¨¢s laica que nunca en las regiones m¨¢s ricas. ?Ser¨ªa adem¨¢s una Europa mejor? Eso es tema para otra columna.
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