La pesadilla de los Rajkhan
EE UU oblig¨® a desviar un avi¨®n donde viajaban dos saud¨ªes que estudiaron en la misma escuela de pilotos que un terrorista del 11-S
"Somos polic¨ªas; no se preocupen", dijeron los agentes que abordaron el avi¨®n en Londres. Pero los hermanos saud¨ªes Marwan y Waddah Rajkhan ya estaban preocupados. Hac¨ªa 40 horas que las autoridades de aviaci¨®n estadounidense hab¨ªan obligado a dar media vuelta "por razones de seguridad" al vuelo que les llevaba a M¨¦xico, y ya era el segundo aeropuerto en el que les recib¨ªan pistola en mano. Su delito: haber sacado sus licencias de piloto en la misma escuela de Arizona que Hani Hanjour, uno de los secuestradores del 11-S. El resto de los pasajeros les miraron con recelo. Ellos reaccionaron con resignaci¨®n. Est¨¢n seguros de que se trata de un error -"nadie nos ha acusado de nada"-, pero no saben c¨®mo acabar con la pesadilla.
"Cuando llev¨¢bamos ocho horas de vuelo el capit¨¢n dijo que ¨ªbamos a regresar a Holanda"
"?bamos a M¨¦xico a visitar a nuestro padre porque estaban a punto de operarle", relata por tel¨¦fono Waddah, de 28 a?os, desde su domicilio en Yedda. Hace un par de a?os que Mustafa Rajkhan decidi¨® retirarse en ese pa¨ªs, donde hab¨ªa sido embajador de Arabia Saud¨ª y hab¨ªa encontrado a su segunda esposa. As¨ª que los hermanos buscaron un billete barato en Internet y eligieron un vuelo de KLM desde Londres. "El pasado d¨ªa 8 volamos a Heathrow con Saudia y, al cambiar de terminal, pasamos el control de pasaportes sin problemas", explica Marwan, de 39 a?os. Poco despu¨¦s sal¨ªan hacia Amsterdam para coger el vuelo KL 685 con destino a M¨¦xico.
No pudieron llegar. "Cuando llev¨¢bamos ocho horas de vuelo, el capit¨¢n anunci¨® que ¨ªbamos a regresar a Holanda porque Estados Unidos no nos autorizaba a entrar en su espacio a¨¦reo por razones de seguridad y Canad¨¢ hab¨ªa rechazado tambi¨¦n su solicitud de aterrizaje". Los hermanos Rajkhan se miraron incr¨¦dulos. Son pilotos y saben que un avi¨®n con 275 pasajeros a bordo no da la vuelta tras haber cruzado el Atl¨¢ntico a menos que haya una buena raz¨®n para ello. Y temieron lo peor. Ambos hab¨ªan sido interrogados tras el 11-S. "No puede ser", se dijeron uno al otro. Sin embargo, sus nombres a¨²n estaban entre los 70.000 extranjeros sospechosos que las diferentes agencias de seguridad de EE UU han compilado desde aquellos atentados y, cuando las autoridades mexicanas comunicaron la lista de pasajeros a bordo del avi¨®n que iba a sobrevolar espacio a¨¦reo estadounidense, salt¨® la alarma.
Hijos de diplom¨¢tico, los Rajkhan crecieron a caballo entre Occidente y Arabia Saud¨ª. Los mayores incluso se establecieron en Estados Unidos. Uno de ellos trabaja como abogado para la ONU, y Marwan vivi¨® all¨ª casi 20 a?os hasta el 11-S. Se hab¨ªa comprado una casa en Arizona y ejerc¨ªa de ingeniero inform¨¢tico. Waddah, que trabaja en el departamento de mantenimiento de Saudia (la l¨ªnea a¨¦rea de bandera saud¨ª), aprovech¨® esa circunstancia para ir a hacerse piloto comercial, el sue?o de su vida. "Yo me anim¨¦ y acud¨ª a clases con ¨¦l, aunque s¨®lo saqu¨¦ la licencia de piloto deportivo", recuerda Marwan. Despu¨¦s del 11-S alguien sum¨® pilotos y saud¨ªes, y ah¨ª empezaron sus problemas.
Marwan fue detenido e interrogado por el FBI. Asegura que los investigadores le dieron su visto bueno y qued¨® en libertad. Pero la experiencia le dej¨® tocado. Decidi¨® volver a su pa¨ªs. Sin embargo, las informaciones filtradas ahora por los servicios secretos de EE UU a la prensa de su pa¨ªs dan a entender que fue deportado. "Lo hice de forma voluntaria. No fui expulsado", subraya visiblemente molesto con la imagen que se est¨¢ dando de ellos para justificar la medida contra el vuelo KL 685.
Waddah, que hab¨ªa regresado a Yedda casi dos a?os antes del 11-S, tambi¨¦n empez¨® a recibir llamadas pregunt¨¢ndole cu¨¢ndo pensaba volver a Estados Unidos. Acab¨¦ por decirles que si ten¨ªan algo contra m¨ª, se dirigieran a mi Gobierno, y me olvid¨¦", relat¨® el joven a este diario en septiembre de 2003. Pero los investigadores antiterroristas norteamericanos no lo hicieron. Incluyeron su nombre en una lista de sospechosos que deseaban interrogar, y en la que tambi¨¦n se hallaba Marwan, y la enviaron a Arabia Saud¨ª. Fue detenido en febrero de 2003. Despu¨¦s de dos meses en la c¨¢rcel de Al Jair qued¨® libre sin cargos. No hubo disculpas ni explicaciones. Regres¨® a su trabajo, donde le hab¨ªan mantenido el puesto y el sueldo. Pero las autoridades retuvieron su pasaporte (y el de Marwan), un claro impedimento para ser piloto o poder visitar a su familia en el extranjero (su padre ya viv¨ªa en M¨¦xico y su esposa es brit¨¢nica).
Hace poco m¨¢s de un mes, Waddah y Marwan recuperaron sus pasaportes. "Cre¨ªmos que hab¨ªa terminado la pesadilla", conf¨ªan esforz¨¢ndose por evitar cualquier tinte tr¨¢gico. Sin embargo, est¨¢n considerando la posibilidad de contratar a un abogado para defender su imagen. Tras sucesivos interrogatorios en Amsterdam y Londres, donde les prohibieron la entrada a pesar de contar con visado, los responsables policiales europeos no encontraron motivo para detenerles y les dejaron marchar. El problema es que sus nombres siguen en las listas de sospechosos y nadie sabe c¨®mo se sale de ellas.
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