M¨¦xico en riesgo
Un conflicto entre derecha e izquierda pone a prueba la transici¨®n democr¨¢tica mexicana. Los decibeles de la discordia subieron de intensidad a partir de que la C¨¢mara baja le quit¨® la inmunidad al jefe de Gobierno de la capital, Andr¨¦s Manuel L¨®pez Obrador (AMLO). En el trasfondo supuran heridas m¨¢s profundas.
La zona metropolitana de la ciudad de M¨¦xico es una urbe monstruosa que condensa todas las contradicciones que el hemisferio tiene. En 5.294 kil¨®metros cuadrados se apretujan m¨¢s de tres millones de autom¨®viles y 19 millones de personas -8 millones corresponden a la capital y el resto a uno de los Estados que la rodean-. Grandiosa y plebeya, sofisticada y analfabeta, gris y policroma, insegura y solidaria, violenta y tierna, viciosa y virtuosa. En resumen, los contrastes que surgen del choque entre la opulencia y la miseria. Basta pasar unas horas en esta urbe contrahecha para apreciar los elementos del conflicto social.
La capital ha sido el campo de cultivo de la transici¨®n democr¨¢tica que se inici¨® formalmente con el movimiento estudiantil de 1968, continu¨® con las protestas masivas contra el fraude que en 1988 puso a Carlos Salinas de Gortari en la presidencia y desemboc¨® en las movilizaciones de los a?os noventa a favor del voto libre y confiable. La sociedad mexicana podr¨¢ ser mayoritariamente conservadora, pero su capital y buena parte de la zona metropolitana son gobernados y/o controlados por la izquierda social y por el Partido de la Revoluci¨®n Democr¨¢tica (PRD).
M¨¦xico, como el resto de Am¨¦rica Latina, busca nuevas alternativas. Salvo contadas excepciones, las reglas de la econom¨ªa de mercado y la democracia liberal son universalmente aceptadas. Simult¨¢neamente hay insatisfacci¨®n por el saldo de las pol¨ªticas de ajuste estructural que Washington y el sistema financiero internacional impusieron a partir de los a?os ochenta. Costos enormes y resultados magros est¨¢n provocando que Am¨¦rica Latina est¨¦ eligiendo, en diversos pa¨ªses, a gobiernos de izquierda que ensayan propuestas de diverso corte. Pese a las contradicciones y limitaciones de su Gobierno, las pol¨ªticas sociales y sus dotes de comunicador llevaron al alcalde de la ciudad de M¨¦xico, Andr¨¦s Manuel L¨®pez Obrador, del PRD, a capturar las simpat¨ªas de una mayor¨ªa ciudadana. Si las elecciones fueran el d¨ªa de hoy, AMLO ser¨ªa presidente.
En el siglo XX M¨¦xico se hizo famoso por sus fraudes electorales que, en momentos clave, le permitieron al Partido Revolucionario Institucional (PRI) mantener controlado al pa¨ªs durante 70 a?os. En las presidenciales de 2000 el abanderado del derechista Partido Acci¨®n Nacional (PAN), Vicente Fox, le arrebat¨® la presidencia al PRI, que retuvo una cuota sustancial de poder en el Congreso nacional y en un buen n¨²mero de Estados. Pero al tomar las riendas del Estado, Fox abandon¨® su vocaci¨®n de reformador y opt¨® por un entendimiento, primero, y una alianza, despu¨¦s, con el viejo r¨¦gimen.
De ah¨ª viene el retroceso al pasado. Fox, el PAN y el PRI se aprovecharon de un delito menor y, escud¨¢ndose en la bandera de la legalidad, le quitaron la inmunidad a L¨®pez Obrador, lo que puede impedirle competir en las elecciones de julio de 2006. Dentro y fuera de M¨¦xico la opini¨®n mayoritaria es que estamos frente a un manoseo hip¨®crita de las leyes, urdido para desechar a quien encabeza las encuestas presidenciales. En el M¨¦xico autoritario, el presidente eleg¨ªa a su sucesor en un alambicado proceso que la imaginaci¨®n popular bautiz¨® como "el dedazo". En el M¨¦xico que quiere ser democr¨¢tico, la derecha le est¨¢ dando un "manazo" antidemocr¨¢tico a la izquierda con lo que subvierte el protagonismo que las democracias le conceden al voto. El grueso de la intelectualidad mexicana se ha expresado en contra, dando voz as¨ª al 70% de los mexicanos que piensan que Fox, el PAN y el PRI han traicionado a la democracia y le han quitado el blindaje de civilidad al enfrentamiento entre izquierda y derecha.
Nadie sabe el camino que tomar¨¢ el encono ni las consecuencias que tendr¨¢ en otros ¨¢mbitos. Por el momento, los indicadores macroecon¨®micos siguen manteniendo su solidez, en parte por la fortaleza de los anclajes que M¨¦xico tiene con Am¨¦rica del Norte. Por ahora, el asunto pasa a la competencia del Poder Judicial, que tiene la obligaci¨®n de hacer un dictamen impecable. Como nadie sabe si cumplir¨¢, M¨¦xico vive un regreso a aquel pasado en el que se desconfiaba de las instituciones y de la urna.
De sostenerse "el manazo", el conflicto puede escalar porque la izquierda cuenta con recursos y estructura para confrontar a la derecha. El Gobierno del Distrito Federal es el m¨¢s rico del pa¨ªs y tiene una burocracia de 170.000 personas. El PRD ha tejido una extensa, y en ocasiones corrupta, red de organizaciones sociales que se extienden a otras partes de la zona metropolitana. Por ahora, la irritaci¨®n organizada se expresa, sobre todo, en la zona metropolitana de la ciudad de M¨¦xico. Sin embargo, puede irse ampliando a otras regiones porque son numerosos los d¨ªas que faltan para los comicios presidenciales del 6 de julio del a?o 2006.
Una de las peculiaridades de la transici¨®n mexicana es que se dio en medio del aislamiento internacional. El mundo fue indiferente ante la represi¨®n y el fraude de los conflictos sociales de 1968 y 1988. Los progresistas del mundo entero -Cuba incluida- se dejaban seducir por la pol¨ªtica exterior progresista de un r¨¦gimen autoritario, Europa se excusaba pretextando que M¨¦xico formaba parte del paraguas de seguridad estadounidense, y Estados Unidos sacrificaba los principios en el altar de la estabilidad en su frontera sur.
En el a?o 2005, M¨¦xico ya forma parte de la comunidad de pa¨ªses democr¨¢ticos. Ante la inhabilitaci¨®n de AMLO, la prensa internacional ha reaccionado, sin distingos de ideolog¨ªa o continente, identificando con precisi¨®n los elementos de un conflicto que pone en entredicho la vigencia de las reglas democr¨¢ticas m¨¢s elementales. El n¨²cleo del conflicto no est¨¢ en la suerte de un candidato, sino en el quebranto de esos principios. Ahora depender¨¢ del poder judicial, de la sociedad mexicana y de la comunidad internacional que se restaure la civilidad y se frene el retroceso al pasado. En tanto conocemos el veredicto, el diagn¨®stico es muy claro: M¨¦xico est¨¢ en riesgo.
Sergio Aguayo Quezada es profesor de El Colegio de M¨¦xico.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.