Un gran problema y algo de histeria

La gente con sobrepeso pero que no llega a ser obesa parece tener menos riesgo de muerte que las personas con un peso normal, seg¨²n un estudio presentado el pasado mi¨¦rcoles en EE UU. Los investigadores tambi¨¦n descubrieron que el incremento del riesgo de muerte por obesidad se observaba mayoritariamente en individuos muy obesos, un grupo que constituye s¨®lo el 8% de los estadounidenses. Adem¨¢s, estar muy delgado tambi¨¦n provocaba un ligero aumento del riesgo de muerte, seg¨²n los investigadores.

El nuevo estudio, considerado por numerosos cient¨ªficos independientes como el m¨¢s riguroso sobre los efectos del peso hasta la fecha, control¨® estad¨ªsticamente factores como el tabaquismo, la edad, la raza y el consumo de alcohol en un sofisticado an¨¢lisis derivado de un conocido m¨¦todo que se ha utilizado para predecir el riesgo de c¨¢ncer. Tambi¨¦n utiliz¨® las tablas de pesos del Gobierno de EE UU, que definen la gordura y la delgadez de acuerdo con un ¨ªndice de masa corporal que correlaciona el peso con la altura, independientemente del sexo. Por ejemplo, las personas de 1,74 metros y 55 kilos tienen un peso por debajo de lo normal. Si pesan de 55 a 74 kilos, su peso ser¨ªa normal. Y presentar¨ªan sobrepeso entre 75 y 88 kilos, obesidad de 89 a 103 kilos, y obesidad m¨®rbida con 104 kilos o m¨¢s.

Las personas con un ligero sobrepeso tienen menor riesgo de muerte que las de peso normal

Los investigaciones obtuvieron una gama completa de reacciones a los inesperados hallazgos, publicados el pasado mi¨¦rcoles en Journal of the American Medical Association (JAMA). Algunos vieron el informe como una verificaci¨®n sobre lo que consideran casi una histeria nacional por la grasa. "Me encanta", afirma Steven Blair, presidente y director ejecutivo del Instituto Cooper, una organizaci¨®n de investigaci¨®n y educativa de Dallas que se dedica a la medicina preventiva. "Hay gente que ha decidido que la obesidad y el sobrepeso son el mayor problema para la salud p¨²blica al que debemos enfrentarnos", dice Blair. "Estas cifras demuestran que quiz¨¢ no sea tan importante".

Otros sencillamente no se creen los hallazgos. Jo Ann Manson, jefa de medicina preventiva de Brigham y el Hospital de Mujeres de Boston, asociado a la Universidad de Harvard, hace referencia al estudio realizado por la propia universidad con enfermeras, que encontr¨® riesgos de mortalidad en el sobrepeso y riesgos incluso m¨¢s elevados en la obesidad. "No podemos permitirnos ser complacientes con la epidemia de la obesidad", afirma Manson. De hecho, el nuevo estudio abordaba s¨®lo el riesgo de muerte y no el de incapacidad o enfermedad. Hace tiempo que se dispone de pruebas concluyentes de que cuando la gente pasa del sobrepeso a la obesidad y a la obesidad extrema, tienen cada vez m¨¢s posibilidades de sufrir diabetes, hipertensi¨®n y niveles de colesterol elevados. Pero los investigadores afirman que es posible que estar gordo no suponga un riesgo tan elevado para la salud como antes. Mencionan un estudio, que tambi¨¦n se publica el JAMA, en el que los investigadores, entre ellos Edward W. Gregg y David F. Williamson, ambos del Centro para el Control de Enfermedades (CDC), observan que actualmente la hipertensi¨®n y los niveles elevados de colesterol son menos frecuentes que hace 30 o 40 a?os, principalmente debido a los nuevos f¨¢rmacos.

Este estudio llega justo 13 meses despu¨¦s de que distintos investigadores de los CDC publicaran un trabajo que advert¨ªa de que la obesidad y el sobrepeso estaban provocando 400.000 muertes anuales m¨¢s, y que parec¨ªan dispuestos a superar al tabaquismo como la primera causa evitable de muerte prematura en EE UU. La conclusi¨®n caus¨® alboroto, y los cient¨ªficos, especialmente los que estudian las consecuencias del tabaquismo, cuestionaron los m¨¦todos de la investigaci¨®n. En enero, los investigadores corrigieron los errores de c¨¢lculo y publicaron una cifra revisada de unas 365.000 muertes. Ahora, el nuevo estudio afirma que la obesidad y la obesidad m¨®rbida est¨¢n causando unas 112.000 muertes m¨¢s, pero que el sobrepeso previene unas 86.000, dejando una cuota neta de 26.000 muertes en las tres categor¨ªas juntas, en comparaci¨®n con las 34.000 muertes m¨¢s halladas en quienes presentan un peso por debajo de lo normal.

Donna Stroup, directora del Centro de Coordinaci¨®n de Promoci¨®n Sanitaria de los CDC, se?ala que el estudio anterior hab¨ªa utilizado datos y m¨¦todos de an¨¢lisis distintos. "Contar muertes no es una ciencia exacta", afirma. Por ahora, dice Dixie Zinder, director cient¨ªfico general de los CDC, el organismo no adoptar¨¢ ninguna postura sobre cu¨¢l es la verdadera cifra de muertes por obesidad y sobrepeso. "Nos encontramos en los primeros estadios de esta ciencia", se?ala Zinder. Stroup dice de los nuevos hallazgos: "Desde un punto de vista cient¨ªfico, suponen un paso adelante". Pero a?ade que la agencia considera que la enfermedad vinculada a la obesidad es tan importante como el n¨²mero de muertes: "La mortalidad s¨®lo representa la punta del iceberg de la magnitud del problema".

Calcular muertes debidas al sobrepeso o a la obesidad es un reto estad¨ªstico, seg¨²n los autores del estudio. La idea es determinar, para cada persona de la poblaci¨®n, cu¨¢l ser¨ªa el riesgo de muerte si el peso de dicha persona fuera normal. Para la gente cuyo peso ya se encuentra en ese rango, el riesgo l¨®gicamente no variar¨ªa.

Pero, ?cu¨¢l es el riesgo de la gente cuyo peso est¨¢ por encima o por debajo del normal? La idea es controlar factores como la edad, el tabaquismo y el sexo, y preguntar qu¨¦ pasar¨ªa si s¨®lo se modificara el peso. Ahora que los investigadores han realizado sus an¨¢lisis, dice Williamson, el mensaje es que quiz¨¢ la gente deber¨ªa tener en cuenta otros factores al decidir si debe preocuparse por los riesgos que supone el peso para su salud. Williamson, que tiene sobrepeso, dice que "si tuviera un historial familiar -un padre que hubiera sufrido un infarto a los 52 a?os o un hermano que hubiera desarrollado diabetes- perder¨ªa peso de forma decidida". Pero "si mi padre hubiera muerto a los 94 a?os y mi madre a los 97, y no tuviera un historial familiar de enfermedad cr¨®nica", afirma, "quiz¨¢ no me preocupar¨ªa tanto".