Pena capital para un militar de EE UU que mat¨® a dos compa?eros

Hasan Akbar, un soldado estadounidense que mat¨® a dos compa?eros en una base de Kuwait, se ha convertido en el primer militar condenado a muerte desde el fin de la guerra de Vietnam. La condena, que ha de ser revisada por un fiscal militar, se ejecutar¨¢ mediante inyecci¨®n letal.

Un tribunal militar declar¨® culpable de un doble asesinato a Akbar. Este sargento del Ej¨¦rcito, acuartelado en una base de Kuwait, dispar¨® y lanz¨® varias granadas contra un grupo de soldados norteamericanos cuando supo que su regimiento hab¨ªa sido llamado para entrar en Irak. Mat¨® a dos compa?eros de tropa, de 27 y 40 a?os, y provoc¨® heridas graves o mutilaciones a m¨¢s de una docena.

El teniente coronel Michael Mulligan, que actu¨® como fiscal en el juicio militar, acus¨® a Akbar de ser "un asesino movido por su ideolog¨ªa y lleno de odio". En un diario escrito en 1997, Akbar afirmaba que su vida "no estar¨¢ completa a menos que Am¨¦rica sea destruida". La fiscal¨ªa considera que Akbar atent¨® contra los soldados porque no soportaba que las tropas de su pa¨ªs mataran "a compa?eros musulmanes" en la guerra de Irak.

Despu¨¦s de las alegaciones finales, Akbar se dirigi¨® al jurado en un tono de voz tan imperceptible que ni su abogado ha podido repetir exactamente lo que dijo: "Quiero pedir perd¨®n por lo ocurrido", pudo entenderse, "pero sent¨ªa que mi vida estaba en peligro y ten¨ªa otros problemas. Quiero pedir su perd¨®n". El jurado, que pod¨ªa decidir entre la pena de muerte o la cadena perpetua, deliber¨® durante siete horas. El fiscal que revise el caso puede rebajar la pena capital, aunque parece improbable.

La defensa trat¨® de demostrar que Akbar ten¨ªa problemas mentales y que su acci¨®n no fue premeditada. Nunca pusieron en duda que disparase o lanzara granadas contra sus compa?eros, pero aseguraban que Akbar sufr¨ªa esquizofrenia y paranoia. Su padre trat¨® de evitar la condena y explic¨® al jurado que su hijo se hab¨ªa quejado ante sus superiores de un acoso racial y religioso por parte de sus compa?eros, pero la defensa no pudo demostrarlo con testigos.

La ¨²ltima ejecuci¨®n militar en EE UU se llev¨® a cabo en 1961, aunque hay siete soldados condenados a muerte por asesinato.