"Debemos europeizar la administraci¨®n catalana"

La delegada del Gobierno de la Generalitat en Bruselas desde el pasado julio, Anna Terr¨®n (Barcelona, 1962), se ha propuesto que todos los departamentos del Ejecutivo catal¨¢n trabajen con un ojo puesto en la capital pol¨ªtica de Europa y el otro en Catalu?a. Su objetivo: "europeizar" de una vez por todas la administraci¨®n catalana, simplificar estructuras y agilizar la relaci¨®n de los consejeros con sus interlocutores europeos.

Pregunta. Adem¨¢s de ser la primera delegada del Gobierno en Bruselas, tambi¨¦n es la secretaria general del Patronato Catal¨¢n pro Europa. ?C¨®mo ve desde ambos miradores la ampliaci¨®n de la Uni¨®n Europea (UE) hacia el este y el proceso de ratificaci¨®n del tratado constitucional?

"Los fondos de cohesi¨®n han acabado, pero hay otras v¨ªas para lograr ayuda a la innovaci¨®n y el desarrollo, ¨¢mbitos estrat¨¦gicos"

"Creo que muy pronto veremos reconocido el catal¨¢n en la Uni¨®n Europea en los t¨¦rminos que pide la Generalitat"

Respuesta. Recientemente hemos visto la entrada de 10 nuevos pa¨ªses y ello ha cambiado muchas din¨¢micas de trabajo. El Parlamento ha ganado poder frente al Consejo de Ministros, tradicional ¨®rgano de toma de decisiones. La entrada de nuevos pa¨ªses y, en el futuro, la nueva Constituci¨®n promover¨¢n el papel del Parlamento como organismo que codecidir¨¢ con el Consejo de Ministros, en un abanico cada vez mayor de competencias. Paralelamente a esto, se ha abierto la posibilidad de participaci¨®n auton¨®mica en los mecanismos de toma de decisi¨®n de la UE. Representantes auton¨®micos han comenzado a participar directamente en el Consejo de Ministros, algo que no se ha hecho gracias a Europa, que ya lo permit¨ªa desde hace mucho tiempo, sino al trabajo hecho desde aqu¨ª, y en un tiempo r¨¦cord.

P. ?La presencia de consejeros auton¨®micos en estas reuniones tiene m¨¢s sentido que el puramente simb¨®lico?

R. Su presencia incrementa, y mucho, la transparencia de las decisiones que se toman en el Consejo de Ministros. Hasta ahora era muy f¨¢cil para un ministro espa?ol regresar de una reuni¨®n del Consejo de Ministros con un mal acuerdo para su pa¨ªs y culpar de todo a Bruselas. Ahora, este ministro tiene detr¨¢s uno o m¨¢s consejeros auton¨®micos que participan en la misma reuni¨®n y comprueban c¨®mo se han defendido los intereses de su pa¨ªs en cada encuentro. Muchas excusas ya no valen.

P. ?La nueva din¨¢mica europea da m¨¢s protagonismo al Comit¨¦ de las Regiones, del que forma parte Catalu?a?

R. S¨ª, sin duda. Algunos de los nuevos Estados miembros han regionalizado su administraci¨®n, en parte, para adaptarse mejor a los criterios que rigen las ayudas europeas. Indudablemente, esta entrada de nuevas regiones est¨¢ dando un nuevo impulso al comit¨¦.

P. Sin embargo, usted cree que donde los deberes no se han hecho suficientemente bien es en Catalu?a, cuya administraci¨®n no est¨¢ adaptada al funcionamiento de la Uni¨®n Europea. ?Qu¨¦ ha pasado?

R. La Generalitat tuvo el acierto de crear, ya en 1982, el Patronato Catal¨¢n pro Europa, cuando Espa?a todav¨ªa no se hab¨ªa adherido a las comunidades europeas. El objetivo era iniciar nuestra presencia en la Uni¨®n Europea, pero despu¨¦s se olvid¨® esta voluntad en las pol¨ªticas de cada d¨ªa. Lo que observ¨¦ a mi llegada fue que el Gobierno catal¨¢n no dispone de ninguna unidad horizontal que sea el nexo de relaci¨®n de los diferentes departamentos con la Uni¨®n Europea, y esto es precisamente lo que debe ser el Patronato Catal¨¢n pro Europa.

P. ?Qu¨¦ piensa cambiar para lograr este objetivo?

R. De entrada, ya hemos conseguido que cada departamento nombre a una o m¨¢s personas como interlocutores con el patronato.

Esto permitir¨¢ que todos los cambios legislativos que se producen en Bruselas y que afectan a los diferentes ¨¢mbitos del Gobierno se transmitan con la m¨¢xima fluidez.

P. ?Quiere usted decir que los departamentos trabajaban hasta ahora sin tener en cuenta lo que ocurr¨ªa en Bruselas?

R. Por suerte, no. Sin embargo, el trabajo de cada consejero en esta l¨ªnea depend¨ªa mucho de los contactos personales y de las inquietudes de personas concretas de cada departamento. Es evidente que Agricultura siempre ha trabajado en gran consonancia con Europa, pero esto no ocurr¨ªa en todos los niveles. Debemos europeizar la administraci¨®n, pues Europa ya no es un objetivo de pol¨ªtica exterior: lo que all¨ª se decide afecta a Catalu?a, y debemos aprovecharlo y tenerlo muy en cuenta.

P. Tambi¨¦n han encontrado duplicidades innecesarias.

R. Es cierto. Algunos departamentos ten¨ªan en Barcelona personas que hac¨ªan un trabajo que ya estaban haciendo t¨¦cnicos del Patronato Catal¨¢n pro Europa en Bruselas. Hemos puesto fin a esta situaci¨®n para racionalizar los recursos y tener m¨¢s eficiencia a partir de ahora.

P. Las administraciones, desde las locales hasta la central, han visto durante muchos a?os a la Uni¨®n Europea como una simple repartidora de fondos y subvenciones. ?Estamos preparados para afrontar el fin de esta situaci¨®n?

R. La actitud de nuestras administraciones cambiar¨¢ por la propia din¨¢mica de la Uni¨®n Europea. Los fondos de cohesi¨®n han acabado para Espa?a; pero hay otras v¨ªas, como el proceso de Lisboa, a trav¨¦s de las cuales un pa¨ªs como el nuestro puede beneficiarse de fondos europeos para la innovaci¨®n y el desarrollo, verdaderos ¨¢mbitos estrat¨¦gicos para el futuro. Si las cosas se hacen bien, seguiremos benefici¨¢ndonos de Europa.

P. Lograr el reconocimiento del catal¨¢n en la Uni¨®n Europea es otro de los encargos que le hizo el presidente de la Generalitat, Pasqual Maragall, al nombrarla delegada en Bruselas. ?Sigue siendo optimista?

R. Pienso como el presidente y creo que muy pronto veremos reconocido el catal¨¢n en la Uni¨®n Europea en los t¨¦rminos que pide la Generalitat. De momento, el gran avance que hemos hecho es que el propio Gobierno espa?ol se presente en Bruselas como el representante de un pa¨ªs que habla cuatro lenguas y no s¨®lo una, y esto, con vistas a buscar apoyos, es muy importante.

Ahora nuestro trabajo se centra m¨¢s en lograr que el resto de los pa¨ªses europeos comprendan esta nueva postura de Espa?a. No pretendemos que los grandes pa¨ªses europeos se erijan en grandes defensores del catal¨¢n, simplemente queremos que no lo rechacen. Esto ya ser¨ªa mucho.