R¨¦gimen laico en un pa¨ªs mulsulm¨¢n
"No estamos preparados para la democracia", justifica M. D. desde la terraza de la empresa familiar, convencido de que el delicado entramado de equilibrios sectarios saltar¨ªa por los aires al primer soplo de libertad. "La alternativa al Partido Baaz son los islamistas", hab¨ªa advertido antes de viajar a Siria un disidente refugiado en Europa. La amenaza islamista y el peligro de lucha sectaria son dos de los principales temores ante la posibilidad de un cambio de r¨¦gimen en Damasco. ?No era Siria un pa¨ªs laico?
"No somos un pa¨ªs laico", asegura el intelectual Michel Kilo, "hay una gran tensi¨®n: el r¨¦gimen es laico, pero el pa¨ªs es musulm¨¢n". En su opini¨®n, el laicismo se ha convertido en la religi¨®n del Estado: "Estamos obligados a adorar al presidente; se puede insultar a Dios, pero no al presidente".
"El laicismo es s¨®lo nominal, una forma de equilibrar el peso de las distintas comunidades religiosas", explica por su parte Ammar Abdulhamid, director de DarEmar, una ONG que promociona la sociedad civil. Bajo ese manto conviven en aparente armon¨ªa sun¨ªes, alau¨ªes, drusos, ismail¨ªes y varias iglesias cristianas. Sin olvidar que, adem¨¢s, no todos son ¨¢rabes. Hay un 9% de kurdos (que recientemente han aireado sus quejas) y otras minor¨ªas menos numerosas.
"El Ej¨¦rcito y los servicios secretos que constituyen el alma del Estado son mayoritariamente alau¨ªes. Los sun¨ªes, que son el 70% de la poblaci¨®n, est¨¢n alejados del poder. Est¨¢ prohibido decirlo, y en el pasado pod¨ªa costar la vida, porque la verdad es que se aplica una pol¨ªtica confesional", denuncia Kilo.
Heridas abiertas
Es un asunto delicado en Siria. La llegada al poder de Hafez el Asad, en 1970, supuso tambi¨¦n la vindicaci¨®n de la minor¨ªa alau¨ª (una rama del chi¨ªsmo duodecimano), hist¨®ricamente marginada por la mayor¨ªa sun¨ª. Los alau¨ªes (aproximadamente el 12% de la poblaci¨®n) pasaron a ocupar un n¨²mero desproporcionado de altos cargos en el Ej¨¦rcito y el Partido Baaz. Aunque la base de poder tambi¨¦n se extendi¨® a otros grupos religiosos y sociales, existen a¨²n heridas abiertas.
"Los sun¨ªes no han perdonado a los alau¨ªes las matanzas de los ochenta. Y los drusos no han perdonado a los sun¨ªes las matanzas de los cincuenta", recuerda el periodista Georges Baghdadi. De ah¨ª que muchos teman que ante un colapso del Estado estalle un conflicto civil.
Sin embargo, Abdulhamid considera que el riesgo islamista ha sido exagerado: "Por un lado los sun¨ªes radicales, los Hermanos Musulmanes, perdieron la guerra en los ochenta y desde entonces se ha promocionado un islam oficial que es mucho m¨¢s diverso. Por otro, Estados Unidos ha detectado
la posibilidad de hablar con los islamistas menos antiamericanos y m¨¢s pragm¨¢ticos. Adem¨¢s, los propios Hermanos Musulmanes se han reinventado y hecho m¨¢s aceptables".
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