Viento del Este
Desde el nacimiento del cine, el teatro ha intentado hacer suyo su lenguaje. En Cuadros disolventes, aprop¨®sito c¨®mico l¨ªrico de Perr¨ªn y Palacios, estrenado en 1896, un mago oscurece la escena para mostrar a un empresario, al que pide trabajo, "unos cuadros disolventes / de un m¨¦rito extraordinario, / cuadros disolventes vivos. / ?Vivitos y coleando!". Poner una pantalla de proyecciones en una funci¨®n es un recurso decimon¨®nico. Es m¨¢s sugerente acercarse al cine con medios espec¨ªficamente teatrales. Hace dos meses, el director ucranio Andr¨¦i Zholdak, en el primer acto de Hamlet.Dreams, cerr¨® la embocadura del Espa?ol con paneles negros colocados como un cortafuegos. Descorri¨¦ndolos desde atr¨¢s, manualmente, los propios int¨¦rpretes ofrec¨ªan planos medios y primeros planos de sus compa?eros. Sin usar tecnolog¨ªa alguna. L¨¢stima que el resto del espect¨¢culo siguiera otros derroteros. Tres a?os ha, en Sue?o de una noche de verano, Vito Taufer y el Mladinsko Gledalisce, de Ljubljiana, redujeron la boca de la escena del C¨ªrculo de Bellas Artes a las dimensiones de un retablo para mu?ecos de tama?o humano, y la velaron con una gasa. Al fondo colocaron una pantalla, y una pasarela como la del teatro japon¨¦s. Cuando oscurec¨ªan el resto de la escena, los actores situados en la pasarela parec¨ªan proyectados contra la pantalla. Sus voces, tratadas electr¨®nicamente, redondeaban el efecto.
Taufer (Ljubljiana, 1959) comenz¨® una carrera internacional fulgurante en 1990, un a?o antes de que se declarara la independencia de Eslovenia. Por las mismas fechas, Tomaz Pandur (Maribor, 1963) reuni¨® en Scheherezade tradiciones del kathakali, el kabuki, la ¨®pera china y la tragedia griega, y acapar¨® seis laureles de oro en el Festival de Sarajevo. La capital de Bosnia-Herzegovina no sab¨ªa lo que se le ven¨ªa encima. Yugoslavia se volatiliz¨® como el ¨¦ter, dejando en su lugar cinco rep¨²blicas y un gran charco de sangre. En Silencio, silencio, silencio (1996), primer montaje de Taufer que visit¨® Espa?a, un hombre derriba un muro, y acaba llorando una pena m¨¢s amarga que su encierro. Es un espect¨¢culo sin palabras, porque no cabe describir lo ocurrido en Sarajevo, en Srebrenica, en Gorazde. Tambi¨¦n Pandur alude a esos hechos en la ¨®pera El silencio de los Balcanes (1997), con m¨²sica del bosnio Goran Bregovic. El Mladinsko Gledalisce represent¨® Scheherezade en Zaragoza en 1992. Desde entonces, Pandur no hab¨ªa vuelto a Espa?a hasta ahora, que Gerardo Vera lo ha invitado a dirigir Infierno, en el Centro Dram¨¢tico Nacional.
La idea primera de Vera fue traer a Madrid la producci¨®n del Thalia Theater, de Hamburgo. El director esloveno mont¨® en 1993 los tres libros de La Divina Comedia, con el Teatro Nacional de Maribor, en un escenario con un cr¨¢ter lleno de agua (para el Purgatorio), con los actores rapados, y maquillados como Nosferatu. Diez a?os despu¨¦s, repiti¨® la trilog¨ªa en Hamburgo. "Como en el Mar¨ªa Guerrero no cabe la puesta en escena alemana y el nuevo Teatro Olimpia no se inaugura hasta la temporada pr¨®xima, decid¨ª invitarle a trabajar con actores espa?oles". Pandur se ha tra¨ªdo de Ljubljiana a dos t¨¦cnicos que dise?an y operan las proyecciones, pues ¨¦stas son parte importante de Infierno. En 100 minutos, el espect¨¢culo que su compa?¨ªa tiene en gira (basado en Los hermanos Karamazov), hay una mujer masturb¨¢ndose al ritmo de cuatro acordeones, y una joven que se desnuda para ofrecerse, tendida en arco y abierta, gimiendo, al filo del hacha. Es un teatro ritual y violento el suyo.
Matjac Pograjc, otro director
esloveno conocido en todo el mundo, es el m¨¢s joven de los tres, y dirige habitualmente, como Taufer, en el Mladinsko. Pograjc y su compa?¨ªa estuvieron en el Festival Cl¨¢sicos en Alcal¨¢ con Hisa Bernarda Alba, versi¨®n de la obra de Lorca que ensayaron en una casa aislada, en medio del campo esloveno, para vivir una experiencia semejante a la de los personajes. La escenograf¨ªa es un corte longitudinal de una casa de dos plantas, con tres habitaciones por planta. Cada actriz comparte su cub¨ªculo con su propia imagen grabada durante los ensayos, y proyectada. Ahora, Pograjc tiene en cartel Lulubaj, refundici¨®n de dos obras de Wedekind, y Taufer, una Blancanieves que ha cosechado cr¨ªticas magn¨ªficas.
Infierno. Madrid. Teatro Mar¨ªa Guerrero. Del 25 de mayo al 10 de julio.
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