Claude Julien, el director de 'Le Monde' que nunca ejerci¨®

El periodista Claude Julien muri¨® el pasado viernes 6 de mayo. Hab¨ªa debutado en el oficio con la Liberaci¨®n de Francia.

Julien naci¨® en el pueblecito de Saint-Rome-de-Cernon, en 1925, en el sur del pa¨ªs, y cuando ten¨ªa 19 a?os ya pisaba una primera publicaci¨®n -Debout (En pie)- ligada a la Resistencia. Enseguida le ofrecieron la oportunidad de estudiar Ciencias Pol¨ªticas en Indiana, EE UU, y all¨ª descubri¨® un pa¨ªs que fue objeto de varios de sus libros y estuvo en el centro de su reflexi¨®n pol¨ªtica, ya fuera para elogiar su dinamismo econ¨®mico o para criticar la segregaci¨®n racial, para celebrar las oportunidades que el "nuevo mundo" ofrec¨ªa, como para constatar el creciente abismo entre ricos y pobres.

Entre 1949 y 1951 Julien escribi¨® para la prensa cat¨®lica gala, luego trabaj¨® como redactor en T¨¢nger y por fin se incorpor¨® como redactor de la secci¨®n de Internacional al diario Le Monde. Bajo la direcci¨®n de Hubert Beuve-M¨¦ry, con quien compart¨ªa convicciones religiosas y pol¨ªticas, realiz¨® una serie de grandes reportajes sobre EE UU, Cuba o Canad¨¢, describiendo con precisi¨®n la voluntad de potencia imperial que iba afianz¨¢ndose en el primero de los tres pa¨ªses citados. Su estudio m¨¢s conocido sobre EE UU, fue L'Empire am¨¦ricain, de 1968.

En 1969, cuando Jacques Fauvet se convirti¨® en el nuevo director, Julien asumi¨® la responsabilidad de jefe de Internacional. Por poco tiempo, pues las relaciones internas dentro del diario se hicieron m¨¢s crispadas y Julien opt¨® por convertirse en redactor jefe del mensual Le Monde Diplomatique que ¨¦l convirti¨® en una publicaci¨®n m¨¢s incisiva, bien documentada y de simpat¨ªas tercermundistas.

La gesti¨®n de Fauvet al frente de Le Monde no fue ning¨²n ¨¦xito. A los errores editoriales se a?adieron los de ¨ªndole industrial y en 1980, en medio de un clima de divisi¨®n -necesit¨® de siete votaciones-, Julien result¨® elegido por los redactores como nuevo director de Le Monde. Pero Fauvet retras¨® el traspaso de poderes y los candidatos derrotados a la direcci¨®n conspiraron hasta hacer caer a Julien en una trampa. Disgustado y falto del soporte que hab¨ªa tenido meses antes, Julien opt¨® por regresar a Le Monde Diplomatique, que dirigi¨® hasta 1990 logrando mantener una constante progresi¨®n de las ventas e influencia pol¨ªtica.

Julien pasa pues a la historia como el director que no fue, un director elegido pero no ratificado, v¨ªctima de las luchas internas del peri¨®dico, de un sistema pensado para proteger el diario de las influencias pol¨ªticas y econ¨®micas y exteriores, pero no de la propia locura. Lo conseguido en Le Monde Diplomatique hace que a¨²n sea m¨¢s lamentable que no tuviese la oportunidad de ocuparse del diario.-