El despertar de las ¨¢rabes
En Jartum, casi todo el mundo la conoce como la se?ora Bee. Hace s¨®lo unas semanas, una joven desconocida la par¨® en la calle y le dio un par de besos. "Usted me ha ayudado mucho. Yo quer¨ªa montar mi propio negocio, y mis padres y mis hermanos me dec¨ªan que eso no era cosa para m¨ª. Que ya lo har¨ªan ellos. Pero yo les dec¨ªa: 'Si ella lo ha hecho, yo tambi¨¦n'. Gracias".
Esta an¨¦cdota la cuenta la propia se?ora Bee, es decir, Widad Y. Ibrahim, directora general del Grupo Bee, la empresa constructora y de distribuci¨®n de gasolina que ella misma fund¨® hace 25 a?os en Sud¨¢n y que ahora da trabajo a 800 personas, la mitad de ellas mujeres.
La se?ora Bee es la otra cara de un pa¨ªs arrasado por la guerra y la violencia contra las mujeres. Graduada en Estados Unidos en ingenier¨ªa, Widad Y. Ibrahim est¨¢ casada con un periodista que trabaja tambi¨¦n para el grupo, tiene seis hijos y un nieto, y un pu?ado de buenos consejos para que sus propias empleadas salgan adelante.
Se?ora Bee: "Yo siempre les digo que el problema de la mujer dura s¨®lo diez a?os. Hay que superar los diez a?os cr¨ªticos; los que van de los 25 a los 35"
"Yo siempre les digo que el problema de la mujer dura s¨®lo diez a?os. Hay que superar los diez a?os cr¨ªticos; los que van de los 25 a los 35. Es la d¨¦cada en la que las mujeres se casan, tienen hijos y un trabajo en el que quieren destacar. Lo normal es dejar el trabajo, porque todo el mundo alrededor las presiona f¨¢cilmente, dado que sus sueldos suelen ser muy peque?os y no compensan. Yo siempre digo que aguanten, que busquen ayuda. Porque si superan el decenio, entonces mantendr¨¢n su trabajo y su independencia".
Doble discriminaci¨®n
Pero las mujeres de los pa¨ªses ¨¢rabes no saldr¨ªan adelante s¨®lo con tales consejos. Como recuerda un reciente informe de las Naciones Unidas sobre el mundo ¨¢rabe, las mujeres sufren en muchos pa¨ªses la doble discriminaci¨®n: en la ley y en la pr¨¢ctica. Har¨ªan falta muchas se?oras Bee para suplir como ella hace las carencias, en este caso absolutas, del Estado. Widad Y. Ibrahim ofrece a sus empleadas, adem¨¢s de consejos, ayudas para guarder¨ªa y para adquirir utensilios que considera imprescindibles para la liberalizaci¨®n femenina: la lavadora, el microondas, el lavavajillas y cualquier otro electrodom¨¦stico que permita realizar en tiempo r¨¦cord las tareas dom¨¦sticas.
Widad Y. Ibrahim fue una de los 200 participantes en la reuni¨®n organizada en el Parlamento Europeo por el Foro Internacional de las Mujeres ?rabes, con sede en Londres y que preside Haifa Fahoum al Kaylani, quien proclama que, gracias a la educaci¨®n, se est¨¢n abriendo ventanas de esperanza para la mejora de la situaci¨®n de las mujeres en el mundo ¨¢rabe con resultados palpables. "Ahora es pol¨ªticamente correcto apoyar la lucha de las mujeres", proclama Fahoum al Kaylani.
Tanto ella como la eurodiputada liberal italiana Emma Bonino, que ejerci¨® de anfitriona de la reuni¨®n en Bruselas, consideran que el avance de las mujeres ¨¢rabes ha sido enorme ¨²ltimamente. En cinco a?os han duplicado su presencia en los Parlamentos nacionales, lo que todav¨ªa las sit¨²a en un modesto 6,5%, seg¨²n la Uni¨®n Interparlamentaria. Los avances pol¨ªticos y sociales registrados en Marruecos, Jordania y T¨²nez, fundamentalmente, son los que han hecho posible tal progresi¨®n.
Educaci¨®n y formaci¨®n
Durante los dos d¨ªas de conferencia sobre las mujeres ¨¢rabes en el Parlamento Europeo, celebrada los d¨ªas 7 y 8 de abril pasados, las palabras que m¨¢s se escucharon fueron las de "educaci¨®n" y "formaci¨®n". Todos los expertos consideran que es la base de la progresi¨®n de las mujeres. Sin embargo, en el mundo ¨¢rabe se da la paradoja de que las mejoras en la educaci¨®n femenina no van acompa?adas de una mejora en la vida laboral.
"La exitosa pol¨ªtica educativa ha creado una generaci¨®n de j¨®venes mujeres tan preparadas como sus colegas masculinos", dice un reciente informe del Banco Mundial, que se?ala tambi¨¦n que el gasto en educaci¨®n de los pa¨ªses ¨¢rabes es del 5,3% del PIB, el m¨¢s alto del mundo, y que los niveles educativos de las mujeres en todos los ¨¢mbitos tienden a ser parejos a los de los hombres.
En algunos pa¨ªses ¨¢rabes, como ocurre en el mundo occidental, hay ya m¨¢s universitarias que universitarios, y sus cualificaciones son tambi¨¦n mejores. Sin embargo, s¨®lo un tercio de las mujeres tiene empleo remunerado en los pa¨ªses de Oriente Pr¨®ximo y el norte de ?frica. Es la proporci¨®n m¨¢s baja del mundo.
Pero los reunidos en el Parlamento europeo no fueron a Bruselas a quejarse. Se dieron cita para conocerse, para analizar la situaci¨®n y tambi¨¦n para hacer negocios. "Lo que muy poca gente del mundo occidental sabe es que las mujeres ¨¢rabes est¨¢n discriminadas socialmente, pero que han podido manejar siempre su propio dinero. De ah¨ª que haya una pujanza empresarial y econ¨®mica femenina que nos sorprende", explica Celia de Anca, del Instituto de Empresa de Madrid, una de las organizaciones que patrocinaron el encuentro de Bruselas. De modo que, si el mundo laboral no les da las oportunidades que ya se merecen, muchas ¨¢rabes est¨¢n optando por d¨¢rselas a s¨ª mismas a trav¨¦s de la iniciativa empresarial, como hizo la se?ora Bee, creando de la nada su propia compa?¨ªa.
Pero, adem¨¢s, estos encuentros, que la Liga ?rabe apoya, sirven para aprender de las dem¨¢s. "Es m¨¢s f¨¢cil ir desde El Cairo a Rabat pasando por Par¨ªs que en l¨ªnea recta", dice Emma Bonino, que vive en la capital egipcia desde hace tres a?os. "Por eso, estos encuentros son buenos, porque aqu¨ª se enteran de que las tunecinas votan desde hace a?os y son tan musulmanas como ellas, por ejemplo. Y se preguntan por qu¨¦ no tienen los mismos derechos".
Emma Bonino sabe que los derechos econ¨®micos de que disfrutan las mujeres ¨¢rabes est¨¢n jugando un papel crucial sobre todo en los pa¨ªses del golfo P¨¦rsico, enriquecidos por el petr¨®leo.
Los medios de comunicaci¨®n y los estereotipos femeninos
"EN EL MUNDO ?RABE, las mujeres empiezan a tener el mismo problema que las del mundo occidental: los medios de comunicaci¨®n", dice la sudanesa Widad Y. Ibrahim. "Los medios de comunicaci¨®n son el enemigo porque insisten en los estereotipos tradicionales femeninos". Emma Bonino, sin embargo, relata con entusiasmo c¨®mo la cadena Al Yazhira emiti¨® en directo la rebeli¨®n de 300 mujeres reunidas en Yibuti que echaron al orador de turno por defender como legal y poco da?ina la mutilaci¨®n genital suave que s¨®lo afecta al cl¨ªtoris. "Esa emisi¨®n tiene un efecto multiplicador evidente", clama la pol¨ªtica italiana.
"Echo en falta que el islam como trasfondo que condiciona la situaci¨®n de las mujeres no se haya tratado en esta reuni¨®n", dice Mar¨ªa Eugenia Gir¨®n, directora ejecutiva de Carrera y Carrera, que tambi¨¦n ha optado por liderar su propio proyecto empresarial, adquiriendo una firma para la cual ha duplicado la facturaci¨®n en s¨®lo cinco a?os.
En contra de lo que opina Widad Y. Ibrahim, Gir¨®n no cree que la felicidad de la mujer pase por el matrimonio y los hijos. Tampoco que por ser mujer haya que revolucionar los horarios de las empresas. "Cada cual tiene su modelo de felicidad y lo importante que es que tengamos la oportunidad de elegir qu¨¦ vida queremos hacer", dice. Y a?ade que en su empresa todas las directivas tienen una gran dedicaci¨®n, pero Gir¨®n no quiere dar lecciones a nadie; tampoco a las mujeres ¨¢rabes, y recuerda que en Espa?a s¨®lo en el 25% de los consejos de administraci¨®n de las 300 grandes corporaciones del pa¨ªs hay al menos una mujer: 115 de un total de 2.500 consejeros.
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