Charo L¨®pez toca el para¨ªso a trav¨¦s del 'Infierno' de Dante
La actriz estrena con el director esloveno Tomaz Pandur en el teatro Mar¨ªa Guerrero
En contra de lo que ser¨ªa presumible, a la actriz Charo L¨®pez (Salamanca, 1943) le proporciona una gran felicidad ser sesentona: "Ahora soy m¨¢s libre", dice. Entregada en los ¨²ltimos a?os al teatro, el pr¨®ximo d¨ªa 25 estrenar¨¢ Infierno, bajo las ¨®rdenes del prestigioso director esloveno Tomaz Pandur, en el teatro Mar¨ªa Guerrero, sede del Centro Dram¨¢tico Nacional. Se trata de una personal visi¨®n de la obra de Dante que ha transportado a la int¨¦rprete a un para¨ªso.
"Tengo m¨¢s fuerza, creo estar en el mejor momento de mi vida, he perdido el lastre de las tonter¨ªas, me enfrento a m¨ª y me pregunto qu¨¦ he hecho yo, qui¨¦n soy de verdad, por qu¨¦ me piden ciertas cosas", dice Charo L¨®pez, la que fuera musa y mito er¨®tico de algunas generaciones de espa?oles y una de las pocas actrices de s¨®lida formaci¨®n intelectual que recibi¨®, entre otros, de Gonzalo Torrente Ballester o Fernando L¨¢zaro Carreter, que la llamaban disc¨ªpula.
Ahora es y quiere ser otra: "Con los a?os se aprende a desprenderse de los miedos y empiezas a vivir entera, a dar todo, por el trabajo, por los amigos..., se hace porque queda poco tiempo para vivir", y a?ade, "ya no tengo tiempo para enredarme en estupideces burguesas, convencionalismos, radiaciones de alt¨ªsima peligrosidad que a veces llegan", afirma tajante.
Gran parte de sus renovadas energ¨ªas le llegan por estar involucrada en Infierno, montaje con el que Pandur ya ha sorprendido por Europa y que aqu¨ª llega, por iniciativa de Gerardo Vera, con producci¨®n del CDN, versi¨®n de Luis Garc¨ªa Montero y dramaturgia de Livia Pandur. Charo L¨®pez no conoc¨ªa al director esloveno, pero le parec¨ªa un regalo trabajar en un teatro p¨²blico y dejar de ser empresa. Pero se enter¨® de su curr¨ªculo y lleg¨® a los ensayos muerta de miedo: "Apareci¨® un hombre lleno de vibraciones..., yo ten¨ªa tanta ilusi¨®n y todo fue tan f¨¢cil que pens¨¦ que por qu¨¦ no me lo iba a merecer, al tiempo que temblaba por si ¨¦l ten¨ªa unas expectativas conmigo que yo defraudaba".
Avisa de que su papel es peque?o: "Pero es un bomb¨®n, lo ha creado Pandur, lo llama el error del sistema, soy un gu¨ªa tur¨ªstico que cuenta qu¨¦ es el infierno", dice L¨®pez que insiste en afirmar que se siente muy bien, "derretida y entregada".
Est¨¢ de acuerdo con Pandur al creer que el orden establecido se encuentra en el infierno: "Es el mundo de la doble moral, la muerte del alma, el dominio de la maldad". Tambi¨¦n habla de su infierno particular. "Me pregunto si el infierno son los dem¨¢s, como dec¨ªa Sartre, o soy yo misma, porque a veces soy yo la que genero una forma de enfrentarme a la vida y la que me equivoco, lo que no puedo hacer es una l¨ªnea divisoria entre el mundo y yo..., soy parte de ¨¦l".
En pleno aprendizaje
Dice que a su edad est¨¢ ganando a la vida algo fundamental: "Los obst¨¢culos que vivo los elaboro de tal manera que puedo apagar la luz por la noche sin que mi cabeza sea un campo de batalla; eso es algo que se aprende con el tiempo, estoy en pleno aprendizaje, procurando no ignorar que hay otros infiernos como es el que quede menos tiempo para vivir, o que est¨¦ menos atractiva..., pero la naturaleza te ense?a a re¨ªrte de ti misma".
Se queda pensativa buscando otros infiernos interiores y dice: "A veces en las entrevistas me preguntan c¨®mo voy a vivir mi vejez, ?pero si tengo m¨¢s de 60 a?os!, estoy metida en el arco de lo que es la evoluci¨®n de una vida y no me asusta, a lo mejor son los dem¨¢s los que no saben vivir que envejezco y se inquietan".
Deja claro que ¨¦se no es el gran problema: "El verdadero infierno es no gustarme como actriz, no sentir que hago lo que el director quiere y yo quiero..., por eso estoy ahora en el para¨ªso con este trabajo", y a?ade, "ya no estoy supeditada al '?qu¨¦ guapa!', ahora tengo el derecho a exigirme ir por caminos que me atraigan m¨¢s, sin concesiones, he aprendido a que no me haga da?o lo que me hac¨ªa hace 20 a?os, creo que todo tiene remedio salvo la enfermedad, la muerte, la p¨¦rdida de amigos...", sostiene esta mujer que vive un momento realmente dulce.
Sabe que se la ha considerado fr¨ªa y distante, cuando ella, realmente se considera una persona llena de humor. "Necesito hacer el cabar¨¦ de mi propia vida; soy un clown, es raro que en privado no salga mi vis c¨®mica por lo que concluyo que si eso lo llevo al trabajo ser¨ªa una actriz a la que no le dar¨ªan m¨¢s papeles de mujeres llorando". Y a?ade: "As¨ª que tengo que hacerlo, porque ah¨ª est¨¢ la vida, por eso estoy feliz con el teatro, ah¨ª no tengo miedo, es un territorio donde s¨®lo se me exige que sea buena actriz y nada m¨¢s, no tengo que estar guapa, ni distante, ni maciza y puedo exhibir mi manera de estar en el mundo, donde vivo con humor y esperanza".
Pero matiza para que no haya equ¨ªvocos: "No reniego de ser guapa, ser¨ªa una gilipollez, pero ha sido una barrera que imped¨ªa que vieran que como actriz soy algo m¨¢s que una chica con perfil griego; me ha costado que se vea as¨ª, pero llega poco a poco, empieza otra manera de enfrentarme a la vida, a los dem¨¢s, a m¨ª misma y sobre todo al trabajo".
Pero no se le ocurre pensar que era horrible lo de que le repitieran lo de su belleza: "Era estupendo, la vanidad existe, soy mujer y me he criado en ese campo de cultivo, pero he vivido en un mundo en el que no pod¨ªa respirar si no era y segu¨ªa siendo guapa". Lo tiene claro: "Voy a ser yo, que me dejen un ratito que no queda mucho y que nadie se confunda, quiero ser guapa, de hecho he ordenado que cuando muera maquillen mi cad¨¢ver y a ser posible sonriendo".
Un nuevo pecado
Tanto Charo L¨®pez como Tomaz Pandur se muestran encandilados el uno con el otro. "No sab¨ªa que fuera tan famosa, yo s¨®lo la trato como una gran actriz..., porque es lo que es; cada ensayo con ella es apasionante, incre¨ªble, un descubrimiento, aporta su experiencia, su pasi¨®n, todo su ser..., de esa manera puedo inspirarme en los actores, por eso tuve que rescribir el texto original y a?adir para Charo un pecado m¨¢s en mi Infierno", se?ala Pandur.
Ella dice que siente por Pandur fascinaci¨®n y dependencia. Pero su apasionamiento se extiende a sus compa?eros de escenario, j¨®venes bailarines y actores, entre los que se encuentran Asier Etxeandia (Dante) y Roberto Enr¨ªquez (Virgilio). Dice haber sucumbido ante su energ¨ªa y profesionalidad: "Estoy creciendo con ellos, y con Pandur me estoy atreviendo a mucho, no tengo miedo, ni prejuicios y estoy receptiva a sus propuestas".
La actriz cree que con el director est¨¢ cosechando lo que tiempo atr¨¢s sembr¨® en ella el director Carlos Gandolfo y luego hizo fructificar Jos¨¦ Carlos Plaza: "Lo que en otro tiempo me hubiera dado miedo ahora cristaliza en algo sencillo y f¨¢cil, sin olvidar que en los dos ¨²ltimos a?os estoy trabajando con Emilio Guti¨¦rrez Caba que impone un nivel de exigencia grande y trato de estar a la altura". Con ¨¦l a¨²n representa Las memorias de Sarah Berhard (hoy en Mallorca), montaje que retomar¨¢n en unos meses cuando no haya Infierno. Lleva los ¨²ltimos a?os entregada al teatro. Antes Los puentes de Madison, con direcci¨®n de Miguel Narros; Tengamos el sexo en paz, de Dario Fo, con puesta en escena de Plaza, o Carcajada salvaje, de Cristopher Durang.
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