La 'alonsoman¨ªa' y los viejos aficionados
La alonsoman¨ªa nos tiene a los viejos aficionados a la f¨®rmula 1 un tanto descolocados. Hasta ahora nunca hab¨ªamos tenido una bandera. Hab¨ªamos tenido varias. La primera que agitamos al viento fue nada menos que la escocesa. En el viejo circuito de Montju?c hicieron historia en nuestra adolescencia los legendarios duelos entre Jackie Stewart y Jim Clark. Nos gustaba atender a los combatientes a la salida de la curva del Museo Etnol¨®gico para ver c¨®mo enfilaban la m¨ªtica vuelta de la Font del Gat. Nuestra juventud dorada sobre ruedas acab¨® hace ahora 30 a?os, el 27 de abril de 1975, cuando Rolf Stommelen perdi¨® el control de su b¨®lido y seg¨® la vida de cuatro espectadores. De ese d¨ªa recuerdo muy bien los zapatos de las v¨ªctimas sobre el asfalto. Y tambi¨¦n el pesar que produce el fin de la inocencia: ya no volver¨ªamos nunca m¨¢s a las carreras en aquella monta?a triste cantada por Gil de Biedma.
Luego muchos adoptamos la ense?a del cavallino de Maranello y Nicki Lauda -ayer presente en Montmel¨®- nos hizo felices. Italia fue siempre referente para Catalu?a. Si el PSUC se inspiraba en el PCI y Oriol Bohigas idolatraba la revista de arquitectura Casabella, la Seat trabajaba bajo licencia Fiat, Fabbrica Italiana Automobili Torino. Bueno, en materia de motor, como en el de la l¨ªrica, Catalu?a exhib¨ªa por entonces una doble militancia. Si en el Liceo conviv¨ªan los apasionados verdianos con los irreductibles wagnerianos, en materia de automoci¨®n la afici¨®n se divid¨ªa entre los j¨®venes partidarios de la elasticidad italiana -los Ferrari, Maserati, Alfa Romeo y Lancia siempre ocuparon el coraz¨®n de los m¨¢s r¨¢pidos- y los m¨¢s pausados defensores de la fiable ingenier¨ªa alemana -los BMW, Volkswagen y Audi configuran una aut¨¦ntica weltanschauung catalana.
?Y los Renault? La verdad es que siempre fueron coches populares, sin mayores pretensiones. Previa a la del Seiscientos, hubo una aut¨¦ntica fiebre del 4/4 como veh¨ªculo utilitario. M¨¢s tarde llegaron los 4-L y los R-8 TS, estos ¨²ltimos con ciertos aires competitivos en el mundo de los rallies. Por lo que se refiere a los Alpine, siempre quedaron fuera de nuestras posibilidades...
Por eso los viejos aficionados catalanes gestionamos mal la actual alonsoman¨ªa. Nos abruma la avalancha espa?olista que genera. Y no porque tengamos alergia a la bandera rojigualda como algunos creen -nunca se nos cay¨® ning¨²n anillo por ver celebrar a Sito Pons y ?lex Crivill¨¦ sus triunfos bajo ese pabell¨®n-, sino porque Renault no formaba parte de nuestro imaginario de la velocidad. Alain Prost, qu¨¦ se le va a hacer, nunca nos hizo vibrar.
Ayer no fue un gran d¨ªa para nosotros. No nos gusta nada que Michael Schumacher pinche y el cavallino rampante deje de galopar como nos tiene acostumbrados. Ni siquiera nos consolamos con la victoria del McLaren-Mercedes de Kimi Raikkonen por mucho coraz¨®n alem¨¢n que lleve. Qu¨¦ quieren, somos unos rom¨¢nticos en v¨ªas de amortizaci¨®n.
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