Lloyd Cutler, abogado y consejero de presidentes de EE UU
En la misma ciudad cuyo entramado de poder oblig¨® a crear un t¨¦rmino para definir un determinado tipo de presi¨®n pol¨ªtica (la palabra lobby), en la misma ciudad, Washington, que nada entre intereses particulares, partidistas y generales, ha muerto uno de los principales exponentes de esa mezcla indisoluble entre abogac¨ªa y pol¨ªtica, legalismos y poder. Lloyd Cutler, uno de los abogados y consejeros pol¨ªticos m¨¢s respetados en la historia contempor¨¢nea de esta capital, muri¨® en su domicilio a los 87 a?os de edad por complicaciones m¨¦dicas tras romperse una cadera en una mala ca¨ªda.
Cutler era un discreto smooth operator, un trabajador silencioso en la trastienda de la pol¨ªtica a quien acud¨ªan presidentes republicanos y dem¨®cratas para poner en sus manos labores que requer¨ªan finura.
Como abogado, Cutler era uno de los m¨¢s caros y prestigiosos del mundo. Fund¨® el bufete Wilmer, Cutler & Pickering y lo asoci¨® el a?o pasado con otra oficina en Boston para crear Wilmer, Cutler, Pickering, Hale & Dorr, con m¨¢s de mil abogados en n¨®mina y despachos en tres continentes.
En este sector privado, su apellido representaba la infalibilidad de la profesi¨®n. Defendi¨® m¨²ltiples argumentaciones ante el Tribunal Supremo y represent¨® a algunas de las principales compa?¨ªas de Estados Unidos, como la CBS, el diario The Washington Post, American Express o IBM.
En su cartera hab¨ªa tambi¨¦n clientes modestos y luchadores de causas justas; ¨¦l presum¨ªa de estar disponible para defender a quien quisiera contratarle, grande o peque?o. Esa actitud le hizo ganar fama como mercenario de la abogac¨ªa abierto al mejor postor.
Jospeh Laitin, que fue defensor del lector en el Post y portavoz del Departamento del Tesoro, sol¨ªa decir que Cutler era "un padrino empresarial por el d¨ªa y madre Teresa por la noche". Por eso uno de sus grandes cr¨ªticos era Ralph Nader, el abogado anti-corporaciones y fallido candidato presidencial, que nunca olvid¨® que Cutler defendi¨® en la d¨¦cada de los sesenta a la industria de los autom¨®viles para lograr que esas empresas no fueran responsables subsidiarias de los accidentes provocados por sus errores en el dise?o de las medidas de seguridad en los coches. Defend¨ªa a quien le pagaba, incluido Mick Jagger, para quien trabaj¨® por una disputa de los Rolling Stones con su manager.
Y Cutler era una de las personas con mayor influencia y mejores contactos en Washington. Fue consejero personal de los presidentes Jimmy Carter y Bill Clinton, a quien asesor¨® durante los peores d¨ªas del esc¨¢ndalo Whitewater. Tambi¨¦n acudi¨® en ayuda de varios secretarios de Estado (George Shultz, James Baker o Henry Kissinger) para ayudar en negociaciones puntillosas, incluidos algunos acuerdos de desarme con la antigua Uni¨®n Sovi¨¦tica.
Aunque era de convicciones dem¨®cratas, trabaj¨® de alguna u otra manera para todos los presidentes desde Lyndon B. Johnson, incluido George W. Bush, que en una nota p¨²blica lamentaba el fallecimiento de alguien "que sirvi¨® a nuestro pa¨ªs con dedicaci¨®n y distinci¨®n a trav¨¦s de una carrera extraordinaria".
Bush le hab¨ªa encomendado hace dos a?os un informe independiente sobre los errores de los servicios de inteligencia en la valoraci¨®n de los supuestos arsenales iraqu¨ªes de armas de destrucci¨®n masiva.-
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