Vuelve el ladr¨®n galante

Nacido de la pluma de Maurice Leblanc, ambientadas sus peripecias en la Francia de la Belle ?poque, Ars¨¨ne Lupin es una m¨¢s de esas criaturas posrom¨¢nticas que, como el Fant?mas folletinesco, fueron creadas por la literatura popular francesa con el ojo bien puesto en sus destinatarios potenciales, la clase media-baja, y por tanto, muy en la tradici¨®n gala, un h¨¦roe que hace sufrir a sus enemigos potenciales, los polic¨ªas. Hace tiempo que el cine no recurre a las aventuras del galante ladr¨®n, de ah¨ª la extra?eza de que una gran coproducci¨®n internacional, con una actriz como Kristin Scott Thomas encabezando el elenco, se ocupe nuevamente de las aventuras de la peculiar criatura.

No le falta gracia a esta pel¨ªcula que no desde?a la espectacularidad, que sit¨²a las aventuras de Lupin y de una ubicua, indestructible competidora, la condesa de Cagliostro, en un Par¨ªs que est¨¢ viviendo la gran transformaci¨®n urbana y arquitect¨®nica que experiment¨® en el tercio final del siglo XIX y en los primeros a?os del XX. Un Par¨ªs en el que virtualmente cabe todo: un collar, un plano extraordinariamente complejo, el tesoro de Francia, catacumbas, persecuciones, paisajes sobrecogedores y hasta una conspiraci¨®n mon¨¢rquica contra la Rep¨²blica, todo a mayor gloria de una aventura cargada de quilates hist¨®ricos, aunque hecha seg¨²n las normas del g¨¦nero en su acepci¨®n m¨¢s americana. No es ni Vidoq ni El pacto de los lobos, por situarla entre dos productos franceses recientes, tambi¨¦n con vocaci¨®n hist¨®rico-aventuresca; pero se deja ver, sobre todo si uno no le hace preguntas muy indiscretas, y si se deja seducir por los encantos, del todo inhabituales, de Scott Thomas y la veintea?era Eva Green: avisados quedan.