El cielo en pedazos
Estos pocos d¨ªas que he estado en M¨¦xico el tema de conversaci¨®n preferido de mis amigos es el de la triunfante batalla librada por Manuel L¨®pez Obrador, jefe del Gobierno de la ciudad de M¨¦xico, para no ser inhibido como aspirante a la presidencia de la Rep¨²blica, que es lo que pretend¨ªa una maniobra conjunta entre el Partido de Acci¨®n Nacional (PAN), en el poder, y el Partido Revolucionario Institucional (PRI), que gobern¨® a M¨¦xico por m¨¢s de setenta a?os.
L¨®pez Obrador, a la cabeza de todas las encuestas de opini¨®n, se decidi¨® a pelear en las calles su derecho a ser candidato, y tras la ¨²ltima de una serie de manifestaciones populares, que convoc¨® a m¨¢s de un mill¨®n de personas, el presidente Fox retrocedi¨®, desistiendo de la acusaci¨®n judicial planteada por el Gobierno ante los tribunales, y que hubiera resultado en la inhibici¨®n de L¨®pez Obrador. Un acto de flojera pol¨ªtica, opinan algunos, entre ellos sus aliados del PRI en la jugada, ahora frustrados; pero al fin y al cabo, un acto de cordura, que beneficiar¨¢, antes que nada, a la democracia mexicana, tan incipiente y amenazada como hoy lo est¨¢ la democracia de Nicaragua.
Mis amigos mexicanos, que poco oyen hablar hoy de Nicaragua, me escucharon enseguida a m¨ª explicarles que lo que me cuentan es lo mismo que sigue pasando en mi pa¨ªs. Como en Am¨¦rica Latina vivimos en un juego de espejos, una situaci¨®n parece el calco de otra, les dije.
Por medio de otra oscura concertaci¨®n entre los dos partidos tradicionales, el Partido Liberal Constitucionalista de Arnoldo Alem¨¢n (PLC) y el Frente Sandinista de Daniel Ortega (FSLN), se quiere apartar del camino de la presidencia al que hasta hace poco fue jefe del Gobierno de la ciudad de Managua, Herty Lewites. Expulsado ya de las filas de su partido, el propio FSLN, y amenazado con una causa judicial, Herty ha sido capaz de desafiar en las calles, con multitudinarias manifestaciones, a Daniel Ortega, una vez m¨¢s candidato presidencial.
Pero aqu¨ª se dobla la parada: tambi¨¦n se quiere apartar a Eduardo Montealegre, el m¨¢s popular dentro del propio PLC para figurar como candidato presidencial. Uno se interpone en el camino de Daniel Ortega, y el otro, en el camino de Arnoldo Alem¨¢n, quien, pese a ser reo del delito de lavado de dinero, tambi¨¦n quisiera ser candidato otra vez.
Hay, sin embargo, diferencias en el calco. En M¨¦xico, a la cabeza de la maniobra bipartidista para desterrar de la competencia presidencial a L¨®pez Obrador aparec¨ªa el propio presidente Vicente Fox. Tanto a su partido, el PAN, como a sus aliados del PRI en la conspiraci¨®n les conven¨ªa eliminar a un ganador, que llevar¨ªa por primera vez al poder al Partido de la Revoluci¨®n Democr¨¢tica (PRD), una formaci¨®n de izquierda fundada en 1989 por disidentes del propio PRI.
En Nicaragua, el presidente Bola?os, disminuido en sus poderes por consecuencia del pacto entre Ortega y Alem¨¢n, es ajeno, y contrario, a la maniobra, pero no puede detenerla. Ortega y Alem¨¢n ejercen entre los dos un control absoluto del poder legislativo, del poder judicial y del poder electoral, pues los diputados son escogidos a dedo por ambos, y lo mismo los magistrados y jueces. Cualquiera que amenace ese poder como candidato puede ser acusado en los tribunales y procesado por causas ficticias que necesariamente llevan la p¨¦rdida de los derechos ciudadanos como parte de la pena, y entre esos derecho est¨¢ el de participar en procesos electorales.
La maniobra contra L¨®pez Obrador es un claro intento de la derecha gobernante de impedir que la izquierda llegue al Gobierno, me dicen mis amigos. Es una manera de verlo. Pero en Nicaragua, ?d¨®nde est¨¢ hoy la derecha y d¨®nde est¨¢ la izquierda?, les digo yo. El pacto entre Ortega, antiguo guerrillero, y Alem¨¢n, fiel desde joven al partido liberal de Somoza, ha borrado toda frontera ideol¨®gica. La repartici¨®n de poder entre ambos no hace sino copiar los viejos modelos caudillistas, y ahora mismo sus diputados en la Asamblea Nacional est¨¢n votando, con toda impunidad, leyes que despojan de poderes constitucionales al presidente de la Rep¨²blica.
Y, por si fuera poco, ambos se proclaman antiolig¨¢rquicos y antiimperialistas, la mejor, y la m¨¢s exc¨¦ntrica, de todas las novedades. Bajo ese tenor es que desde la c¨²pula del FSLN se acusa a Herty Lewites de agente del imperialismo, lacayo de la oligarqu¨ªa, y sionista: el padre de Herty es un jud¨ªo asquenaz¨ª que lleg¨® desde Polonia a Nicaragua huyendo del Holocausto.
Esta acusaci¨®n la ha repetido un reciente despacho de Prensa Latina, la agencia oficial de noticias del Gobierno de Cuba, mejorando la lista de cargos, pues hace aparecer a Herty como agente de la CIA, lo que faltaba. Dice el despacho: "Tambi¨¦n lo sabe la derecha, que con la ayuda del Gobierno de Estados Unidos ha comenzado a jugar sus cartas para evitarlo. Un primer intento en ese sentido ha sido la utilizaci¨®n de figuras que en alg¨²n momento estuvieron vinculadas al sandinismo para tratar de dividir y confundir a las masas. El caso Herty Lewites es un ejemplo de esta conspiraci¨®n cuyas ra¨ªces est¨¢n asentadas en Washington y Langley".
?Entienden ustedes este arroz con mango?, pregunt¨¦ a mis amigos mexicanos. Herty Lewites, que perdi¨® a su hermano Israel en el asalto al cuartel de Masaya en octubre de 1977, y que dedic¨® su juventud a luchar contra la dinast¨ªa de los Somoza, por lo que a¨²n enfrent¨® c¨¢rcel en los Estados Unidos, agente de Langley, es decir, de la CIA. Y Arnoldo Alem¨¢n, antiimperialista.
Ya puede caerse el cielo en pedazos.
Sergio Ram¨ªrez es escritor nicarag¨¹ense.
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