Tribulaciones de un profesor
Narrador, poeta, traductor y ensayista, el h¨²ngaro Dezs? Kosztol¨¢nyi es una figura imprescindible, no s¨®lo de la literatura europea, sino declaradamente de la cultura del siglo XX. Escribi¨®, en apenas cinco a?os, cuatro excelentes novelas en las que mostr¨® un extraordinario dominio de la composici¨®n, un severo conocimiento de la naturaleza humana, con una particular atenci¨®n a los aspectos esclavizantes del amor, y una precisa delimitaci¨®n de caracteres morales, ambig¨¹edad psicol¨®gica y sentido del detalle. Kosztol¨¢nyi era un artista en su m¨¢s pura expresi¨®n, un esteticista, y en consecuencia un agudo observador de la realidad social. Excepto su primera novela, Ner¨®n, el poeta sangriento, cuya versi¨®n alemana de 1924 se public¨® prologada por Thomas Mann, el resto de su narrativa ha encontrado un lugar en nuestro repleto panorama editorial de la mano de Ediciones B: Alondra, Anna la dulce, y ahora La cometa dorada, tal vez su obra m¨¢s contempor¨¢nea, cuyo conflicto nuclear, el malentendido entre el ideal humanista, encarnado en el profesor Antal Nov¨¢k, y la "ordinaria y repulsiva" vida de una ciudad de provincias, mantiene su arrolladora fuerza dram¨¢tica, gracias a una exposici¨®n objetiva de los hechos que imprime a la narraci¨®n la fatalidad de un enunciado matem¨¢tico.
LA COMETA DORADA
Dezs? Kosztol¨¢nyi
Traducci¨®n de Marta Komlosy
Ediciones B. Barcelona, 2005
333 p¨¢ginas. 16,35 euros
Nov¨¢k, en efecto, es un profesor de matem¨¢ticas y f¨ªsica, y precisamente por su fervorosa dedicaci¨®n a la ense?anza en ¨¦l se mezcla la dignidad del pedagogo con la caricatura a que tan propensa es la profesi¨®n. Tanto su severidad de maestro como su entrega al saber produce en los alumnos "pavor y escalofr¨ªo ante cada uno de sus gestos y palabras, lo que no les imped¨ªa ser maliciosos".
El narrador realiza del profe
sor una descripci¨®n tan discordante y cruel (la cabeza es un "objeto esf¨¦rico", los ojos "c¨ªrculos titilantes"), que ya desde los primeros cap¨ªtulos parece que sobre el profesor se cierne la calamidad. Viudo y padre de una hija, con la que apenas se entiende -la chica, pese a la oposici¨®n paterna, mantiene relaciones con un alumno-, Nov¨¢k lleva una vida mon¨®tona sin m¨¢s aliciente que la perpetuaci¨®n de esa monoton¨ªa, aunque con la satisfacci¨®n de contribuir a la formaci¨®n cient¨ªfica de las nuevas generaciones. Esta satisfacci¨®n, no obstante, es m¨¢s subjetiva que real; Antal Nov¨¢k no quiere darse cuenta, se lo impide la fe en su propio rango, que los alumnos no s¨®lo no le respetan, sino que es objeto de chanza, adem¨¢s de motivo de las habladur¨ªas m¨¢s risibles que circulan por el pueblo. Discretamente Kosztol¨¢nyi evita el ¨¦nfasis sobre la fatalidad, pero las adversidades se acumulan sobre el profesor -su hija huye con el estudiante, un grupo de alumnos le propina una feroz paliza, un periodicucho popular denigra su nombre-, y la suma de tantas humillaciones llevar¨¢ a Nov¨¢k a una soledad sin salida. Tragedia de un pobre hombre ilustrado, al que el autor no concede ninguna nobleza de esp¨ªritu, sino que se deleita en sus aspectos m¨¢s fr¨¢giles, la novela ni siquiera le otorga la comprensi¨®n p¨®stuma de una memoria afectiva. Nov¨¢k es as¨ª v¨ªctima de la fuerza bruta y de la malevolencia, pero ni siquiera su estatuto de m¨¢rtir de la ense?anza repara su condici¨®n de profesor rid¨ªculo.
Como en Alondra y Anna la dulce, donde los protagonistas est¨¢n muy bien dibujados, pero tan cargados de ambig¨¹edad que resulta imposible consentir la necedad a que someten sus vidas, tambi¨¦n aqu¨ª la evasi¨®n de la desgracia se presenta como una tarea impracticable. Kosztol¨¢nyi deja as¨ª que sea el lector quien juzgue si la voluntad es ineficaz para resolver los conflictos, o si la presi¨®n social aniquila cualquier intento de comunicaci¨®n. En La cometa dorada la impunidad de la agresi¨®n triunfa sobre el saber. Y no s¨®lo en esta vida; convertido en fantasma, en la ¨²ltima escena Nov¨¢k da se?ales desde el m¨¢s all¨¢, feliz en su nulidad, y perdido en el m¨¢s absoluto olvido. El ¨²nico lugar donde no le alcanza la desgracia.
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