La gran bronca

La noticia estuvo, sin duda, en la gran bronca recibida por Rivera Ord¨®?ez por su actitud ap¨¢tica, su falta de recursos, su incapacidad manifiesta, su desconfianza y su aspecto caricaturesco de figura ante sus dos toros. Pero hubo un torero en la plaza que merece los honores del justo reconocimiento, aunque no le preceda la fama popular de su compa?ero.
Se llama Iv¨¢n Garc¨ªa, entr¨® por la puerta de la sustituci¨®n ante la lesi¨®n sufrida hace unos d¨ªas por Luis Miguel Encabo y demostr¨® con creces que le sobran agallas para superar papeletas tan dificultosas como la que ayer le toc¨® en suerte.
Quiz¨¢ sea la necesidad, qui¨¦n sabe, pero la actitud de un torero es fundamental para volver del rev¨¦s una tarde que se presagiaba aciaga. No fueron mejores sus toros que los de Rivera, pero los diferencia la b¨²squeda del triunfo a base de decisi¨®n, valor e inteligencia de un joven torero que quiere ser figura frente a la desmotivaci¨®n, la desidia y la duda permanente del veterano.
Cuadri / Rivera, Garc¨ªa, Cruz
Toros de Celestino Cuadri, bien presentados, mansos, descastados, parados y deslucidos. Rivera Ord¨®?ez: media trasera (bronca); tres pinchazos y bajonazo (gran bronca). Iv¨¢n Garc¨ªa: bajonazo (palmas); pinchazo bajo y dos descabellos (silencio). Fernando Cruz, que confirm¨® la alternativa: cinco pinchazos, un descabello -aviso- y dos descabellos (silencio); media ladeada y un descabello (silencio). Plaza de Las Ventas, 13 de mayo, 3? corrida de feria. Casi lleno.
La corrida de Cuadri cosech¨® un estrepitoso fracaso. Bien presentados, serios, con cuajo, pero mansos de solemnidad, descastados hasta la desesperaci¨®n, nulos en la embestida y, lo que es peor, todos los toros derrocharon una mala uva que no perdonaba el m¨¢s m¨ªnimo error. Fracaso absoluto porque no hubo bravura ni casta ni nobleza.
Con este material se enfrent¨® Iv¨¢n Garc¨ªa y lo hizo con un decoro encomiable. Sali¨® su primero con la cara por las nubes y lo recogi¨® con eficacia y elegancia. En la muleta, el toro se lo quer¨ªa comer con la mirada, pero Garc¨ªa burl¨® al instinto de conservaci¨®n y le present¨® el enga?o en el mismo centro del ruedo con un arrojo respetable. No hubo faena, pero ah¨ª qued¨® su voluntad, su firme decisi¨®n y, tambi¨¦n, la necesidad de aprovechar una oportunidad de oro en esta feria. Volvi¨® a fajarse con el segundo y se le reconoci¨® su decoro y pundonor.
La noticia estuvo, sin duda, en el triste paso de Rivera Ord¨®?ez por esta plaza. Por cierto, ?qui¨¦n lo apunt¨® a esta corrida dura cuando ¨¦l, hoy, no es ning¨²n jabato? Lleg¨® derrotado, dio la impresi¨®n de que sus picadores salieron con la orden de muerte al enemigo; pareci¨® que quiso justificarse con el capote, pero en ning¨²n momento se le vio relajado, con mando en plaza. Cuando tom¨® la muleta en ambos toros su semblante denotaba que rogaba al cielo que pasara cuanto antes tan dif¨ªcil c¨¢liz. Con la tez demudada, sin recursos, a la defensiva, se dedic¨® a quitar las moscas desde lejos mientras arreciaban las palmas de tango.
Y confirm¨® la alternativa Fernando Cruz, que pas¨® aut¨¦nticas fatigas con su primero. Con escasa experiencia, vio c¨®mo el toro le pon¨ªa los pitones en la pechera y, en una de ¨¦stas, lo enganch¨® por la chaquetilla, lo levant¨® en volandas y el toro le perdon¨® la vida. La verdad es que el animal impon¨ªa un respeto impresionante. El chaval ech¨® toda la casta en el sexto, de embestida violenta que lo volvi¨® a voltear sin consecuencias. Pero no le perdi¨® la cara ni se acobard¨®. Lo ¨²nico que pas¨® es que era un toro muy dif¨ªcil para un chaval nuevo poco acostumbrado a una empresa tan complicada en plaza de tanta responsabilidad. Un verdadero trago que no olvidar¨¢ Fernando Cruz f¨¢cilmente.

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