Entre br¨²julas, pinos y velas

Mar y monta?a; costa e interior; el Pe?¨®n de Ifach de Calp y la serran¨ªa y densos bosques de pino blanco de Titaguas acogieron la semana pasada los Campeonatos de Espa?a Universitarios de Vela y Orientaci¨®n, organizados por la Universitat de Val¨¨ncia, la ¨²nica universidad valenciana que este a?o organizaba competiciones de este tipo. Pero la singularidad m¨¢s que en esto radic¨® en los deportes en s¨ª, ambos de minor¨ªas, y en parajes antit¨¦ticos amalgamados por el deporte.

Titaguas, una localidad de 547 habitantes del Alto Turia, a casi 87 kil¨®metros de Valencia, no est¨¢ acostumbrada a tal ocupaci¨®n: 123 deportistas de 33 universidades, 40 voluntarios y 30 t¨¦cnicos. A cierta equidistancia no s¨®lo geogr¨¢fica el club n¨¢utico de la localidad tur¨ªstica de la Costa Blanca con m¨¢s de 20.000 habitantes y 300 socios. All¨ª la organizaci¨®n del I Campeonato de Espa?a Universitario de Vela supuso "una buena noticia" aunque ya est¨¢n habituados a organizar eventos similares que, en esta ocasi¨®n reuni¨® a 10 universidades, con 4 tripulantes cada una, 20 voluntarios y cerca de 15 t¨¦cnicos.

Durante la competici¨®n, deportistas, jueces y personal de apoyo conviven con voluntarios que profundizan en el deporte. Para la mayor¨ªa lo m¨¢s novedoso era la orientaci¨®n, un deporte que se remonta a los primeros planos topogr¨¢ficos modernos, a finales del siglo XIX, en los pa¨ªses escandinavos, en la que el participante tiene que realizar en el menor tiempo posible un recorrido de varios kil¨®metros marcado en el plano y sobre el terreno por puntos de control. En la carrera se visitan las balizas en el orden indicado sobre el plano, con la br¨²jula y un mapa como ¨²nicos instrumentos. Cada vez que el corredor localiza la baliza pasa su tarjeta electr¨®nica, que lleva en el dedo de manera que al llegar a la meta este dispositivo se descarga en un ordenador que compila los tiempos, el orden y el recorrido de cada uno.

Niclas Gil Nieminen, secretario t¨¦cnico del campeonato describe este deporte, que conoci¨® en Finlandia por sus descendientes maternos, "como una gran partida de ajedrez corriendo". Y lo normal es llegar a meta aunque un universitario gaditano se desorient¨® antes de localizar la tercera baliza de las 22 instaladas en cinco kil¨®metros y fue recogido haciendo autostop por representantes universitarios que acud¨ªan a Titaguas para la entrega de trofeos. "Sal¨ª hace dos horas, he preguntado hasta a un pastor pero no ha habido forma y aqu¨ª los coches no te paran", comenta un corredor extraviado que vio su salvaci¨®n al avistar una camiseta de la organizaci¨®n en el veh¨ªculo que le rescat¨®.

Mientras, en el Club N¨¢utico Calpe, todas las tripulaciones compet¨ªan en J-22, unos barcos propiedad del mismo de casi 7 metros de eslora. Sin diferencias en las embarcaciones, como ocurre en la Copa del Am¨¦rica, aqu¨ª lo decisorio fue el factor humano. Antonio Lamadrid, secretario t¨¦cnico de la competici¨®n explica adem¨¢s la espectacularidad de la regata porque el arbitraje es en el agua y todas las tripulaciones salen a la vez. Para los veinte voluntarios universitarios implicados, a los que se les cubr¨ªa la manutenci¨®n y el equipamiento la experiencia ha sido un primer bautismo n¨¢utico a las puertas de la Copa del Am¨¦rica. "Antes sab¨ªa diferenciar entre la proa y la popa, ahora ya distingo las velas. ?sa es la spinnaker (vela de los vientos de popa) y la que est¨¢ escondida la de foque (la vela que va a la proa del barco)", dice una entusiasta voluntaria de prensa que desde una lancha explica las regatas.

La Universitat de les Illes Balears se proclam¨® ganadora en vela, en esta primera edici¨®n, seguida de la de Alicante y de la Polit¨¦cnica de Valencia. Por otra parte, el finland¨¦s Jukka Kokkoniemi, de la Pablo de Olaivide venci¨® en orientaci¨®n junto con la alicantina Esther Gil. Por equipos Alicante logr¨® la primera posici¨®n, seguida de la Universitat de Val¨¨ncia, la anfitriona.