Madrid no manda
Eso de que Madrid es Madrid como argumento de autoridad es una aut¨¦ntica falacia. Madrid no manda; en esta fiesta mandan los taurinos, los m¨¢s refinados y furibundos enemigos de este espect¨¢culo, con el que acabar¨¢n m¨¢s pronto que tarde como Dios no ponga remedio. De lo contrario, no se entiende lo ocurrido ayer en la plaza de las Ventas. Sencillamente, incomprensible. Basta que se anuncie una figura para que todo se convierta en una burda caricatura. Basta que haga el pase¨ªllo El Juli, por ejemplo, para que en lugar de toros salgan becerros sin cabeza, sin hechuras ni casta; animalitos impresentables con los que hacer el m¨¢s espantoso de los rid¨ªculos.
Cualquiera puede pensar que el prestigio de figura hace perder la chaveta, que es un error venir a Madrid en estas deplorables condiciones. Pues va a ser que no. Son listos estos taurinos y conocen bien a los espectadores. Vencida y desaparecida la afici¨®n, s¨®lo queda un aluvi¨®n de indocumentados que aplaude como toreo excelso la vulgaridad m¨¢s espantosa. A estas alturas, ni el temido tendido 7 hace honor a su fama y traga cualquier corderito degollado, el m¨¢s descarado de los fraudes.
Arroyo y Mart¨ªn Arranz / El Juli, Jim¨¦nez, Tejela
1?, de Jos¨¦ Miguel Arroyo; 2?, 3? y 4?, de Enrique Mart¨ªn Arranz, y 5? y 6?, de Sorando, muy mal presentados, a excepci¨®n del 6?, inv¨¢lidos, mansos y descastados. El Juli: pinchazo y estocada (palmas); estocada (silencio). C¨¦sar Jim¨¦nez, que confirm¨® la alternativa: estocada -aviso- (ovaci¨®n); casi entera (silencio). Mat¨ªas Tejela: metisaca, pinchazo y estocada baja (silencio); estocada (silencio). Plaza de las Ventas. Madrid, 15 de mayo. Quinta corrida de feria. Lleno.
As¨ª se consum¨® el desastre. Influyen estos taurinos para que la autoridad acepte como toros a novilletes impresentables, inv¨¢lidos y descastados. Las figuras bailan al son que les tocan, dan miles y miles de pases, no torean nada, ridiculizan a la propia fiesta y salen de la plaza sin merma alguna en su vitola de maestros que pasear¨¢n ufanos por toda la geograf¨ªa taurina, plagada de m¨¢s indocumentados e ingenuos espectadores.
Pasan por Madrid, otrora primera plaza del mundo, de rositas estas modernas figuras de hoy, sin que vean alterado su prestigio ni su cotizaci¨®n econ¨®mica a pesar del flagrante enga?o. ?Qui¨¦n manda? Los taurinos, sin duda, que imponen sus mal¨¦volos criterios a quienes pasan por taquilla y, de camino, los hacen ricos.
Por cierto, Joselito y Mart¨ªn Arranz podr¨ªan cambiar de ocupaci¨®n. Como ganaderos, cero patatero. No es de recibo venir a Las Ventas con materia tan impresentable. Ni siquiera pudieron completar la corrida. Un respeto, se?ores ganaderos, un respeto para Madrid de quienes tanto defendieron su propia dignidad cuando ejerc¨ªan como matador y apoderado.
?Y los toreros? El Juli parece claro que pasa de Madrid, lo que dice muy poco de ¨¦l y de sus mentores. No se entiende, por otra parte, que Jim¨¦nez confirme la alternativa con estos novilletes a los tres a?os de su doctorado. Y Tejela, triunfador del pasado a?o, se apunt¨® al carro de lo f¨¢cil y en el pecado llev¨® la penitencia.
In¨¦dito, y con m¨¢s pena que gloria pas¨® El Juli por Las Ventas. No tuvo toros, sino novillos a los que dio cientos de pases insulsos y vulgares. Ni un capotazo, ni un muletazo de la m¨¢s m¨ªnima calidad. Lamentable el sentido de la responsabilidad de esta figura. Flaco favor le hizo Joselito a su mentor Jim¨¦nez, un chaval cargado de ilusiones que se estrell¨® ante un lote descastado e inv¨¢lido. Estuvo Jim¨¦nez, pero no se le vio. Estaba toreando, es un decir, Mat¨ªas Tejela a su primero y la gente comentaba en el tendido las ¨²ltimas noticias futbol¨ªsticas, mucho m¨¢s interesantes que la labor del madrile?o. Muy desconfiado se mostr¨® ante el reserv¨®n sexto en actitud impropia de un triunfador.
Se aburri¨® el p¨²blico, pero aplaudi¨® con frecuencia. ?ste es el triunfo de los taurinos: pasaron por caja y volaron hacia otra plaza. Madrid ya es historia, porque Madrid no manda; mandan ellos.
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