Los autores canadienses Heath y Potter denuncian el lucrativo negocio de la contracultura
'Rebelarse vende' propugna "cambiar las normas en vez de insistir en abolirlas"
Los libros que critican el consumismo se convierten en ¨¦xitos de ventas. Es el caso de No Logo. Las pel¨ªculas que se sublevan contra la sociedad del espect¨¢culo como American beauty y El club de la lucha son pasto de las masas. La ropa alternativa se vende en los grandes almacenes. El capitalismo parece tener una capacidad inagotable para absorber cualquier cr¨ªtica contracultural. Dos j¨®venes profesores canadienses, Joseph Heath y Andrew Potter, defienden en Rebelarse vende (Taurus) la necesidad de preocuparse m¨¢s por la justicia social y menos por la agitaci¨®n cultural.
Los productos contraculturales son objetos de consumo para una cierta ¨¦lite de la sociedad que quiere distinguirse de la masa. Son personas que dicen querer cambiar el mundo, pero que desconf¨ªan de la mayor¨ªa social.
Eso no es todo. Seg¨²n los fil¨®sofos canadienses Joseph Heath y Andrew Potter, "las ideas de la contracultura est¨¢n resultando contraproducentes para la izquierda". Por ejemplo, "al rechazar de manera general todas las instituciones y reglas del sistema en su defensa de lo espont¨¢neo, la contracultura ha arremetido contra las normas m¨¢s elementales de la urbanidad, tachadas de victorianas y decimon¨®nicas. Lo que ha ocurrido es que la gente es cada vez m¨¢s maleducada, y eso ha favorecido a la derecha. La izquierda necesita una atm¨®sfera de respeto, por ejemplo, para poder explicar sus propuestas, que son complejas".
Los defensores de la contracultura, seg¨²n Potter y Heath, suelen tener "una motivaci¨®n pol¨ªtica noble, honrada y genuina. El problema es que el discurso contracultural te provee de un paquete te¨®rico completo y bastante f¨¢cil de entender cuando eres un adolescente". Para los autores, es necesario huir de ciertas din¨¢micas autocomplacientes y nada eficaces. "Hay que cambiar las normas, no abolirlas. Transformar las instituciones servir¨¢ para modificar las conciencias", afirman.
?No significa todo esto volver a apostar por los caminos cl¨¢sicos de los partidos socialdem¨®cratas? Potter y Heath consideran que gobernantes como Tony Blair en el Reino Unido o Paul Martin en Canad¨¢ no est¨¢n desmontando el Estado de bienestar a pesar de las acusaciones, sino "acometiendo reformas estructurales necesarias para garantizar su existencia". Los autores opinan que ciertos movimientos sociales y ONG cumplen un papel fundamental en el activismo pol¨ªtico mientras se alejen del "negocio de la contracultura".
Y, por cierto, ?qu¨¦ tal se vende rebelarse contra la contracultura? "El libro est¨¢ funcionando bien. Ha habido gente que ha intentado descalificarnos diciendo que caemos en el mismo error que denunciamos, pero lo cierto es que nosotros nos limitamos a destacar que existe una teor¨ªa que no cumple su cometido. No tenemos previsto ponernos a vender zapatillas de deporte con la marca de nuestro libro".
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