Suspenso en geometr¨ªa

Visto lo visto, parece que estos toreros j¨®venes de ayer no fueron a clase el d¨ªa que explicaron la geometr¨ªa del toreo. Y suspendieron, claro. Pasaron al curso siguiente, pero tienen pendiente esa asignatura. Quiz¨¢, por eso, demuestran graves carencias en cuanto a colocaci¨®n, porque creen que el toreo es en l¨ªnea recta cuando es en redondo; se colocan a la altura del pit¨®n que tienen m¨¢s cerca, cuando las reglas aconsejan buscar el pit¨®n contrario; dirigen la embestida del toro hacia fuera, cuando es hacia dentro, y no cargan la suerte, es decir, no invaden el terreno del toro. Para m¨¢s delito, citan con la muleta retrasada cuando debe ser presentada por delante para alargar el muletazo, y utilizan el pico del enga?o en lugar de la panza de la franela.

Geometr¨ªa pura que hay que aprender, asimilar y ponerla en pr¨¢ctica. Tiene un problema, eso s¨ª: el toreo as¨ª ejecutado entra?a m¨¢s riesgo, pero es m¨¢s puro. El toreo con la suerte cargada, y con los pases ligados, largos y en redondo es oro puro. Se entiende as¨ª que ¨¦sta sea una profesi¨®n para elegidos. De ah¨ª la importancia de la geometr¨ªa en el toreo. Por eso, los que suspenden esta asignatura crucial dan muchos pases, pero torean poco, alargan las faenas y no dicen nada. El toreo sin geometr¨ªa es de una vulgaridad insoportable.

Viene todo esto a cuento de la tarde que ofrecieron ayer Jim¨¦nez, Vega y Manzanares, tres toreros, se dice, con mucha proyecci¨®n. Tuvieron delante una corrida elegida para triunfar, justa de fuerza y de casta y sobrada de nobleza. No se pic¨® ning¨²n toro, no molestaron a nadie y pecaron, eso s¨ª, de soser¨ªa en la muleta. Ninguno de los tres toreros puso en pr¨¢ctica las normas geom¨¦tricas y los tres pasaron inadvertidos entre el espeso silencio de este p¨²blico que se cae de puro bueno. Por cierto, no s¨®lo no torearon, sino que, adem¨¢s, mataron de bajonazos infames que dicen muy poco de estas figuras en ciernes.

Aplaudieron mucho a Jim¨¦nez a la muerte del quinto, pero sin motivo justificado. Es verdad que hubo un par de tandas de naturales de cierto empaque, pero su labor qued¨® deshilvanada y de poco peso. Hab¨ªa comenzado toreando de rodillas con la mano derecha, acab¨® con manoletinas y le hubieran concedido inmerecidamente una oreja si no mata de mala manera. Peor estuvo en su primero, ante el que evidenci¨® que debe estudiar geometr¨ªa con urgencia porque su toreo fue excesivamente superficial y anodino.

Los dos toros m¨¢s inv¨¢lidos le tocaron a Salvador Vega y en los dos comenz¨® en la muleta por bajo de manera incomprensible. Manej¨® el capote con gusto cuando las cortas embestidas se lo permitieron, y all¨ª estuvo en labores de enfermero sin decir nada. Manzanares confirm¨® la alternativa con un toro noble ante el que qued¨® en evidencia. Ser¨ªan los nervios, pero se mostr¨® sin gracia, sin reposo y sin mando en una faena muy larga en la que no dijo nada. Un natural y un largo pase de pecho aislados fueron lo ¨²nico destacable despu¨¦s de seis tandas, seis por ambos lados. El ¨²ltimo era un inv¨¢lido que no pod¨ªa con su alma. Al final, qued¨® la impresi¨®n de que carecen de ilusi¨®n y fortaleza que son los atributos de la juventud. Si ellos son el futuro, que Dios nos coja confesados. Son tres j¨®venes y parecen viejos.