Agujeros y pelotazos
Iba el cronista de charla con un amigo inmobiliario y golfista, por una senda de la huerta, cuando el amigo le grit¨®: ?Eeeh, t¨², cuidado!, est¨¢s pisando un hoyo del green. El cronista dio un brinco y se excus¨®. Record¨® entonces c¨®mo, de ni?o, m¨¢s o menos por aquel mismo lugar, su compa?ero de pupitre, hijo de un modesto agricultor, le grit¨®: ?Eeeh, t¨², cuidado!, est¨¢s pisando las tomateras. Y, de golpe, lo asalt¨® fugazmente una imagen del pasado y otra de un presumible futuro. En la primera, un grupo de mujeres, entre una arquitectura de ca?as, recog¨ªan tomates, dobladas sobre s¨ª mismas y sudorosas; en la segunda, un tipo gallardo compon¨ªa una elegante silueta con el putter describiendo una elipse sobre su cabeza, ante la fingida admiraci¨®n de un caddie, con trazas de labrant¨ªn camuflado tras los 14 palos reglamentarios. ?C¨®mo ves el pa¨ªs?, pregunt¨® el cronista a su amigo. Y su amigo, sin dejar de andar, mir¨® hacia el infinito, y exclam¨® lapidariamente: Lo veo como se ver¨ªan 200 campos de golf, de cuatro en fondo. Y eso es lo que se espera de nosotros: la ofrenda gloriosa a la patria de los m¨¢s sustanciales y atinados pelotazos. Pero qu¨¦ ¨ªmpetu el suyo, se dijo el cronista, deja en la cuneta a Blasco, a la nueva Ley Urban¨ªstica Valenciana, y a cualquiera de los interinos pol¨ªticos que se le ponga por delante. El reino de este mundo es de los promotores, ?para qu¨¦, pues, las urnas? Y vio un universo rebosante de hoyos, a cuyo alrededor iban creciendo las urbanizaciones residenciales; un universo de agujeros negros e insondables; un universo de PAI de reposter¨ªa muy golosa. Puede, pero con viviendas sociales, como el plan de Rabassa, advirti¨® su amigo. M¨¢s que sociales, de precio tasado, VPO, puntualiz¨® el cronista. Ah, por ah¨ª s¨ª que no, no voy a entrar en tus malabarismos sem¨¢nticos. Yo, a lo m¨ªo, ?o¨ªdo? Cuando se despidieron, el cronista consult¨® sus breves notas sobre el plan de Rabassa: ?scar Llopis, secretario de la UGT: "Nuestro sindicato, el 1? de mayo, ya le record¨® al alcalde que empezara a gobernar, porque el gobierno de la ciudad estaba en manos de los grandes constructores, que lo hac¨ªan a golpe de sabrosos planes urban¨ªsticos"; Jos¨¦ de la Casa, secretario de CC OO: "No entendemos, ni apreciamos ning¨²n argumento s¨®lido que pueda justificar que se saque Rabassa del PGOU. Lo mismo que el plan de la Huerta de Alicante. Y que del mucho suelo de Fomento que se libere del soterramiento de la Renfe, se destine un 30% para VPO. Y el mismo porcentaje en la planificaci¨®n de la Sangueta". Ambas centrales coinciden en que el PP municipal no ha hecho, hasta ahora, en su gesti¨®n m¨¢s de mil viviendas protegidas; Antonio Balibrea, soci¨®logo y periodista, presidente de la Asociaci¨®n de Vecinos de Rabassa: "Procedimiento: PGOU. En cualquier caso: respeto a la construcci¨®n de casas bajas, a los lagos y a la zona deportiva del barrio. Y otra cosa: la gente no va a entender que se mueva ni un solo metro c¨²bico de tierra, si no se aprueba el PERI de Rabassa, despu¨¦s de 10 a?os de espera". Carmen Rivera, presidenta del Colegio de Arquitectos: "Esta ciudad la hacen los promotores". Entonces, ?qu¨¦ pintan nuestros representantes? ?A que lo han cogido ya?
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