Desangelado rejoneo
Es posible que el rejoneo viva una ¨¦poca dorada, pero cambian el toro o comenzar¨¢ sin remedio una etapa de declive. Este espect¨¢culo requiere un animal poderoso y encastado que persiga con br¨ªo a los caballos y supla con codicia el afeitado de sus pitones. Con el toro soso y parado como los que ayer se lidiaron, este festejo resulta sopor¨ªfero. Si, adem¨¢s, quiz¨¢s contagiados por el mal juego de sus oponentes, los caballeros no est¨¢n acertados, este espect¨¢culo amable para p¨²blicos complacientes se convierte en un sopor.
Muy desangelada result¨® la tarde de ayer. Una gran responsabilidad hay que colocarla en el casillero del ganadero, que cosech¨® un sonoro fracaso con toros sos¨ªsimos y rajados que no contribuyeron en absoluto al ¨¦xito de los caballeros. Ya va siendo hora de que se busquen otros hierros que puedan ofrecer m¨¢s garant¨ªas.
Boh¨®rquez / Boh¨®rquez, Hermoso, Montes
Toros despuntados para rejoneo de Ferm¨ªn Boh¨®rquez, bien presentados, mansos, sosos y descastados. Ferm¨ªn Boh¨®rquez: rej¨®n bajo y trasero y un descabello (silencio); rej¨®n trasero y bajo (pitos). Pablo Hermoso de Mendoza: pinchazo y rej¨®n muy trasero (ovaci¨®n); pinchazo, rej¨®n trasero y un descabello (oreja). ?lvaro Montes: dos pinchazos y rej¨®n contrario (ovaci¨®n); rej¨®n atravesado (oreja). Plaza de Las Ventas, 21 de mayo. Primer festejo de rejoneo. Lleno.
Hasta el quinto toro no se vivieron momentos de esa f¨¢cil emoci¨®n que despierta el toreo a caballo. Como suele ser habitual, el protagonista fue Hermoso de Mendoza, que dict¨® una lecci¨®n magistral del temple a lomos de un animal. Se dej¨® llegar el toro muy cerca y con una t¨¦cnica perfecta consigui¨® encandilar a los tendidos a pesar de la soser¨ªa de su oponente. Se precipit¨® al matar y un feo rej¨®n trasero redujo el premio a una sola oreja.
Quiz¨¢s Hermoso necesite m¨¢s que nadie un toro encastado por la tremenda facilidad que imprime a su rejoneo. ?se es el gran m¨¦rito de este torero a caballo, quien, con una cuadra que raya la perfecci¨®n, combina una depurada t¨¦cnica con el rejoneo cl¨¢sico.
Par¨® a su primero en el corto espacio de una baldosa y despu¨¦s de colocar un ¨²nico rej¨®n de castigo dibuj¨® dos hondos derechazos. Banderille¨® al quiebro, se esforz¨® en clavar al estribo y dio la impresi¨®n de torear en el patio de su casa. ?se puede ser el problema: poco toro m¨¢s dominio total, igual a escasa emoci¨®n. Volvi¨® a matar mal y lo ovacionaron con fuerza. Aunque pueda parecer ins¨®lito, hay gente que acude a la plaza con un pollo debajo del brazo y, por tercer a?o consecutivo en esta plaza se lo tiraron a Hermoso cuando daba la vuelta al ruedo tras la muerte del quinto.
No tuvo su tarde el hijo del ganadero. Ferm¨ªn Boh¨®rquez es un fiel representante del rejoneo cl¨¢sico, sin concesi¨®n alguna a la galer¨ªa; y as¨ª lo demostr¨® al comienzo de la lidia a su primer toro con rejones y banderillas. Result¨® atropellado cuando intent¨® colocar un par a dos manos y a punto estuvieron caballero y caballo de perder peligrosamente el equilibrio. Volvi¨® a intentarlo y fall¨® de nuevo.
No le gust¨® el cuarto o no se gust¨® ¨¦l mismo, y quiso acabar cuanto antes con el compromiso. El primer rej¨®n cay¨® en el costado del toro, muy fr¨ªo y vulgar en banderillas, y tuvo la mala suerte de degollar al animal con el rej¨®n de muerte, lo que provoc¨® un abundante derrame de sangre que convirti¨® la agon¨ªa del toro en un espect¨¢culo ciertamente desagradable.
No se le puede negar a Montes ardor juvenil. Es espectacular, abusa de la suerte del viol¨ªn y su toreo se aleja de la ortodoxia. Muy bonita, eso s¨ª, la suerte de la garrocha con la que recibi¨® a su primero. Se esforz¨® con ese toro manso y divirti¨® al p¨²blico en el sexto.
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