Un error incomprensible
Me cuesta entender que Renault se equivocara en la elecci¨®n de los neum¨¢ticos. Es un equipo con una gran experiencia en Montecarlo y sabe que este circuito premia el uso de los neum¨¢ticos blandos mucho m¨¢s que el de los duros. En un trazado tan sinuoso y lento como el del Principado, a veces puedes plantearte qu¨¦ gomas escoger: imaginas que las blandas no soportar¨¢n la exigencia de la carrera y que las duras a lo mejor no te ofrecen tantas prestaciones, pero que al final aguantar¨¢n. Probablemente, ¨¦se fue el planteamiento de Flavio Briatore y de sus t¨¦cnicos. Pero es cuando menos sorprendente, porque todos sabemos, tal y como demostraron McLaren y BMW Williams, que iban tambi¨¦n con Michelin, que en Montecarlo los neum¨¢ticos blandos no s¨®lo no pierden adherencia, sino que incluso la van ganando a medida que la carrera avanza.
En un trazado tan particular como el de M¨®naco, donde el asfalto es muy suave y las curvas son lentas, los neum¨¢ticos duros patinan sobre el piso, se sobrecalientan y se degradan bastante m¨¢s de lo normal, sobre todo con el dep¨®sito lleno de gasolina. En contrapartida, los blandos no patinan, tienen mucha m¨¢s adherencia y te dan m¨¢s tracci¨®n. Adem¨¢s, permiten a los pilotos saltar por encima de los pianos sin que el coche sufra demasiado. Aspectos cruciales. Los neum¨¢ticos duros suelen utilizarse en carreras de curvas muy veloces, donde la tracci¨®n es menos importante.
Otro aspecto importante es que los neum¨¢ticos blandos duran lo que duran las pastillas y mientras tanto no pierden adherencia. Es m¨¢s, a medida que la carrera va avanzando incluso conceden m¨¢s tracci¨®n porque se aprovechan de la goma que va quedando enganchada en la pista. Para Fernando Alonso la mala elecci¨®n de los neum¨¢ticos debi¨® de ser un inconveniente tanto en la clasificaci¨®n -sin embargo, se qued¨® a pocas mil¨¦simas de Raikkonen- como despu¨¦s lo fue en la carrera de forma evidente.
Lo que ha hecho Alonso tiene un gran m¨¦rito porque ha salvado cinco puntos cuando eso parec¨ªa imposible. Raikkonen y McLaren han superado a Renault en todo: no s¨®lo porque sus neum¨¢ticos les han dado un rendimiento muy alto, sino porque durante la carrera han demostrado que tienen un coche superior. Alonso ha intentado luchar por el podio, pero al final no pudo aguantar el paso de vuelta de sus rivales. Con el Safety Car en pista dio la sensaci¨®n de que en Renault cund¨ªa cierto p¨¢nico: Alonso entr¨® primero en boxes y perdi¨® s¨®lo una posici¨®n, pero Fisichella tuvo que esperar y volvi¨® a la pista siendo el 13?. Y luego, cuando Heidfeld y Webber le adelantaron, a Alonso ya no le quedaban armas. Si la carrera hubiera durado un par de vueltas m¨¢s, incluso Montoya le habr¨ªa pasado.
Para m¨ª, el GP de M¨®naco ha demostrado una vez m¨¢s que la F-1 no ha perdido el inter¨¦s. Los cambios de normas han servido para algo. En las ¨²ltimas carreras se han visto batallas ¨¦picas que han elevado las audiencias televisivas y la moral de los aficionados. A pesar del dominio de Raikkonen, la carrera ofreci¨® siempre alternativas. Pudo verse a un Trulli lanzarse para adelantar a Fisichella, a dos Ferraris luchando de forma incre¨ªble para optar a los puntos, a los hermanos Schumacher enfrascados en un duelo fraternal, a dos Williams que volvieron a estar arriba y a un Alonso que supo sacar petr¨®leo de una situaci¨®n desesperada. Pero, por encima de todo, pudo verse a un Raikkonen impecable y a un McLaren intocable. Si Renault no evoluciona su coche r¨¢pidamente, puede sufrir en las pr¨®ximas carreras.
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