El ojo invisible

En la mayor¨ªa de sus pel¨ªculas, el terror oriental ha pasado de innovar y sorprender a una penosa repetici¨®n de esquemas y a un vulgar aprovechamiento de su propio fil¨®n. A las sucesivas versiones de La se?al y al reciente estreno de La maldici¨®n 2, caradura calco del filme original, se une ahora la operaci¨®n comercial (m¨¢s creativa, pero igual de desvergonzada) perpetrada por los hongkoneses hermanos Pang: bautizar como The eye 2 a una historia que nada tiene que ver con la primera parte y de la que s¨®lo se aprovecha el t¨ªtulo para as¨ª venderla por el mundo con menos quebraderos de cabeza. Aqu¨ª no hay c¨®rneas trasplantadas ni nada que se le parezca. Lo que nos ocupa es la en¨¦sima versi¨®n del famoso "veo gente muerta" sacralizado por el ni?o de El sexto sentido.

Con m¨¢s ritmo en el l¨ªmite secuencial que los filmes japoneses de Takashi Shimizu o Hideo Nakata, pero igual de tediosa para ir dando informaci¨®n al espectador acerca de la trama, The eye 2 tarda exactamente una hora y cuarto en ofrecer al respetable una tabla de salvaci¨®n en forma de giro de gui¨®n. Hasta entonces, s¨®lo una sucesi¨®n de apariciones fantasmales.