Modernidades

La modernidad vanguardista que se inici¨® hace un siglo abri¨® unos fecundos caminos basados en la transgresi¨®n de las convenciones sobre las que se apoyaban los principios del arte. Ahora, tras un cuarto de siglo de cacareada posmodernidad, los artistas, incapaces de una proeza como la de entonces, siguen recorriendo aquellos mismos caminos trazados por la vieja modernidad sin separarse de su trazado originario. En este contexto, la pintura de Albert Oehlen (Krefeld, 1954) confirma de manera inequ¨ªvoca esta idea de una continuidad vanguardista. Radicalmente posmoderno e iconoclasta, este enfant terrible de la pl¨¢stica alemana de las ¨²ltimas d¨¦cadas, no deja, sin embargo, de realizar una renovada abstracci¨®n surrealista, utilizando la consagrada t¨¦cnica del collage. Para realizar estas obras se sirve de programas infogr¨¢ficos con los que copia im¨¢genes o genera tramas que despu¨¦s ampl¨ªa o reduce, deforma o engorda, oculta o borra. Los resultados de estos procesos son estampados en lienzo y luego retocados con ¨®leo o pintura acr¨ªlica. El resultado son unos cuadros abigarrados, en los que se pueden apreciar diferentes elementos pl¨¢sticos que se relacionan entre s¨ª sin recurrir a las f¨®rmulas de composici¨®n, sino por simple acumulaci¨®n. Las obras as¨ª realizadas son vistosas y poseen una pulsi¨®n din¨¢mica conseguida con la aplicaci¨®n de colores contrastados, lo que dota a estas piezas de un car¨¢cter exultante y vitalista, por el contrario, los procedimientos inform¨¢ticos empleados, que no pasan de las ocurrencias de un aprendiz de dise?o gr¨¢fico, hacen que estas pinturas sean facilonas y los resultados pl¨¢sticos previsibles.