Autoayuda a gusto de todos
Adem¨¢s de los g¨¦neros establecidos por la historia de la literatura, existen otros relacionados con el mercado. En teor¨ªa, la novela, la poes¨ªa y el ensayo son los tres pilares de este templo. Sin embargo, las librer¨ªas incluyen secciones cada vez m¨¢s surtidas de libros de cocina, deportes, gu¨ªas o relatos de viajes que tambi¨¦n contribuyen a sostener la industria. Por si eso fuera poco, la producci¨®n editorial saca al mercado t¨ªtulos que mezclan distintos g¨¦neros y que resultan dif¨ªciles de catalogar. Los libreros se las ven y se las desean para adivinar qu¨¦ mesa les corresponde, desconcertados por tanto mestizaje gen¨¦rico. Chamanes que filosofan, fil¨®sofos psicoterapeutas, m¨¦dicos que recogen sus milagrosas curas en libros que comparten espacio con remedios de abuelas o con expresentadores de televisi¨®n expertos en hipnosis antitabaco, todo contribuye a multiplicar el caos. De la reciente producci¨®n de libros destinados, en alguna medida, a mejorar el estado f¨ªsico, psicol¨®gico o espiritual, he elegido unos cuantos que representar¨¢n a los que, por falta de espacio, no podr¨¦ comentar.
El sector de libros de autoayuda ha pasado por muy pocas etapas de decadencia
Con dardos envenenados contra los ap¨®stoles de la autoayuda (Bucay, Rojas...), Gustavo Bueno desmiente el efecto ben¨¦fico de estos productos editoriales
El sector que m¨¢s producci¨®n
est¨¢ generando es la autoayuda. Hay quien sostiene que, en caso de venderse, s¨®lo ayuda a quien escribe el libro. Pero lo cierto es que desde que los editores americanos perfeccionaron este invento despu¨¦s de la II Guerra Mundial, ha pasado por muy pocas etapas de decadencia. Hoy la autoayuda ha extendido su radio de influencia m¨¢s all¨¢ de la Biblia, que es el libro de autoayuda por excelencia. De los consejos profesionales o psicol¨®gicos de los primeros tiempos se ha pasado a exprimir cualquier actividad humana susceptible de ser manoseada. Algunos t¨ªtulos pertenecen de un modo inequ¨ªvoco a esta denominaci¨®n de origen. Ejemplo: Disciplina emocional, de Charles C. Manz (Paid¨®s). Se trata de un cat¨¢logo de estrategias emocionales para enfrentarse al futuro. Manz, profesor de una asignatura tan malsonante como liderazgo empresarial, sostiene que la satisfacci¨®n emocional repercute de un modo positivo sobre nuestra productividad. En principio, no parece necesario haber estudiado mucho para llegar a tama?a conclusi¨®n. Tambi¨¦n recomienda practicar lo que ¨¦l denomina "footing interior". El ejercicio consiste en fomentar la risa por un lado y la m¨²sica por otro. De la risa dice: "La risa es buena". Acab¨¢ramos. En cuanto a la m¨²sica, Manz sostiene que Mozart es la banda sonora id¨®nea para practicar esta gimnasia an¨ªmica.
Quien desee profundizar en los usos y abusos de la m¨²sica deber¨ªa completar los consejos de Manz con la lectura de ?De qu¨¦ me suena eso? (Aguilar), de M¨¢ximo Pradera. No es un libro de autoayuda propiamente dicho pero ayuda a reflexionar sobre melod¨ªas que hemos incorporado a nuestra cotidianidad. Incluye amenas y documentadas reflexiones sobre, por ejemplo, la relaci¨®n de las bandas sonoras con la m¨²sica cl¨¢sica. Una muestra del tono del int¨¦rprete y de la textura de su partitura: "Los music¨®logos proclaman de manera un¨¢nime que Para Elisa es en realidad Para Teresa, porque la dedicatoria aut¨®grafa del compositor estaba en una caligraf¨ªa ilegible y se malinterpret¨® su letra".
Otros libros se alejan un poco
de la ortodoxia del g¨¦nero, probablemente para no ser malinterpretados como lo que realmente son. Los mejores aforismos y par¨¢bolas de Oriente (RBA), seleccionados y comentados por Ramiro Calle, ?deben considerarse autoayuda? De alg¨²n modo s¨ª, ya que aportan comentarios a refranes y sentencias orientales que podr¨ªan solucionar nuestras dudas existenciales. Aqu¨ª el lector encontrar¨¢ razonadas digresiones sobre aforismos como "m¨¢s vale ser esclavo de los silencios que cautivo de las palabras", una sentencia hind¨² que no respetan los que intentan vivir m¨¢s de sus palabras que de sus silencios. De la autoayuda fet¨¦n han nacido algunos suced¨¢neos. Los libros sobre relaciones, sin ir m¨¢s lejos. Hombres y mujeres, padres e hijos, nietos y abuelos, empresarios y trabajadores, vecinos y vecinos, cualquier dualidad justifica uno o m¨¢s ensayos. Padres e hijos (Ediciones B), de Eva Or¨²e y Sara Guti¨¦rrez, trata de las relaciones paterno-filiales desde el punto de vista profesional. O sea: re¨²ne a padres e hijos conocidos que comparten una id¨¦ntica vocaci¨®n. Treinta y cuatro personajes organizados por parejas entre las que encontramos futbolistas, cocineros, empresarios o guitarristas.
A medio camino entre el ensayo psicol¨®gico y la investigaci¨®n biogr¨¢fica est¨¢ El amor que nos cura, de Boris Cyrulnik (Gedisa). Neur¨®logo, psiquiatra y psicoanalista, Cyrulnik es un ferviente partidario de la etolog¨ªa. Con otros libros traducidos en Espa?a, ahora presenta un ensayo tan personal como los anteriores sobre la superaci¨®n de traumas a trav¨¦s del amor. El neologismo para definir esta cruzada es "resilencia", capacidad autoterap¨¦utica de las personas frente al sufrimiento ps¨ªquico o moral. En un contexto menos especulativo podr¨ªamos situar Homeopat¨ªa para los casos agudos (Kair¨®s), del pediatra y home¨®pata Didier Grandgeorge. Probablemente no se trata de ning¨²n libro sagrado de esta cada vez m¨¢s extendida medicina alternativa (como lo fue en su d¨ªa el libro Di¨¢logos con un home¨®pata, de Zalman Jaime Bronfman), pero la precisi¨®n de Grandgeorge se agradece. Hay que estar muy seguro de uno mismo para afirmar que si te tomas las dosis adecuadas de un producto llamado Lachesis 15 CH, conseguir¨¢s desactivar una depresi¨®n por celos o decepci¨®n amorosa.
?Placebo bals¨¢mico? ?Pedago-
g¨ªa divulgativa? La corriente arrastra toda clase de ejemplos y no todos pueden ser etiquetados con un ¨²nico adjetivo. Quiz¨¢ por eso, no estar¨ªa de m¨¢s leer El mito de la felicidad (Ediciones B), del fil¨®sofo Gustavo Bueno. Harto de ver c¨®mo algunos utilizan el nombre de la felicidad en vano, Bueno se ha liado la manta a la cabeza y, con una arrolladora documentaci¨®n, desmitifica la industria de la felicidad. Denso, con multitud de referencias a autores cl¨¢sicos y dardos envenenados contra los ap¨®stoles de este g¨¦nero (Jorge Bucay, Enrique Rojas, etc¨¦tera), el libro desmiente el efecto ben¨¦fico de estos productos. Casi siempre inteligible y vehemente, Bueno no renuncia a sorprender al lector con algunos ataques de alta densidad, como por ejemplo: "La trituraci¨®n del principio de felicidad en la polvareda de proposiciones verdaderas o falsas a las que se puede dar lugar su reinterpretaci¨®n como funci¨®n proposicional tiene adem¨¢s un gran alcance metodol¨®gico". Urge editar un libro de autoayuda para entender los libros de autoayuda.
La saturaci¨®n ofende y, a veces, alguien decide desmarcarse y recurrir al sarcasmo par¨®dico para, imitando las formas, atentar contra el fondo. ?ste es el caso de Morirse es una mierda (Aguilar), de Juan Carlos Ortega. M¨¢s cerca de la filosof¨ªa-entretenimiento que de la autoayuda, el libro de Ortega analiza los prejuicios y t¨®picos que rodean la circunstancia de la muerte. Partiendo de un tono falsamente ingenuo, se diseccionan las frases de consuelo m¨¢s recurrentes: "disfruta el presente", "vive como si fuera el ¨²ltimo d¨ªa", "si no quieres preocuparte por tu muerte, no pienses en ella". ?ste es el punto de partida para elaborar c¨¢psulas reflexivas livianas en apariencia pero que desconciertan y seducen. Un uso tendencioso del silogismo permite a Ortega elegir ejemplos extremos para justificar un discurso que, con la apariencia de un juego, acaba siendo un alegato contra la desdramatizaci¨®n de la muerte. La transgresi¨®n, pues, est¨¢ en la moraleja. Mientras la autoayuda relativiza los problemas para poder resolverlos mejor, Ortega enfatiza hasta el extremo el ¨²nico y gran problema (la muerte) para, de este modo, saborear a¨²n m¨¢s las virtudes de la vida.
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