A partir de una foto

Guillem Clua, autor catal¨¢n que obtuvo con esta obra el Premi de Teatre Ciutat d'Alcoi del a?o pasado, se inspir¨® de entrada en la famosa foto de la guerra de Vietnam donde una ni?a quemada por el napalm corre huyendo con los brazos abiertos por una carretera, para establecer una cierta met¨¢fora sobre la muerte y el olvido, adem¨¢s del aprovechamiento por otros de situaciones dolorosas.

El problema, uno de ellos, es que el texto a veces es confuso, y no se siguen con claridad sus intenciones. ?Se trata de atacar a un fot¨®grafo que tom¨® una terrible instant¨¢nea sin hacer nada por detener el suceso o de mostrar lo que una foto hist¨®rica pudo hacer con la vida de la v¨ªctima? Por otra parte, adem¨¢s del fot¨®grafo y de la v¨ªctima, hay otra pareja que es usada para poner en entredicho algunas actitudes de comisionados internacionales en conflictos remotos, vejaciones sexuales incluidas, a cambio de vagas promesas de ayuda personal, cuando no de mentiras sin cuento. No acaban de casar ambas historias, a¨²n siendo m¨¢s intensa la principal y demasiado cerca de la grotesca exageraci¨®n la segunda, incluso en su soluci¨®n esc¨¦nica de la cama giratoria.

Carme Portaceli dirige aqu¨ª con pulso, aunque en ocasiones no renuncia a cierto tremendismo, mientras que Rosana Pastor hace gala de un hieratismo que favorece poco a su personaje. Manel Barcel¨® est¨¢ m¨¢s ajustado en su papel de fot¨®grafo hist¨®rico que muchos a?os despu¨¦s vuelve al lugar de los hechos a recibir un homenaje. La idea inicial de la obra daba para bastante m¨¢s.