Sarkozy aspira al poder y exige cambios de pol¨ªtica
O. M.,
Nicolas Sarkozy -al frente de la principal formaci¨®n en el poder, la Uni¨®n para un Movimiento Popular (UMP)- ha pedido "profundos cambios estructurales" sea cual sea el resultado. Si el gana el no, Sarkozy cree que Francia se encontrar¨¢ ante "un aut¨¦ntico se¨ªsmo", pero una victoria del s¨ª tendr¨¢ que tener en cuenta a la mitad que vot¨® no debido "a que no se ha sabido dar respuesta" a sus inquietudes.
El resultado de las presidenciales de 2002 (Chirac super¨® la primera vuelta con el porcentaje m¨¢s bajo jam¨¢s obtenido por un presidente saliente) y las derrotas en las regionales y europeas en 2004 no motivaron reacci¨®n alguna por parte de Chirac. Para Sarkozy "no basta con cambiar un hombre, sino que hay que conducir otra pol¨ªtica". Es decir, no es suficiente con destituir al carbonizado primer ministro Jean-Pierre Raffarin, sino que hay que romper con lo hecho hasta ahora.
Sin decirlo abiertamente, Sarkozy se postula no s¨®lo como futuro primer ministro, sino como l¨ªder para reemplazar a un Chirac sin ideas y apenas sin aliados. De ah¨ª tambi¨¦n que Sarkozy arremeta contra el ministro del Interior, Dominique de Villepin, que pasa por ser m¨¢s chiraquiano que el propio Chirac. "Cuando oigo dar lecciones y hablar en nombre de Francia me digo que quienes tienen derecho de hacerlo son aquellos que han afrontado como m¨ªnimo una vez en su vida el sufragio universal y han logrado conquistar su confianza", dijo Sarkozy pensando en un Villepin que nunca se ha presentado a una elecci¨®n popular y que conspira para reemplazar a Raffarin. La ministra de Defensa, Michelle Alliot-Marie, podr¨ªa ser otra soluci¨®n de recambio, aunque la debilidad del chiraquismo exige una reorientaci¨®n que no parece a su alcance.
Sarkozy, adem¨¢s, tiene que hacer frente a una crisis matrimonial. Su esposa, Cecilia, que tambi¨¦n era su jefe de gabinete, ha abandonado moment¨¢neamente el domicilio conyugal y eso est¨¢ siendo explotado por el entorno de Chirac. Nicolas y Cecilia hab¨ªan utilizado pol¨ªticamente su vida privada, en contra de la tradici¨®n francesa, y eso se vuelve en contra del jefe de la UMP, que ha intentado frenar los rumores admitiendo sus dificultades "como millones de otras familias".
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