La quimera de un puesto fijo

Jos¨¦ Luis Ojeda, cordob¨¦s de 55 a?os, se qued¨® en paro en 1994. La empresa de contadores en la que trabajaba cerr¨® y Jos¨¦ Luis fue despedido despu¨¦s de 16 a?os de trabajo. Tuvo que amenazar con una demanda a la empresa para lograr una indemnizaci¨®n de 14.500 euros. "El pan de mis hijos no se lo come nadie", sostiene. Con 46 a?os y tres hijos estudiando se vio en la calle. 18 meses de paro. "Se me vino el mundo encima", recuerda. Luego, comenz¨® su peregrinar de contrato temporal en contrato temporal. En estos a?os ha sido alba?il, vigilante de seguridad, encargado de mantenimiento...

"Empec¨¦ en una plater¨ªa a los ocho a?os y no he podido estudiar". Cuando le despidieron de la empresa de contadores, pens¨® que no encontrar¨ªa otro empleo: "No sab¨ªa hacer otra cosa". Pero se puso a trabajar en obras e, incluso, estuvo un a?o en un tajo de M¨¢laga. En el mercado laboral, tan problem¨¢tica parece la falta de formaci¨®n como una edad avanzada. Y en C¨®rdoba, una de las ciudades con mayor tasa de paro (24%), eso es a¨²n m¨¢s cierto: un tercio de los parados supera los 45 a?os.

Jos¨¦ Luis no ha logrado ning¨²n trabajo a trav¨¦s de los servicios de empleo p¨²blicos. "Siempre me los he tenido que buscar yo", afirma. Ahora lleva tres meses parado, pero ha estado medio a?o en la Cruz Roja como encargado de mantenimiento. Y tiene la esperanza de que all¨ª le hagan un contrato indefinido. "Ser¨ªa como si me tocara la loter¨ªa", dice con media sonrisa.