Estudiantes despide al campe¨®n
El conjunto madrile?o, muy superior a un Barcelona que necesita una renovaci¨®n a fondo
Estudiantes ya puede presumir de haber eliminado al Barcelona. No hubo sorpresa, pues el juego y el ¨¢nimo han apuntado desde el primer encuentro hacia el mismo lado. En medio de un ambiente colosal, los colegiales enfilaron hacia la semifinal con otro ejercicio de fe y trabajo colectivo que destac¨® m¨¢s contrast¨¢ndolo con el estado del Bar?a, un colectivo empeque?ecido, con problemas estructurales importantes -su fuerza interior no es de recibo- y con la moral muy tocada para un enfrentamiento tan exigente.
Entendido el partido como un debate abierto, el cuarto cap¨ªtulo de la serie casi no existi¨®. Lo empez¨® a perder el Bar?a antes del salto inicial, cuando se confirmaron los problemas f¨ªsicos de Bodiroga, que lo inici¨® sentado en el banquillo. Son de estas noticias que para un equipo cogido con alfileres como el azulgrana resultan demoledoras. Cierto que no atraviesa su mejor momento, pero de jugadores as¨ª siempre se puede esperar algo. Vi¨¦ndole la cara en el banquillo, todos, compa?eros, rivales y p¨²blico, podr¨ªan sospechar lo que luego se confirmo. El papel del serbio iba a ser puramente testimonial. Pese a ello, Manolo Flores tuvo que ponerle en la pista cuando s¨®lo se hab¨ªan jugado siete minutos (14-4). Fue la del Estudiantes una salida de equipo preocupado no s¨®lo por los aspectos t¨¦cnicos, sino tambi¨¦n por los psicol¨®gicos, ¨¦sos que dictan la necesidad de establecer cuanto antes la jerarqu¨ªa. A partir de ese momento y salvo un peque?o desajuste entre la demasiada excitaci¨®n y la escasa precisi¨®n que sufri¨® en los inicios del segundo cuarto, no hubo m¨¢s mando en plaza que el de Estudiantes. Con la vuelta a la cancha de Sergio Rodr¨ªguez, (19-19, minuto 4 del segundo cuarto) comenz¨® la demolici¨®n definitiva. Lo de este chico es digno de observaci¨®n. Salvando las distancias, emite vibraciones que recuerdan a Drazen Petrovic por su gusto a estar en el centro de la acci¨®n cuando la presi¨®n y el ambiente son irrespirables por otros. Disfruta con el juego y tambi¨¦n con la responsabilidad, a la que pone a su servicio una t¨¦cnica no exenta de fantas¨ªa que resulta un aut¨¦ntico lujo para el baloncesto. Sergio hizo de todo y de forma que termin¨® por hacer a?icos al Bar?a (41-25 en el descanso). Como si se tratase de una reivindicaci¨®n de su filosof¨ªa, apareci¨® Carlos Suarez, otra joya de la cantera, y con su tiro extra?o, pero efectivo, y una pelea en los rebotes que muestra su dureza de car¨¢cter, coloc¨® el partido en el terreno de los imposibles para el campe¨®n: 59-37, minuto siete del tercer cuarto.
ESTUDIANTES 81 - BARCELONA 63
Adecco Estudiantes: Rodr¨ªguez (8), Jasen (17), Jim¨¦nez (7), Iturbe (11), Garc¨¦s (17) -cinco inicial-; Azofra, Vidaurreta (2), Miso, Patterson (7), Su¨¢rez (7) y Loncar (5).
Winterthur Barcelona: Ilievski (9), Navarro (15), De la Fuente (2), Zizic, Fucka (11) -cinco inicial-; Gasol (2), Davis (7), Grimau (8) y Bodiroga (9).
Arbitros: Hierrezuelo, Llamazares y Gallo. Excluyeron por personales a Fucka (m. 38).
Unos 14.500 espectadores en Vistalegre. Estudiantes se clasifica para las semifinales (3-1).
Concluy¨® el Bar?a de esta forma su reinado, terminando el curso a cero y con todo los s¨ªntomas de un equipo que necesita una reconstrucci¨®n a fondo. Triste final, pero coherente con una temporada para olvidar y en la que la estabilidad, uno de los mayores valores atesorados por esta secci¨®n en su historia m¨¢s reciente, se ha ido al garete por el af¨¢n de poder y protagonismo de unos cuantos a los que ahora, completado el desastre, habr¨ªa que pedir cuentas. La serie termina con la sensaci¨®n que el Bar?a no estaba para nada ni nadie.
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