Atrapados entre los Ferrari y la vejez
Avi¨®n, un pueblo de emigrantes en la monta?a de Ourense, registr¨® en 2004 el mayor n¨²mero de veh¨ªculos de lujo con matr¨ªcula tur¨ªstica
Olegario y do?a Gela est¨¢n al llegar. De aqu¨ª a unas semanas, como todos los a?os por estas fechas, su avi¨®n privado aterrizar¨¢ en el aeropuerto de Vigo procedente de M¨¦xico. De ¨¦l ir¨¢n descendiendo sus hijos y sus nietos, sus cocineros y sus guardaespaldas. Junto a la terminal, una flotilla de coches de lujo, todos ellos de su propiedad, les conducir¨¢n durante una hora llena de curvas hasta Avi¨®n, un municipio de Ourense aislado entre monta?as de donde el padre de don Olegario, Venancio V¨¢zquez, matarife de profesi¨®n y de afici¨®n poeta, parti¨® para M¨¦xico en 1928 con el dinero que le prest¨® otro vecino del pueblo.
"Do?a Gela es un encanto. Siempre nos dice que si en la nevera hay un petit suisse para ella, tambi¨¦n lo tiene que haber para nosotras". Quien as¨ª habla es una vecina de Avi¨®n que, como tantas otras, trabaj¨® o trabaja en la casa que don Olegario V¨¢zquez Ra?a posee en el camino de Cernadas, aunque decir casa es decir poco. La mansi¨®n tiene un sal¨®n donde el primer domingo de agosto almuerzan 300 personas sentadas, y un garaje donde a estas horas a¨²n hiberna una docena de veh¨ªculos de lujo. "Dos Mercedes 600 de color blanco", detalla la vecina, "Ferraris, Porsches... Tambi¨¦n hay deportivos de la marca BMW, y ese coche ingl¨¦s tan elegante, un Rolls-Royce". La mansi¨®n de don Olegario tiene una piscina con vistas, una cancha de tenis digna de Roland Garros y, sobre todo, un jard¨ªn en pendiente donde los setos gigantes son esculpidos durante todo el a?o por una empresa de jardiner¨ªa.
Un buen n¨²mero de los vecinos de Avi¨®n que emigraron a M¨¦xico encontraron la fortuna
En 2004 se matricularon un total de 108 Mercedes, 25 BMW y 12 Porsche Cayenne
La casa de don Olegario es, en fin, la m¨¢s vistosa, pero no la ¨²nica. Aqu¨ª y all¨¢, sin orden est¨¦tico ni concierto urban¨ªstico, se levantan los chal¨¦s de los indianos, a cu¨¢l m¨¢s ostentoso y con el garaje mejor surtido. Avi¨®n es un territorio irreal, dif¨ªcil de entender, donde el pasado y el presente, la riqueza y la decrepitud comparten las mismas cuatro calles. El censo es de 2.804 habitantes, de los que s¨®lo 195 tienen menos de 15 a?os y 978 ingresaron ya en la vejez, lo que quiere decir que el futuro no est¨¢ ni mucho menos garantizado (en 2003 hubo tres nacimientos y 46 entierros).
Por si fuera poco, se trata de un censo irreal. La mayor¨ªa de los vecinos en edad de trabajar no vive en el pueblo. No lo hace el m¨¦dico, ni el farmac¨¦utico, ni el practicante, ni tampoco algunos de los concejales del PP, que son 10 por s¨®lo uno del Bloque Nacionalista Gallego. Por si fuera poco, los vecinos est¨¢n diseminados por 32 aldeas mal comunicadas. Si a esto se le a?ade que no hay ni hubo ning¨²n sector boyante -s¨®lo las minas de wolframio le dieron alg¨²n esplendor a la zona durante la Segunda Guerra Mundial- se obtiene el retrato robot de muchos pueblos gallegos. Lugares despoblados y envejecidos, donde la diputaci¨®n y los ayuntamientos son con diferencia los mayores empleadores. Avi¨®n es as¨ª... durante 10 meses al a?o.
Pero entonces llega el verano y los Ferrari se despiertan. Es entonces cuando los 2.000 vecinos de Avi¨®n que a¨²n viven en M¨¦xico regresan a su tierra por vacaciones. Ser¨¢ porque fueron m¨¢s listos o porque tuvieron la suerte que se les neg¨® a otros, lo cierto es que muchos de los que se fueron buscando fortuna terminaron encontr¨¢ndola. "Hubo quien empez¨® en la venta ambulante", cuenta Antonio Montero, el alcalde en funciones, "y hasta quien, a principios o mediados del siglo XX, intent¨® vender paraguas en un pa¨ªs en el que no llov¨ªa, pero pronto se orientaron y montaron muebler¨ªas, ba?os p¨²blicos, restaurantes y hoteles".
El resultado de todo aquello se puede ver en Avi¨®n en cuanto llega el buen tiempo. Hay un dato que habla por s¨ª solo: durante 2004, el parque automovil¨ªstico del pueblo se enriqueci¨® con 483 coches de lujo, que se registraron con matr¨ªcula tur¨ªstica, a la que s¨®lo pueden acceder los residentes en el extranjero. El sistema tiene la ventaja de que el coche sale un 28% m¨¢s barato (no se paga ni la matriculaci¨®n ni el IVA). El inconveniente es que s¨®lo puede circular durante seis meses, tras los cuales es precintado por Aduanas. Si bien en el caso de los indianos de Avi¨®n esto no es un incordio: "Los mexicanos", as¨ª los llaman aqu¨ª, "s¨®lo suelen venir en verano".
Seg¨²n datos de Automovilistas Europeos Asociados, el a?o pasado se matricularon en Avi¨®n con placa tur¨ªstica 108 Mercedes Benz E320; 25 BMW 320; 23 Audi A4; 12 Porsche Cayenne Turbo... El 23% de los coches de lujo con matr¨ªcula tur¨ªstica de Espa?a est¨¢n en Avi¨®n. "No s¨¦ la cifra exacta, pero aqu¨ª", confirma el alcalde en funciones, "hay cientos de BMW y cientos de Mercedes". Una flota parecida a la de Marbella o Niza.
Se trata del signo mayor de ostentaci¨®n, de la forma socialmente convenida de decir sin palabras que todo sigue marchando a pedir de boca. Pero en Avi¨®n todo el mundo se conoce. Saben que la fortuna de los hermanos V¨¢zquez Ra?a no tiene parang¨®n. Olegario es el due?o de la red privada de hospitales m¨¢s grande de M¨¦xico, y posee adem¨¢s hoteles, restaurantes, tiendas de muebles... Su hermano Mario es el "mero mero" -una expresi¨®n mexicana que quiere decir el gran jefe- de los medios de comunicaci¨®n y una figura relevante del Comit¨¦ Ol¨ªmpico Internacional (COI). Sin embargo, tambi¨¦n se sabe que hay otros indianos cuyo perfil es mucho m¨¢s oscuro. El mes de abril de 2002, el empresario Jes¨²s V¨¢zquez Ra?a -sin conexi¨®n con los anteriores, a pesar del apellido- apareci¨® estrangulado en el interior del maletero de un coche, atado de pies y manos. No se sab¨ªa mucho de sus negocios, s¨®lo que ten¨ªa un avi¨®n privado, que trataba de t¨² a determinados pol¨ªticos y que "hab¨ªa ganado demasiado dinero en demasiado poco tiempo", seg¨²n un vecino. No era el primer muerto en extra?as circunstancias. En s¨®lo nueve meses, tres emigrantes de Avi¨®n y uno de Beariz resultaron ajusticiados a tiro limpio.
Si no fuera por todo lo anterior, Avi¨®n ser¨ªa un pueblo m¨¢s perdido entre las monta?as de Ourense. No tendr¨ªa los seis bancos que tiene ahora, ni las decenas de alba?iles trabajando todo el a?o para poner a punto las casas de los indianos; ni los vendedores de la Mercedes rondando durante el verano. Ser¨ªa un pueblo m¨¢s de Galicia, de esos que en los ¨²ltimos 10 a?os han enviado a la emigraci¨®n a 175.000 de sus mejores j¨®venes. Un feudo donde el PP de Fraga ronda casi siempre el 90% de apoyos y donde de vez en cuando se descubre que algunos fallecidos siguen cobrando la pensi¨®n y votando como Dios manda. Un pueblo m¨¢s donde el concejal del BNG, Fernando Rosendo, se desespera mientras ve que sus colegas del PP no sufren de pudor ni mala conciencia cuando acarrean votantes en sus propios coches. O cuando constata que, de toda Galicia, s¨®lo tres municipios gallegos, entre ellos Avi¨®n, logran superar la renta media espa?ola por habitante. "Individualmente", dice Rosendo, "la emigraci¨®n pudo ser un gran negocio, pero para Galicia ha sido un desastre".
Ayer, Avi¨®n se pareci¨® mucho al pueblo que ser¨ªa si el padre de los V¨¢zquez Ra?a no se hubiera jugado el futuro embarc¨¢ndose para M¨¦xico con un pu?ado de duros prestados. Se muri¨® Francisco Gil Zamora, don Paco, alcalde desde 1979, y le dieron cristiana sepultura en Maceda, un pueblo situado a una hora de camino. Seis autobuses gratuitos fueron recogiendo a los vecinos de las 32 pedan¨ªas para que dieran su ¨²ltimo adi¨®s a quien fue su jefe, su alcalde y su maestro escuela. Durante unas horas, el pueblo se qued¨® solo. Sin gente. Dormidos los bueyes y los Ferrari.
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