"Fabricamos un 'best-seller' especial para el primer Planeta despu¨¦s de Franco"
En el d¨ªa de hoy, cautivo y desarmado el ej¨¦rcito faccioso, han alcanzado las tropas republicanas sus ¨²ltimos objetivos militares. La guerra ha terminado. Firmado por el presidente de la Rep¨²blica, Manuel Aza?a, el 1 de abril de 1939". Franco hab¨ªa muerto el 20 de noviembre de 1975, y Rafael Borr¨¤s (Barcelona, 1935), entonces director literario de la editorial Planeta, pens¨® que el primer Premio Planeta que se iba a otorgar tras la muerte del dictador deb¨ªa ser algo diferente y especial. Obtuvo el visto bueno de la casa, y se le encarg¨® a Jes¨²s Torbado, al que pr¨¢cticamente se le dio el gui¨®n de historia ficci¨®n. "Trabajamos en el estilo de un editor anglosaj¨®n e hicimos nuestro primer best-seller". En el d¨ªa de hoy gan¨® el Planeta 1976. Pura casualidad.
"Creo que fue una injusticia que 'El aire de un crimen', de Juan Benet, no ganara el premio"
"Me despidi¨® de Planeta Ymelda Navajo, que quiso borrar toda huella m¨ªa entre 1973 y 1995"
"Cuando entr¨¦ en Planeta las mujeres llevaban uniforme, excepto las se?oritas de relaciones p¨²blicas"
"Cuando Mars¨¦ gan¨®, Vizca¨ªno dijo que se hab¨ªa disfrazado de pobre para llevarse los millones"
Borr¨¤s insiste socarronamente en que ser invitado a concursar en el Planeta no significa ganarlo. Es alguna de las reveladoras an¨¦cdotas que relata en La guerra de los planetas (Ediciones B), segundo volumen de sus memorias tras el aplaudido La batalla de Waterloo. El volumen, de m¨¢s de 700 p¨¢ginas, se le queda corto. Le quedan a¨²n 11 a?os por explicar de sus relaciones con el grupo. O sea, que una vez m¨¢s deja al lector en el suspense del "continuar¨¢". Su trayectoria profesional corre paralela en el libro a los avatares de la m¨¢s reciente historia de Espa?a, tema que le apasiona desde siempre.
Borr¨¤s se incorpor¨® a Planeta en abril de 1973 para dirigir la colecci¨®n Espejo de Espa?a, en septiembre fue nombrado director literario, y 22 a?os despu¨¦s fue despedido.
Pregunta. Malas lenguas dicen que su regreso ahora a Planeta para dirigir la colecci¨®n Espa?a Escrita ha hecho que rebajase el tono de este libro.
Respuesta. Absolutamente falso. Entregu¨¦ este libro a Ediciones B entre el 8 y el 10 de enero pasado. Planeta me contrat¨® una semana antes, y no he tocado ni una coma.
P. En la carta de despido, que abre el libro, se argumentaba su falta de rendimiento.
R. En magistratura la empresa tuvo que admitir que era un despido improcedente y fue obligada a indemnizarme.
P. Con m¨¢s de 100 millones de las antiguas pesetas.
R. Siempre se exagera. Fueron 95 millones m¨¢s otros diez que quedaron bailando.
P. ?Qui¨¦n le despidi¨®?
R.Ymelda Navajo [entonces directora general del grupo]. No s¨®lo me despidi¨®, sino que descatalog¨® Espejo de Espa?a, como si quisiera borrar toda huella m¨ªa entre 1973 y 1995.
P. ?Cuando habla de descatalogar se refiere a...?
R.Supongo que guillotinaron los libros.
P. Volvamos a sus primeros tiempos en Planeta. ?Es cierto que las mujeres llevaban uniforme?
R. Rigurosamente cierto. Una bata azul, excepto las se?oritas de relaciones p¨²blicas.
P.?Y las hijas de Jos¨¦ Manuel Lara?
R.Por supuesto que no.
P. ?Es cierto que el patriarca Lara llevaba pistola?
R.S¨ª. Ten¨ªa permiso de armas, y lo pueden confirmar sus hijos y cualquier empleado.
P.La pregunta del mill¨®n, usted mismo lo dice en el libro, ?se dan los premios a dedo?
R. Me remito a lo que dijo Lara en una rueda de prensa, tras la proclamaci¨®n de la obra ganadora el 15 de octubre de 1989. Un periodista le pregunt¨® que c¨®mo era posible que Soledad Pu¨¦rtolas, que hab¨ªa concursado con seud¨®nimo, hubiera sido invitada al acto antes de conocerse el fallo. Lara Hern¨¢ndez le respondi¨®: "Creo que usted todav¨ªa cree que los ni?os vienen de Par¨ªs".
P. En serio.
R.Un premio importante con una considerable dotaci¨®n econ¨®mica no puede correr el albur de que no se presente una buena obra o la de un autor conocido. En las bases del premio se invita al gremio de escritores a concursar, otra cosa es que a algunos se les invite de manera personalizada.
P. ?Les cost¨® mucho convencer a Sempr¨²n de que se presentara?
R. Mucho. Nos hubiera gustado que se presentara en el 76, pero no ten¨ªa la novela acabada [Autobiograf¨ªa de Federico S¨¢nchez]. "Si me decido a participar", nos dijo, "ser¨¢ despu¨¦s de que se legalice el PCE, porque el libro es un ajuste de cuentas y no me gustar¨ªa que mis antiguos camaradas no tuvieran la oportunidad de defenderse libremente y con garant¨ªas". Es algo que honra a Sempr¨²n.
P.Sempr¨²n gan¨® el Planeta en 1977, y al a?o siguiente lo obtuvo Juan Mars¨¦ con La muchacha de las bragas de oro. ?No quiso ir a la cena de gala, verdad?
R.Se present¨® cuando se hizo p¨²blica la votaci¨®n, y se organiz¨® una cierta escandalera. Iba con un anorak amarillo, algo que no gust¨® nada al presidente Tarradellas, que en cuesti¨®n de vestimenta era muy estricto. Tambi¨¦n Vizca¨ªno Casas se despach¨® a gusto. Dijo, con sarcasmo y despecho, que Mars¨¦ se hab¨ªa disfrazado de pobre para llevarse los millones. Se equivoc¨®, Mars¨¦ no se disfraz¨®, iba vestido como siempre.
P. En 1979 lo gan¨® Manuel V¨¢zquez Montalb¨¢n con Los p¨¢jaros del sur. ?Qu¨¦ opin¨® el patriarca Lara de estos premiados?
R."Al haserlos[sic]millonarios se borran de comunistas", dijo.
P. El caso es que al a?o siguiente gan¨® Antonio Larreta con Volav¨¦runty qued¨® finalista Juan Benet con El aire de un crimen. ?Mandaba mucho Lara Hern¨¢ndez?
R. Se dijo, no s¨¦ si con fundamento, que se iba a hacer una pel¨ªcula de la novela de Larreta y que el papel de la duquesa de Alba, amante de Goya, iba a ser protagonizado por Carmen Mart¨ªnez Bordiu. Esa posible participaci¨®n le hac¨ªa mucha gracia a Lara. La pel¨ªcula se hizo, pero no con la niet¨ªsima.
P.Habla usted de muchos autores que despotricaron p¨²blicamente del Planeta y
que se presentaron con seud¨®nimo y en la clandestinidad, pero da pocos nombres.
R. ?Un nombre? Por ejemplo, Baltasar Porcel, que se present¨® con La manzana de oroy no gan¨®.
P. Porcel no le cae bien, ?verdad? Cuenta en el libro que cuando usted entr¨® en Planeta dirig¨ªa una colecci¨®n y que s¨®lo se presentaba a cobrar a final de mes, que critic¨® duramente a Xavier Benguerel por presentar al Planeta Icaria, Icariaen castellano, o que era "un consejero ¨¢ulico indebidamente remunerado".
P. Me parece un esc¨¢ndalo que la Generalitat de Jordi Pujol le pagara abultadas cantidades con el dinero de los contribuyentes por un trabajo cuya utilidad para el ciudadano he de confesar que se me escapa. Creo que Porcel es un ejemplo de algo que no comparto en absoluto, como el que cualquier medio justifica los fines.
R.?Por qu¨¦ el Premio Ateneo de Sevilla, tambi¨¦n de Planeta, fue tan endog¨¢mico? Lo obten¨ªan siempre autores que hab¨ªan ganado o sido finalistas del Planeta.
P.Creo que desde el principio deber¨ªa haber sido un premio para primeras novelas. Era una apuesta arriesgada, pero si de 10 convocatorias sal¨ªa un buen autor el esfuerzo hubiera valido la pena. Lara no lo quiso as¨ª. Creo que quer¨ªa que le nombraran hijo adoptivo de Sevilla.
P.?Por qu¨¦ no quiso estar usted en el jurado del Planeta?
R.Nunca entender¨¦ el af¨¢n de determinadas personas por estar en el jurado. Si se presentan 100 obras, hay 99 autores que consideran que se ha sido injusto con ellos; y el que gana, salvo excepciones, ni siquiera saluda al jurado, porque cree que vot¨¢ndole se ha hecho un acto de justicia.
P.?Qu¨¦ ha sido lo mejor de su paso por Planeta?
R.Poder publicar la colecci¨®n Espejo de Espa?a, en la que se publicaron autores de tendencias muy diferentes. De Jos¨¦ Antonio Gir¨®n a Santiago Carrillo; de Gonz¨¢lez de la Mora a Dolores Ib¨¢rruri... Y creo que ten¨ªamos esa libertad en todas las otras colecciones de Planeta.
P. ?Y lo peor?
>R.Que el esfuerzo de muchos a?os fuera dilapidado de manera irresponsable. La paradoja est¨¢ en que algunos de los libros que fueron descatalogados alegremente, como Republicanos espa?oles en la Segunda Guerra Mundial,de Eduardo Pons Prades, hayan sido recuperados por La Esfera de los Libros, que dirige precisamente Ymelda Navajo.
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