Entre la gracia y la desdicha
La poes¨ªa ocupa una posici¨®n privilegiada en el imaginario de la sociedad rusa, es una fuerza moral. Sus poetas defendieron la libertad del esp¨ªritu ante la tiran¨ªa de los zares o los comisarios pol¨ªticos, y el pueblo los convirti¨® en confesores buscando en ellos la nobleza perdida. Anna Ajm¨¢tova (Bolsh¨®i Font¨¢n, Odesa, 1889-Domodedovo, Mosc¨², 1966) y sus tres grandes contempor¨¢neos, Pasternak, Mandelstam y Marina Tsvet¨¢ieva, contaron la lucha vital de su pa¨ªs durante gran parte de un siglo de sufrimiento y crueldad. Cuatro poetas cruciales en el sostenimiento de una conciencia nacional que, sin ellos, habr¨ªa ca¨ªdo en el olvido: "De profundis
... Mi generaci¨®n / prob¨® poca miel, y es por ello / que s¨®lo el viento silba en la lejan¨ªa / y la memoria s¨®lo canta a los muertos".
SOY VUESTRA VOZ. ANTOLOG?A
Anna Ajm¨¢tova
Traducci¨®n de Bel¨¦n Ojeda
Hiperi¨®n. Madrid, 2005
234 p¨¢ginas. 14 euros
Cronista de la vida intelectual y emocional de una mujer ante los acontecimientos hist¨®ricos de su tiempo, Ajm¨¢tova es la m¨¢s grande poeta de Rusia y, tal vez, una de las m¨¢s grandes mujeres en la historia de Occidente. Cuando muri¨®, la literatura cl¨¢sica rusa, esa "casa" que Pushkin edific¨® en los inicios del siglo XIX, podr¨ªa decirse que llegaba a su fin. Su vida estuvo marcada por la lucha y la persecuci¨®n, y como dijo a Olga Carlisle: "Mi poes¨ªa es mi lazo de uni¨®n con nuestro tiempo. Cuando escribo, vivo con el mismo pulso de la vida rusa". Tras la desaparici¨®n de Pasternak en 1960, fue la ¨²nica superviviente entre los poetas de la Rusia prerrevolucionaria: "Soy vuestra voz, el calor de vuestro aliento, / soy el reflejo de vuestro rostro".
Sus poemas son ya cl¨¢sicos, tanto por su belleza y clara simplicidad como por la perfecci¨®n formal y su equilibro arm¨®nico entre sonido y significado. Expresan el sentido de alguien que incansable y dolorosamente busca su identidad, no s¨®lo como poeta, tambi¨¦n como mujer que seduce desde sus laberintos emocionales: la humanidad con sus debilidades, su hipocres¨ªa y su falta de coraje. La textura de sus poemas nace de un preciso sentido del lugar y las circunstancias, y el mundo que crea es, simult¨¢neamente, vibrante y silencioso, agitado por un poderoso impulso. La uni¨®n de lo material y f¨ªsico con la fuerza psicol¨®gica de su mente y de sus emociones, provoca ese proceso creativo envolvente de su raz¨®n po¨¦tica: "Puede ser que la poes¨ªa misma / sea la ¨²nica cita admirable".
Soy vuestra voz muestra las distintas etapas po¨¦ticas de Ajm¨¢tova, a excepci¨®n de tres libros y sus dos grandes obras, R¨¦quiem y Poema sin h¨¦roe. Gran parte de los poemas eran in¨¦ditos en nuestra lengua, mereciendo especial cuidado S¨¦ptimo libro, incluyendo ¨ªntegros los ciclos 'Cinque', 'Poemas de medianoche' y 'Corona f¨²nebre'. Lo mejor de esta antolog¨ªa, su capacidad para mostrar ese espacio dram¨¢tico que funda una poes¨ªa modelada en la sobriedad condensada y prieta de su sintaxis. Estas versiones declaran su emoci¨®n e intuici¨®n po¨¦ticas gracias al alejamiento del virtuosismo, a su precisa cercan¨ªa a la naturaleza tallada del poema. Aun as¨ª, sorprende el uso de ciertos giros, tal es el caso de "... ni jota", que podr¨ªa haberse traducido por "ni palabra" o "nada". Aqu¨ª est¨¢ buena parte de ese "coraz¨®n escindido" entre la gracia y la desdicha, entre el que sufre y el que escribe, esa fuerza moral que hace de la culpa perd¨®n y que sabe que: "Sobre el infame cadalso del infortunio / me yergo como bajo un dosel".
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