La junta m¨¦dica de Legan¨¦s califica de "seudocient¨ªfico" el 'informe Lamela'

"Irreal", "carente de rigor", "tendencioso" y "seudocient¨ªfico". Los representantes del personal del hospital Severo Ochoa de Legan¨¦s, Madrid, en la Junta T¨¦cnico-Asistencial descalifican el informe realizado por "los llamados expertos" nombrados por el consejero de Sanidad, Manuel Lamela, sobre las supuestas sedaciones irregulares. Los 11 miembros del m¨¢ximo ¨®rgano asesor de la gerencia del centro (todos menos los representantes de la direcci¨®n) han estudiado el informe, y su conclusi¨®n es que resulta "burdo desde un punto de vista epidemiol¨®gico".

"Hemos intentado hacer un estudio muy t¨¦cnico, ayudados por expertos en epidemiolog¨ªa y control de calidad, y las conclusiones son que el informe es tendencioso y carente de validez cient¨ªfica", afirm¨® ayer el presidente de la Junta, Javier Mart¨ªnez Salme¨¢n. Las conclusiones han sido avaladas por los representantes de todos los profesionales del hospital: jefes de servicio, personal de enfermer¨ªa, adjuntos, residentes y personal de servicios centrales.

Las principales conclusiones del an¨¢lisis son las siguientes:

- Pura teor¨ªa. Los expertos nombrados por Lamela (tres de la Consejer¨ªa, dos onc¨®logos y un anestesista) hacen un "ejercicio te¨®rico", y a veces alejado de la "realidad cl¨ªnica de todos los d¨ªas, incluidos los hospitales en los que los miembros de dicho comit¨¦ trabajan". El informe Lamela, por ejemplo, sostiene que la sedaci¨®n de un enfermo terminal debe ser "reversible", pero, seg¨²n los profesionales de Legan¨¦s, ello requerir¨ªa "una monitorizaci¨®n s¨®lo posible en la UCI, circunstancia que obviamente no ocurre en la pr¨¢ctica cl¨ªnica de ning¨²n hospital".

- Preocupaci¨®n err¨®nea. Seg¨²n la Junta, los argumentos del comit¨¦ Lamela evidencian que "su preocupaci¨®n fundamental no es la sedaci¨®n ni el alivio del s¨ªntoma", sino "evitar el riesgo del doble efecto de la sedaci¨®n terminal". El principio del doble efecto, avalado por la OMS y todas las sociedades m¨¦dicas y cient¨ªficas, establece que el objetivo de una sedaci¨®n terminal debe ser evitar el dolor y la angustia, aun cuando ello pueda acortar la vida del paciente. Contra este principio, el comit¨¦ Lamela defiende el uso de "la dosis m¨ªnima eficaz".

- Conceptos inexistentes. El comit¨¦ Lamela acus¨® al Severo Ochoa de 73 sedaciones irregulares, de las que 34 fueron "no adecuadas", 35 "no indicadas" y 4 "contraindicadas". Y define "sedaci¨®n indicada" como "un procedimiento de buena pr¨¢ctica"; "sedaci¨®n adecuada" como "la que se realiza con f¨¢rmacos correctos, en dosis equilibradas y por adecuada v¨ªa y tiempo de administraci¨®n correcto"; y "sedaci¨®n contraindicada" como la realizada "en una situaci¨®n cl¨ªnica que no la requiere y cuando la misma ha intervenido directamente en el fallecimiento del paciente".

Pero la Junta de Legan¨¦s subraya que "en la literatura [m¨¦dica] no se explicita ninguna contraindicaci¨®n a la sedaci¨®n, porque lo que contraindica algo en medicina son los efectos adversos y la mortalidad, que obviamente no son aspectos de preocupaci¨®n fundamental en este tema". Tambi¨¦n se?ala que el informe Lamela no especifica qu¨¦ situaciones contraindican la sedaci¨®n, ni refiere ninguna cita bibliogr¨¢fica que lo apoye. Que la sedaci¨®n, analizada a posteriori, haya intervenido directamente en el fallecimiento del paciente no puede ser un criterio v¨¢lido de contraindicaci¨®n, seg¨²n la Junta, ya que ese criterio "invalidar¨ªa el concepto del doble efecto".

Respecto a las otras definiciones, la Junta de Legan¨¦s se pregunta: "?Qu¨¦ entienden los autores por procedimiento de buena pr¨¢ctica? ?En qu¨¦ cita bibliogr¨¢fica se apoyan? ?Qu¨¦ entienden por dosis equilibradas? ?Cu¨¢l es la v¨ªa apropiada? ?Cu¨¢l es el tiempo de administraci¨®n correcto?". Concluyen que las acusaciones del comit¨¦ Lamela est¨¢n basadas en unos conceptos mal definidos, subjetivos e indocumentados.

- Consentimientos. El informe Lamela denuncia irregularidades en la informaci¨®n y consentimiento en 45 de las 73 sedaciones sospechosas. Entre ellas hay ocho casos en que es la familia del enfermo la que pide la sedaci¨®n. La Junta resalta que los expertos de la consejer¨ªa reconocen que "en el momento actual la legislaci¨®n no recoge expresamente la necesidad de un consentimiento informado escrito para la sedaci¨®n terminal". Pese a ello "lo ofrecen al lector como un dato de obligado cumplimiento, s¨®lo entendible si lo que se pretende es menoscabar la profesionalidad de los m¨¦dicos implicados". La Junta afirma que "la tasa de consentimientos firmados del Severo Ochoa es probablemente de las m¨¢s altas del pa¨ªs", y reta a "la Administraci¨®n a que realice una auditor¨ªa similar en cualquiera de los centros de los que sus expertos proceden".

- Medicamentos usados. La junta de Legan¨¦s destaca que la comisi¨®n Lamela no entra a investigar las muertes en las que s¨®lo se utiliz¨® morfina para sedar (56 casos). En cambio, s¨ª las incluyen cuando estudian las relaciones entre terapias aplicadas y mortalidad (seg¨²n el informe Lamela se da relaci¨®n entre sedaci¨®n y muerte en 73 casos). Esta diferencia de criterios es interpretada por la Junta como un "sesgo" en el estudio, "que colabora a la distorsi¨®n a¨²n mayor de los resultados y a hacerlos m¨¢s irreales".

- Metodolog¨ªa. Otro problema es la consideraci¨®n del uso de combinaciones de f¨¢rmacos y tiempo producido entre la sedaci¨®n y la muerte como indicativos de mala pr¨¢ctica, sin que se compare con lo que hubiera pasado sin sedaci¨®n o sin usar esas combinaciones. Los expertos de Lamela tampoco indican cu¨¢les deben ser las combinaciones o el tiempo adecuados, ni en qu¨¦ bibliograf¨ªa se basan.

- M¨¦dicos. El informe Lamela apunta a cuatro m¨¦dicos como responsables de la mayor¨ªa de las sedaciones supuestamente irregulares. "?No estar¨¢n midiendo ustedes lo obvio?", les contestan con iron¨ªa los profesionales de Legan¨¦s. Es l¨®gico que sean los m¨¦dicos de experiencia y los que est¨¢n m¨¢s en urgencias los que seden, afirman. Otro punto que critican es que "no se haya considerado en ning¨²n momento obtener las aclaraciones pertinentes" de los m¨¦dicos implicados ni de las familias de los pacientes.