"Los tebeos se han convertido en un producto de 'boutique", afirma Carlos Gim¨¦nez

"Los tebeos han pasado de ser una cosa popular para la gente sencilla a un producto de boutique para gourmets", dice Carlos Gim¨¦nez. El autor de series tan paradigm¨¢ticas como Paracuellos y Los profesionales, precursor en Espa?a del c¨®mic para adultos de contenido social, cotidiano, hist¨®rico y pol¨ªtico, inaugur¨® ayer en la biblioteca Ignasi Igl¨¦sias-Can Fabra una exposici¨®n que repasa sus historias "peque?as". Carlos Gim¨¦nez: una mirada quotidiana i social, cuyo comisario es Antoni Guiral, se puede ver hasta el 10 de julio.

Con 40 a?os de profesi¨®n a sus espaldas, Carlos Gim¨¦nez (Madrid, 1941) tiene perspectiva para analizar el presente del mundo del tebeo. Y no es precisamente optimista: "Pero tampoco pesimista, simplemente realista", enfatiza. El caso es que constata la siguiente "paradoja": un creciente inter¨¦s por los tebeos en forma de webs, exposiciones, charlas, mercadotecnia y coleccionismo selecto al tiempo que desaparecen las revistas, una plataforma popular que daba de comer a los autores y serv¨ªa de punto de arranque de muchas carreras. "Yo amo profundamente los tebeos y no me gusta pensar que lo que hago es s¨®lo para estudiosos y coleccionistas". "La profesi¨®n est¨¢ desapareciendo", afirma con rotundidad; "los autores tienen que dedicarse a otras cosas para ganarse la vida. Cuando uno no gana dinero no es un profesional, sino uno que tiene un hobby".

Gim¨¦nez pasar¨¢ esta semana tambi¨¦n por el Sal¨®n Internacional del C¨®mic, que se inaugura el jueves en la Fira de Barcelona. Gl¨¦nat, su editorial, recupera ahora el ¨¢lbum Sabor a menta, un conjunto de historias agridulces de gente de la calle: "Hace muchos a?os que dije que no a la historieta de tipos altos y guapos que salvan a las chicas de los peligros en que caen tontamente", afirma. "Escog¨ª el camino de contar cosas que me pasan, cosas que he conocido, historias de hombres y mujeres que no follan o follan poco y mal. Mi documentaci¨®n principal son mis conocimientos, las veces que me he enamorado, emocionado, equivocado, llorado... Son historias de gente peque?ita. Muchas veces, las emociones peque?as son m¨¢s emocionantes porque quien las emite sabe m¨¢s lo que cuenta, y quien las recibe las sabe aquilatar mejor".

Es, en este sentido, un precursor. "Tradicionalmente, segu¨ªamos una l¨ªnea comercial y dibuj¨¢bamos tebeos sobre la guerra, el lejano Oeste, hist¨®rias rom¨¢nticas... Contrariamente a otros medios de expresi¨®n, el tebeo no hab¨ªa explotado la l¨ªnea autobiogr¨¢fica. Nos hab¨ªamos limitado a hablar de cosas que no conoc¨ªamos, como la polic¨ªa montada de Canad¨¢. Al fallar las estructuras comerciales, como los autores no est¨¢n obligados a nada, se han puesto a contar historias que s¨ª conocen, el camino m¨¢s l¨®gico y normal". ?l lo hizo narrando historias basadas en su paso por los Hogares del Auxilio Social en la posguerra franquista (Paracuellos), sus inicios como ilustrador en Barcelona (Los profesionales), la transici¨®n pol¨ªtica (Espa?a una, Espa?a grande, Espa?a libre) y la cotidianidad (Romances de andar por casa, Historias de sexo y chapuza).