Muntadas transforma el pabell¨®n espa?ol en Venecia en una as¨¦ptica sala de espera
La Bienal Internacional de Arte abre ma?ana
Moqueta en el suelo, hileras de sillas, paneles informativos y grandes fotograf¨ªas de gente haciendo cola en distintos lugares. El pabell¨®n espa?ol en la Bienal Internacional de Arte de Venecia, que ma?ana se inaugura oficialmente, se ha transformado en una sala de espera, uno de esos lugares as¨¦pticos y funcionales que le sirven al artista Antoni Muntadas (Barcelona, 1942) para crear el ambiente propicio para introducir al visitante en la historia, curiosamente nunca explicada, del entorno f¨ªsico y pol¨ªtico de I Giardini, en donde se ubican los pabellones nacionales de la Bienal de Venecia.
"I Giardini son como un estudio de cine en el que s¨®lo hay vida cuando se rueda", dice el artista
"Estos jardines son como un estudio de cine en el que s¨®lo hay vida cuando se rueda. Y ahora ha empezado otra pel¨ªcula", comentaba el artista ayer, en lo que fue el primer d¨ªa de rodaje de la bienal, abierta hasta el domingo s¨®lo para el sector profesional del arte. La obra de Muntadas, que lleva por t¨ªtulo On Translation: I Giardini y se acompa?a de otras versiones anteriores de la serie On Translation en la que el artista trabaja desde 1995, analiza de forma brillante este peque?o mundo incompleto y ef¨ªmero en el que la globalizaci¨®n del arte se topa de bruces con la reivindicaci¨®n del arte nacional a trav¨¦s de un espacio f¨ªsico, los pabellones, que representan en cierta manera la potencia econ¨®mica y cultural de cada pa¨ªs representado.
As¨ª, en la sala de espera, un gran m¨®dulo de informaci¨®n muestra la fotograf¨ªa m¨¢s antigua que se ha localizado de cada uno de los pabellones representados en I Giardini, lo que permite comprobar los cambios que han sufrido algunos edificios en funci¨®n de las modas y la pol¨ªtica. Cada imagen se acompa?a de la informaci¨®n sobre el a?o de construcci¨®n del pabell¨®n, si es de propiedad o alquiler (el terreno es municipal, pero el edificio suele ser, como las embajadas, de cada pa¨ªs) y tambi¨¦n las otras ubicaciones que ha podido tener el pa¨ªs en cuesti¨®n en la bienal. Detr¨¢s del panel, la lista con los m¨¢s de cien pa¨ªses que no est¨¢n representados en la bienal seg¨²n la lista de los 191 Estados que forman parte de la ONU. Unos tel¨¦fonos en la parte baja del m¨®dulo ofrecen informaci¨®n adicional sobre el tema, que tambi¨¦n se desarrolla de forma mucho m¨¢s amplia en el documentado cat¨¢logo editado para la ocasi¨®n.
"Me interesaba mucho el tema de la estructura y la historia de los pabellones tanto desde el punto de vista de la geopol¨ªtica como de su peso simb¨®lico, y tambi¨¦n en relaci¨®n con el mercado, el turismo y el espect¨¢culo", indica Muntadas, que ve muchas coincidencias entre las estructuras de las exposiciones universales y esta m¨¢s que centenaria bienal de Venecia. Al final, indica, es un gran parque tem¨¢tico del arte que se enmarca en una ciudad que se ha convertido tambi¨¦n en un parque tem¨¢tico de s¨ª misma.
"Es curioso, porque el an¨¢lisis de todo este conjunto me parec¨ªa un tema obvio y antes de empezar pregunt¨¦ e investigu¨¦ si ya se hab¨ªa abordado en anteriores bienales. Y no, no hay informaci¨®n sobre el tema, ninguna otra bienal, ni tan siquiera la de la arquitectura, ha hablado de esto. La verdad es que me sorprendi¨®", comenta el artista, que, como siempre, para este proyecto ha contado con un amplio equipo de colaboradores a los que ¨¦l coordina como si m¨¢s que un artista fuera un director de cine. Entre estos colaboradores figura la cr¨ªtica y profesora italiana Maria Vittoria Mart¨ªn, responsable del apartado de investigaci¨®n del proyecto y del texto del cat¨¢logo en el que se recorre la curiosa historia de I Giardini.
Tras invadir Venecia en 1797, Napole¨®n plane¨® un nuevo trazado urbano para la ciudad en la que pensaba potenciar la zona del Arsenale para convertirlo en su gran puerto del Adri¨¢tico. En un extremo de la isla, en el barrio del Castello, el arquitecto veneciano Giannantonio Selva proyect¨® en 1807 demoler toda una parte del casco viejo para construir una nueva avenida (la actual Via Garibaldi) y unos jardines que sirvieran para el solaz de la poblaci¨®n. Los jardines se construyeron, pero los venecianos nunca acabaron de sentirlos suyos y casi siempre, incluso hoy cuando no hay bienales, est¨¢n solitarios y semiabandonados.
En 1895, en un nuevo momento de crisis econ¨®mica de la ciudad, el entonces alcalde y un reducido grupo de artistas decidieron montar una exposici¨®n de arte en aquella zona que sirviera de aliciente para el turismo todav¨ªa incipiente y contribuyera tambi¨¦n a promocionar el mercado del arte contempor¨¢neo. Y es que hasta 1968, cuando las protestas de la ¨¦poca obligaron a un cambio de rumbo, en la bienal hab¨ªa una oficina de ventas de las obras que se exhib¨ªan. Primero se hizo una exposici¨®n internacional en lo que hoy es el pabell¨®n de Italia, pero, como sucede a¨²n hoy, los artistas del pa¨ªs se quejaban de falta de espacio y se decidi¨® ofrecer la posibilidad a diferentes pa¨ªses de construirse en los jardines su propio pabell¨®n. El primero en aceptar fue B¨¦lgica, que en 1907 era un gran imperio colonial, y en la pr¨®xima edici¨®n le siguieron casi todas las grandes potencias europeas, que fueron distribuy¨¦ndose de forma estrat¨¦gica por los jardines. En 1922 Espa?a tuvo tambi¨¦n su pabell¨®n y en 1932 entr¨® Estados Unidos. El ¨²ltimo pa¨ªs en incorporarse fue Corea del Sur, que en 1995 reflej¨® con su presencia en el coraz¨®n de la bienal el poder¨ªo econ¨®mico del pa¨ªs. Algo que, por cierto, har¨¢ hoy China cuando inaugure oficialmente su propio espacio en la zona del Arsenal.
En fin, una historia apasionante en la que no falta informaci¨®n sobre la visita de Hitler y Mussolini a la bienal, la suspensi¨®n en 1974 de la inauguraci¨®n como protesta por el golpe de Estado de Pinochet o, desde los ochenta, la expansi¨®n sin l¨ªmites de este evento con la expansi¨®n de los pabellones nacionales a otros espacios alquilados por m¨²ltiples pa¨ªses sin espacio propio a entidades p¨²blicas o privadas de Venecia. Un an¨¢lisis que, como explica Bartomeu Mar¨ª, comisario del pabell¨®n espa?ol, plantea una visi¨®n cr¨ªtica de la bienal, "ya que esta divisi¨®n por pa¨ªses es una manera muy anacr¨®nica de entender el arte en un mundo tan globalizado como el que vivimos, pero al mismo tiempo refleja los s¨ªmbolos y rituales que funcionan en el mundo del arte". No en vano, afirma, es una lectura que "s¨®lo puede hacerse desde dentro porque ¨¦ste es, por encima de todo, un lugar para el arte".
Babelia
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