El f¨²tbol como evasi¨®n
Los reclusos de Valdemoro celebran la conquista del primer campeonato de c¨¢rceles
Madrid II (Alcal¨¢-Meco), III (Valdemoro), IV (Navalcalnero), V (Aranjuez) y VI (Soto) son los nombres de las cinco c¨¢rceles de la Comunidad de Madrid que este a?o disputaron el Trofeo Inter-Centros Penitenciarios, el primer campeonato de f¨²tbol entre reclusos que se celebra en Espa?a, con el apoyo de la Fundaci¨®n del Real Madrid. Result¨® ganador Madrid III, el penal situado entre Pinto y Valdemoro, que ayer vivi¨® un d¨ªa de regocijo en el acto de clausura. Entre las atronadoras ovaciones de doscientos internos, fue el presidente del Real Madrid, Florentino P¨¦rez, el encargado de darle la copa al capit¨¢n del equipo, un defensa central de 42 a?os llamado Pedro, condenado hace tres a?os por un delito del que prefiere no acordarse: "Me li¨® una mujer".
Cuando pisa el bal¨®n y amaga, Pedro se mueve con la cadencia de Kubala. Pero es madridista y ayer vivi¨® una tarde inolvidable. Antes de recibir la copa de manos de Florentino P¨¦rez, jug¨® un partido amistoso contra un equipo de veteranos del Madrid dirigido por Pach¨ªn. Un equipo con nombres que lleva grabados. "Entre los 17 y los 27 a?os fui al Bernab¨¦u todos los domingos", dijo, ba?ado en sudor; "fui socio. Y no me perd¨ª ni uno solo de los partidos que jug¨® la Quinta de los Garc¨ªa. Hoy jugu¨¦ contra Garc¨ªa Navaja. ?Y contra S¨¢nchez Barrio! Tiene la misma barba de entonces, pero ahora se parece a Pap¨¢ Noel".
Terminado el torneo, el partido amistoso sirvi¨® para agasajar a los ganadores y calentar el ambiente antes del momento de la entrega del trofeo. Entonces, Florentino P¨¦rez colg¨® una medalla al cuello de los campeones, que defilaron uno a uno, con una coreograf¨ªa similar a la que gasta Lennart Johansson en la final de la Liga de Campeones. Uno de los internos, Jes¨²s, al recibir el medall¨®n, se acerc¨® al presidente y le dijo al o¨ªdo: "A ver si el a?o que viene se estira, que ac¨¢ est¨¢ esto muy mal". El mandatario atendi¨® clemente todas las sugerencias. El acto termin¨® cuando Pedro recogi¨® el premio y lo alz¨® en medio de un ba?o de confeti. La megafon¨ªa toc¨® We are the Champions, de Queen.
As¨ª concluy¨® un campeonato de ocho jornadas, en el que cada equipo debe disputar cuatro partidos de ida y cuatro de vuelta. Igual a la Liga, pero diferente. Distinto porque, explica Jes¨²s: "Cuando viajas a jugar a otros campos te esposan. Como cuando vas a un juicio. Te cachean, te atan a otro compa?ero, y te meten en el compartimento de un furg¨®n de la Guardia Civil. Durante el viaje, m¨¢s de media hora, s¨®lo ves al compa?ero al que vas esposado".
Jes¨²s dice que fue condenado por "atraco". Lleva varios a?os encerrado. Explica que la plantilla de Madrid III est¨¢ compuesta por 30 jugadores, "la mayor¨ªa sentenciados por delitos contra la salud p¨²blica y la propiedad privada". La m¨¢xima figura es un delantero israel¨ª, Rafael Fierondi, que de sus 27 a?os ha pasado tres en Valdemoro y tres en el ej¨¦rcito de Israel. Fierondi, de barba tupida y melena ensortijada, es el punta. Por detr¨¢s juegan espa?oles, italianos, h¨²ngaros, rusos, rumanos, y latinoamericanos. Para Jes¨²s el campeonato ha sido lo que para la mayor¨ªa: "una forma de evadirse".
"M¨¢s libre"
"El m¨®dulo donde vivo est¨¢ hasta arriba: somos 135 internos", dice Jes¨²s. "S¨®lo podemos salir al patio. Con un muro alto, con alambre de espino. Y cuando toca entrenar sales al campo de tierra, ves arena, plantas... Echas unas carreras. Te sientes un poco m¨¢s libre".
La Fundaci¨®n del Real Madrid organiza la competici¨®n, suministra la equipaci¨®n -todas las camisetas llevan el escudo del Madrid- y presta los entrenadores, que acuden dos veces por semana a dar clases a las prisiones. "El f¨²tbol te aleja de la monoton¨ªa de la vida en el m¨®dulo", opina Pedro; "donde lo ¨²nico que haces es robar o estar tirado. Conozco el caso de un chaval que desde que est¨¢ jugando ha dejado la droga. El f¨²tbol rompe las barreras. Antes los moros hac¨ªan su equipo, los del Este el suyo, y los sudamericanos el suyo. Ahora estamos todos revueltos".
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.